Hand Physics Lab: ANÁLISIS

Manos a la obra

Los responsables de ponernos bata y enviarnos al laboratorio son los desarrolladores que conforman el estudio Holonautic, quienes traen una experiencia que nos abre los ojos al sinfín de posibilidades que tiene el tracking de manos por medio de una serie de desafíos o un área de juego libre en la que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad.

Ponte la bata y prepara el laboratorio

Nos ponemos el visor, abrimos el juego y nos encontramos con unas manos huesudas que se mueven al compás de nuestros dedos reales. Claro que también podemos jugar con los controladores, algo muy útil para aquellos retos en los que el seguimiento de manos no vaya tan bien como quisiéramos.

Puestos en marcha nos encontramos con dos opciones: enfrentar los 85 puzles que se desbloquean uno tras otro o acceder a un "patio de juegos", que es básicamente un sandbox con 15 interacciones diferentes.

Comencemos por los puzles. En principio empezamos por actos tan sencillos como agarrar objetos o presionar botones, tal que conforme nos acostumbramos al uso de las manos virtuales la exigencia aumenta, no necesariamente de forma progresiva, porque la variedad da lugar a cambios tan grandes que lo que es complicado para algunos será elemental para otros, pero conservando una tendencia al aumento de dificultad. Estos tienden a ser bastante cortos, muchos de 10 ó 15 segundos y otros pocos que llegan al minuto, siempre que no tengamos que repetirlos, por supuesto.

Casi todos los retos me han resultado bastante entretenidos, llegando a exigir bastante a mi destreza motriz, más aún si se quiere conseguir las tres estrellas propuestas por nivel, las cuales suele bastar con lograr lo requerido en un tiempo límite menor al exigido, y si bien se suele conseguir tras unos intentos, no siempre es tan fácil como parece, al punto de que me he quedado temporalmente atrancado en algunos casos.

Cuidado con los dedos.

En general es divertido, la mayoría de las veces todo se limita a agarrar o presionar, lo interesante es cuando el juego pasa a ser más atrevido y propone mecánicas innovadoras que en ocasiones pueden no ser tan prácticas, pero de eso viene esta experiencia, de experimentar, dando lugar a niveles particulares que me han encantado, generándome sensaciones tan curiosas como si realmente tuviese habilidades de telequinesis, la capacidad de conducir un vehículo de juguete a "control remoto" con gestos de las manos y momentos que intentarán volarnos la cabeza, como que una mano controle los dedos de la contraria o un manejo tipo espejo de nuestro cuerpo, exigiendo así que coordinemos mientras nuestro cerebro va echando humo, sin embargo son pocos los ejercicios de este estilo.

La capacidad de cada cual para lograr los desafíos puede en parte depender de la paciencia que se tenga, dado que el tracking de manos no es perfecto. Para mi sorpresa se ha comportado mejor de lo que esperaba, pero hay momentos en que ciertos giros de las manos, cerrarlas por completo, juntarlas demasiado o tapar parcialmente alguna parte entre ellas, dan lugar a que los fallos sean más que notorios. En sí hay que aprender a agarrar los objetos, pues no siempre es tan natural como quisiéramos, y llegados a las últimas etapas del juego, aproximadamente en los últimos 15 niveles, he pasado más a frustrarme que ha divertirme, pues lo que se nos pide hace destacar las fronteras del seguimiento de manos, haciendo en algunos casos muy difícil el conseguir incluso dos estrellas, y en un par de ocasiones por poco no obtuve una sola.

El modo sandbox o patio de juegos es en su mayoría igual a algunos de los puzles, con la diferencia de que no tenemos objetivo alguno. En este caso lo encuentro muy adecuado para enseñárselo a amigos o hacer pruebas cortas, con la deficiencia (a mi parecer) de que el no poder combinar distintos modos lleva a limitar las posibilidades, es decir, haces una cosa o haces la otra, pero no puedes experimentar a hacerlas juntas.

Si preferimos usar los mandos nos enfrentamos a lo mismo, con el aspecto curioso de que veremos cómo algunas interacciones se hacen más difíciles, claro que otras se hacen mucho más fáciles y dejan de sufrir fallos, como al sostener una pistola por ejemplo.

A nivel de físicas lo encuentro en general destacable, hay objetos cuyo peso nos impide moverlos con una sola mano y todo tiene colisiones. También se añade interacción electromagnética en unos puzles y en otros la fricción es clave para el realismo de la escena. En lo que respecta a los gráficos también están bien, teniendo en cuenta que más allá de la mesa de trabajo no hay mucho que ver.

Las opciones están muy completas, desde variar el tamaño de las manos hasta deshabilitar dedos (en caso de que en la realidad no los tengamos o padezcamos alguna restricción de movimiento) para que se muevan por medio de los dedos cercanos, pasando por la posibilidad de variar nuestra altura o la de la mesa de trabajo, e incluso podemos jugar en tercera persona como si de un robot en miniatura se tratase, y otras tantas configuraciones más.

Conclusión

En este laboratorio virtual nos encontramos con mucho que probar, con una variedad suficiente de puzles como para encontrar varios que nos gusten, aunque la experiencia no es tan extensa y carece de argumento, balanceándose en el punto medio entre juego y experiencia demostrativa, por lo que es más que nada recomendable para aquellas personas que les llamen los retos de destreza a la vez que quieren experimentar con las posibilidades del tracking de manos. Eso sí, para los desarrolladores me parece una excelente aplicación que incluso puede ser de utilidad como inspiración para incorporar mecánicas a sus juegos o aplicaciones, hay algunos retos cuyas interacciones incluso podrían inspirar algún que otro argumento loco o darnos una idea base. Así que prepara tus manos huesudas, tu espíritu científico y sé bienvenido al laboratorio.

El juego ha sido analizado con Quest 2.

Podemos ver el título en acción en este gameplay comentado: