The Angry Birds Movie 2 VR: Under Pressure - ANÁLISIS
16 AGO 2019 14:00
Nos adentramos en las profundidades para explorar lo que son capaces de hacer los Angry Birds en un género multijugador totalmente nuevo para la franquicia. Exclusivo de PSVR.
Evolucionando la franquicia
La inagotable fuente de dinero de la licencia Angry Birds que saltó al estrellato hace 10 años pareció empezar a desinflarse hace unos pocos años con una mecánica basada en destrozar estructuras lanzando pájaros que empezaba a pedir algún paso adelante para mantener a los pájaros y cerdos en su lugar de honor.
Entre estos pasos adelante pudimos encontrar el uso de ciertas franquicias como Star Wars que suponen un buen empujón aunque la base se mantenga intacta, la llegada al cine de una solvente película de entretenimiento, los primeros pasos de la franquicia en VR y AR; y este verano -coincidiendo con la llegada al cine de la secuela de su primera película-, nos encontramos con un nuevo título para la Realidad Virtual de Sony que deja atrás la naturaleza que conocemos de estos pájaros históricamente y nos ofrece un título que hace uso del multijugador local bajo unas mecánicas que recuerdan al divertidísimo Overcooked, y todo ello sin necesidad de usar el clásico tirachinas.
Un nuevo intento de aprovechar la pantalla social
La realidad virtual de Sony ha hecho uso de la pantalla social para distintos tipos de multijugador en un reducido número de títulos como Keep Talking and Nobody Explodes, Pixel Gear o The Persistence; pero este Angry Birds consigue desmarcarse de todos ellos ofreciéndonos un juego con el que podremos jugar junto a 3 amigos o familiares de cualquier edad sin ninguna necesidad de experiencia previa a los mandos de una consola, cogiendo un poco -o más bien un mucho- de la exitosa fórmula de Overcooked, donde no necesitas soltura a los mandos -apenas se usa un botón para coger o soltar cosas- pero si mucha coordinación con el resto de la tripulación y el capitán; y es que estamos frente a otro juego que pone a prueba amistades y relaciones, poniéndolas al límite mientras tratamos de coordinarnos sin tiempo para explicaciones con la intención de superar cada uno de los 30 niveles disponibles a día de hoy.
Cerdos y pájaros mano a mano
Atrás quedó la guerra contra los cerdos de la primera parte, y en esta ocasión nos subimos a un submarino junto a ellos en busca de tesoros subterráneos, donde el jugador que se pone las gafas se mete en el papel del capitán del submarino, y el resto pasan a formar parte de la tripulación para conseguir llegar hasta "casa" de una pieza en cada nivel, recogiendo por el camino todos los tesoros posibles.
Como capitán tendremos una visión del submarino y las profundidades frente a nosotros y en primera persona, mientras que la tripulación que jugará a través de la pantalla social únicamente tendrá una vista cenital de lo que ocurre dentro del submarino, ajenos a los tesoros y los peligros que acechan en nuestro viaje bajo el agua, más allá de sonidos y símbolos que nos hacen intuir aquello a lo que debe estar haciendo frente el capitán desde su privilegiada situación.
Las tareas están diferenciadas en su mayor parte, y mientras el capitán debe disparar torpedos a los enemigos y obstáculos del fondo del mar, o "proyectiles-ventosa" a los tesoros para recogerlos; la tripulación se encarga entre otras cosas de fabricar dichas ventosas y torpedos, utilizar las máquinas para mejorar los tesoros que contienen los cofres que recoge el capitán, o recoger las cajas de dinamita que pueden contener algunos de los cofres recogidos para lanzarla rápidamente al incinerador, que posteriormente deberá cerrar el capitán antes de que la caja explote y pueda dañar al submarino, los distintos dispositivos o incluso a tesoros que se encuentren próximos a la explosión.
Aún con estas tareas diferenciadas, el capitán no sólo debe encargarse de disparar o recoger tesoros, y es que disponemos de un imán con el que podemos recoger y lanzar objetos -o integrantes de la tripulación- a distancia siempre y cuando no se trate de elementos volátiles como ciertos tesoros, torpedos o dinamita; por lo que podremos y debemos ayudar a la tripulación a ciertas tareas como llegar a determinadas zonas, incinerar la basura que pueden contener algunos de los cofres recogidos, situar los tesoros en su ubicación, o colocar las ventosas fabricadas por la tripulación para poder recogerlos.
¿Que pasa si no tengo amigos con quien jugar?
Es posible jugar en solitario alternando con un botón entre el manejo del capitán y un tripulante, pero no podemos dejar de verlo como un curioso añadido para un juego al que no le vemos mucho sentido -ni diversión- jugarlo de esta forma, y aunque es posible superar los primeros niveles sin mucho problema, cuando la cosa empieza a complicarse en niveles más avanzados, necesitarás tripulantes "cárnicos" sentados a tu lado con su DualShock en la mano para repartiros las tareas de la mejor manera posible, gritaros constantemente para tratar que el resto haga lo que tu crees que deben hacer, discutir por cualquier minucia, criticar los errores del prójimo; y en definitiva, hacer todo aquello que hace tan divertidos juegos como estos en los que poder compartir partidas entre 4 personas sentadas en el mismo sofá.
Desarrollo y duración
El juego está dividido en 4 grupos que se van desbloqueando conforme conseguimos un cierto número de estrellas en cada nivel hasta un máximo de 3, y pese a que el bloque inicial se denomina "Historia", apenas encontramos un par de frases (en castellano) antes de cada capítulo que poco -o nada- importan, mientras que el resto de bloques prescinden de cualquier texto y mantienen intacta la base jugable únicamente incrementando la dificultad añadiendo poco a poco nuevas variantes y complicaciones, que si bien no llegan a suponer una evolución radical, al menos si tratan de aportar cierta variedad. Igualmente, además de desbloquear nuevos bloques de niveles, desbloquearemos distintos sombreros meramente estéticos que podremos poner a cada personaje antes del comienzo de cada nivel.
En cuanto al aspecto visual de los niveles, todos ellos se diferencian claramente en el número o ubicación de los distintos elementos y la posibilidad de distribuirlos en distintas alturas; pero creemos que le habría sentado estupendamente bien unos cambios aún más notables que no se quedaran solo en esto que comentamos, puesto que el diseño base no deja de ser idéntico en todos ellos aún con estos cambios que indicamos y que al menos sí consiguen hacer cada nivel ligeramente diferente en el aspecto jugable.
En el aspecto técnico nos encontramos con unos niveles nítidos y correctos una vez nos olvidamos de la falta de variación comentada anteriormente, así como unos personajes perfectamente recreados, aunque no podemos decir lo mismo del aspecto del fondo del mar, aún más repetitivo que los niveles y con diseños muy poco llamativos que chirrían pese a tratarse de la parte menos importante del juego.
Desde el otro lado, los jugadores que hacen uso de la pantalla social lógicamente gozarán de unos niveles con mucha más resolución, y que gracias a ese aspecto cartoon y a la vista cenital, harán su función perfectamente para todos aquellos que decidan jugar desde fuera del mundo virtual.
CONCLUSIÓN
Es raro ver a los Angry Birds hacer algo diferente a "lo que hacen los Angry Birds", pero la realidad es que con este cambio les ha salido un juego muy divertido para compartir con amigos, y puesto que comparte mes con el estreno de la secuela en cines, podría ser una buena oportunidad para disfrutarlo en familia.
Como hemos comentado, tiene varias cosas que lo alejan de un juego redondo, pero sus 30 niveles que necesitan cerca de 5 minutos (cada uno) para superarse -en caso de hacerlo a la primera- y su rejugabilidad para conseguir más estrellas, acaban ofreciéndonos un tiempo de disfrute multijugador considerable a tener en cuenta si tienes mandos -y amigos- suficientes.