Mini-review de la beta de Technolust con el SDK 0.4.1

Los que seáis elegibles para descargar esta beta habréis recibido un enlace por correo, y a los que se os haya pasado podéis precomprar el juego y acceder a la beta aquí. Tras nuestras pruebas, la mejora de la experiencia gracias al nuevo SDK de Oculus es evidente. Aunque todavía nos ha dado algunos problemas con el modo Directo (el resultado puede variar en función de la tarjeta gráfica), utilizando el escritorio extendido hemos logrado disfrutar de una experiencia muy suave y sin tirones, con una calidad gráfica que nos ha dejado boquiabiertos, más propia de motores como Unreal Engine que de Unity, pero los creadores de Technolust han demostrado que, con esfuerzo y atención por los detalles, Unity 4 puede brillar con una gran fuerza.

En la demo es posible visitar 6 zonas, y podremos saltar de una a otra pulsando F1 si no queremos jugarla (ojo que F1 también activa y desactiva la baja persistencia):

• Nuestro apartamento, incluyendo un pasillo en el que hackeamos una terminal para salir al exterior
• La calle
• El salón de recreativos
• La estación de tren
• Chinatown
• Otro apartamento

Lo primero que nos ha llamado la atención ha sido la sobrecogedora ambientación, ese estilo que nos recuerda tanto a Blade Runner. La imagen es muy oscura todo el tiempo, y es fácil deslumbrarnos ante el brillo de los neones. Sus creadores han corregido el efecto sangrado y han logrado hacerlo inapreciable la mayor parte del tiempo, pero al compararlo con la demo anterior, creada con el SDK 0.3, se nota que los negros han perdido fuerza y, cuando la zona es muy oscura, tenemos la sensación de verlo todo tras un velo transparente, una especie de efecto película muy tenue. La calidad y el nivel de detalle de los escenarios es extraordinaria, cada objeto está modelado con mucho mimo, especialmente en la zona inicial del juego donde podemos recorrer nuestro pequeño apartamento. Podemos inclinarnos sobre los objetos que pueblan las estanterías, incluyendo dos Oculus Rift, un DK1 y un DK2. ¡Qué importante es el posicionamiento absoluto! Ahora nos cuesta entender que hayamos podido estar más de 1 año con el DK1.

Las zonas exteriores, aunque mucho mejores que en la demo anterior, quizás parezcan menos trabajadas en comparación con los interiores, pero también están repletas de detalles como el humo que sale de los respiraderos del suelo, los cubos de basura y los carteles. Mirar hacia arriba y contemplar los enormes edificios en la distancia es algo que nos deja con la boca abierta. El salón recreativo está envuelto en una penumbra que lo hace perturbadoramente real, y es increíble cuando las máquinas se conectan y podemos ver juegos míticos como Pacman, Double Dragon o The Joust, así como una gigantesca máquina de Radial-G.

En la estación de tren hemos visto uno de los efectos que más nos ha llamado la atención, a pesar de su aparente simplicidad: unos ventiladores en las paredes que sirven para mantener aireado el interior. Es aquí donde se notan los 75 hz de la pantalla, ya que es fácil quedarse embobados mirando cómo las aspas giran y giran, con una suavidad que no parece artificial como en cualquier otro videojuego limitado a 60 fotogramas por segundo.

Chinatown, por último, está todavía a medio hacer y no podemos interactuar con nada, pero asombra el realismo del barrio en la noche, aunque es aquí donde más se nota el efecto velo que han utilizado para corregir el sangrado de los negros. Esta zona enlaza con la escena final de la demo, en el interior de otro apartamento decorado con tanto mimo como el primero y donde, aparentemente, podemos ver la película La noche de los muertos vivientes en su totalidad, en un proyector virtual (no hemos aguantado tanto tiempo como para comprobarlo).

Technolust nos ha dejado con la boca abierta. Experiencias como esta son las que deben ser enseñadas a los que no conocen la realidad virtual, para que se puedan hacer una idea del gigantesco cambio que va a experimentar el mundo de los videojuegos cuando dejemos de verlo a través de los ojos del protagonista y pasemos a ocupar su puesto, cuando realmente sintamos que estamos ahí. Y Technolust es una de esas experiencias que más va a sorprender cuando esté terminada y podamos disfrutarla en la versión comercial del Rift. Lo poco que hemos visto hasta ahora no puede ser más prometedor.