Una increible historia, y a la vez, dramática, que nos refleja como el nacionalismo es el peor invento de la humanidad.
Robert Hubert
De Wikipedia
en.wikipedia.org/wiki/Robert_Hubert
Robert Hubert fue un relojero de Rouen, Francia, que fue ejecutado tras su falsa confesión de haber provocado el gran incendio de Londres de 1666. Confesion, que se cree, se realizó bajo fuertes torturas.
Entre el 2 y 5 de septiembre 1666, un gran incendio se desató en el barrio de Pudding Lane, en Londres, y destruyó cerca del 80 % de la ciudad. En la primera confesión de Hubert, declaró que provocó el incendio en Westminster. Sin embargo, esta historia resultaba insatisfactoria, y su confesión cambió cuando se supo que el fuego no había llegado siquiera a Westminster. Al saberse de que el fuego se inició en Pudding Lane, en la casa del panadero Thomas Farriner, Hubert cambio su confesio indicando que había arrojado una granada de fuego a la ventana de la panadería. Afirmó haber actuado con cómplices, que cerraron las llaves de agua para sabotear el esfuerzo de apagar el fuego . Hubert confesó ser un espía francés, y un agente del Papa.
Juicio y ejecución
La confesion de Hubert nunca parecía ser convincente. Su cambio continuo en la confesión para ajustarse a los hechos no era lo único que fallaba. Hubert ni siquiera había estado en Londres en el momento en que se produjo el incendio. Es más, ni siquiera estaba en Inglaterra. Llegó a la isla dos días después de que el fuego se iniciara. El hecho cierto de que no estaba en el país en el momento del inicio del incendio se sabe gracias a lo declarado, años más tarde, por el capitán de la nave sueca Maid of Stockholm, en la que afirmaba que él personalmente había desembarcado junto a Hubert, dos días después del iniciarse el incendio.
En su confesión, Hubert, indicó que lanzó la granada por la ventana de la panadería. Hubert no sabía que esa panadería ni siquiera tenía ventanas. Es más, cuando fue juzgado, se vio que era un hombre tan lisiado, que habría sido imposible para él lanzar una granada por lo alto de una ventana.
La confesión de Hubert se atribuye a menudo a una simplicidad mental, la incapacidad de entender qué era lo que estaba haciendo. Una fuente afirma , sin embargo, que la confesión fue coaccionada probablemente por una forma extrema de tortura.
Como La Gaceta de Londres sugiere , algunos situan el desastre en una desgraciada casualidad :
A pesar de los muchos defectos obvios e imposibilidades en la confesión de Hubert, se necesitaba un chivo expiatorio. Incluso el rey, Carlos II, era sospechoso de haber iniciado el fuego, con el fin de castigar al pueblo de Londres por la ejecución de su padre . El nacionalismo era muy grande aquellos años en una Gran Bretaña envuelto en la Segunda Guerra Anglo-Holandesa , y muchas nacionalidades, los holandeses, franceses, españoles e irlandeses, eran sospechosos. Los franceses eran especialmente vulnerables, como lo demuestra el asesinato de un francés, cuyas pelotas de tenis fueron confundidas con "bolas de fuego". Hubert, un extranjero, y francés, fue el sospechoso principal, tal y como sugiere la London Gazette :
[ ... ] Los extranjeros , holandeses y franceses fueron, durante el incendio, detenidos, ante la sospecha de que ellos contribuyeron con picardía a la misma, siendo todos encarcelados.
Los católicos eran también los principales sospechosos , y las acusaciones eran tan institucionalizadas, como para ser añadido al rotulo del monumento que se dedicó al incendio, inaugurado en 1668, y cuyas palabras no fueron retiradas hasta 1830 :
“ ... dedicado a la quema más terrible de esta ciudad, comenzado y llevada a cabo por la perfidia y maldad de la facción papista”.
Hubert tenía atributos más que convenientes para ser culpable. Fue juzgado y condenado en el Old Bailey.
A pesar del carácter contradictorio de la confesión de Hubert, la familia Farriner, en cuya panadería había comenzado el fuego, se encontraba bajo una fuerte presión, y tenían que demostrar que sus hornos habían sido realmente saboteados. Además, tres miembros de la familia estaban presentes en el jurado. Thomas Farynor declaró que, después de la medianoche, él habia pasado por todas las habitaciones y no encontró ningún fuego, pero en una chimenea, en una habitación que estaba pavimentado con ladrillos, se encontró el fuego y trató de apagarlo [ ... ] no había ninguna ventana o puerta que pudiera explicar que el fuego se avivara, por lo que creo que el fuego fue provocado a propósito [ ...]
Pocos del jurado creían en realidad culpable a Hubert. Unas declaraciones durante el juicio reconocen que Hubert fue "sólo acusado por su propia confesión”. Ni los jueces ni nadie presente en el juicio le creyó culpable, sino más bien que era un pobre desgraciado perturbado, cansado de la vida, y decidió desprenderse de ella de esta manera ". El jurado declaró que “él no tenía el temor de Dios delante de sus ojos, y que fue movido y alejado de Dios por la instigación del diablo" .
Hubert fue ahorcado en Tyburn, Londres. Su cuerpo iba a ser trasladado a la Compañía de Barber, para que unos cirujanos lo diseccionaran, pero fue destrozado por la muchedumbre.
Como era de esperar, hablar de complots y conspiraciones terminó con la ejecución de Hubert. En 1667, después de que la necesidad de chivos expiatorios se habían terminado, el incendio fue atribuido oficialmente a "la mano de Dios , a un fuerte viento que hubo aquellos días, y una estación muy seca que había dejado la madera reseca ... ". Una fuente atribuye el accidente a una chispa que cayo sobre una acumulación de paja en la panadería de los Farriners , y la chispa llegó al horno de los Farynor.
Monumento al gran incendio de Londres de 1666
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