Pop-Up Pilgrims: ANÁLISIS

Pop-Up Pilgrims: ANÁLISIS

Más de 50 escenarios en los que nos sumergiremos mientras intentamos guiar a los peregrinos de plataforma en plataforma (a izquierda, derecha, hacia dentro o hacia fuera) para enfrentarse a los vivaces enemigos y encontrar un camino seguro hasta la salida.

INMERSIÓN Y GRÁFICOS

El juego, que luce muy interesante gracias a su muy colorido acabado visual, es una adaptación a la realidad virtual del título Floating Cloud God Saves the Pilgrims, que lanzó la misma compañía, Dakko Dakko, para las portátiles de Sony allá por 2012.

Pop-up Pilgrims funciona de forma fluida en PSVR, alcanzando las 120 pantallas por segundo. La pena es que prácticamente se trata del mismo juego que fue lanzado para PS Vita y PSP, dado que la adaptación gráfica se basa en permitirnos girar en 360 grados la pantalla sobre nuestro eje. Una función que resulta de entrada interesante, pero que en las fases más avanzadas puede llegar a dificultar el avance. No obstante, en la versión tradicional también ocurría algo parecido, ya que al mover la pantalla dejábamos de ver la otra parte del juego.

El 3D o profundidad alcanzada a través de los diferentes planos resulta muy llamativo, recordándonos al título Paper Mario, pero girando en esta ocasión los escenarios a nuestro alrededor.

CONTROLES

Pop-Up Pilgrims es un juego de acción donde tendremos que guiar a un grupo de intrépidos aventureros hasta la meta. Dichos aventureros precisarán de nuestra ayuda para recorrer unos escenarios flotantes y lidiar con demonios y otros enemigos variopintos en su intento de hacerse con la fuente de poder de su Dios.

Los controles son muy sencillos, y le otorgan el toque de originalidad que caracteriza a este juego: mediante el movimiento de nuestra cabeza, controlamos una nube con la que podemos seleccionar qué personaje queremos lanzar, como si de un juego de Angry Birds se tratase, ya que tenemos también el "efecto tirachinas" con el que llevaremos a los diminutos Pilgrims de una plataforma a otra, o incluso los lanzaremos contra objetos destructibles, entre otros.

Un segundo jugador puede ayudarnos en nuestra aventura observando a través de la pantalla social y ofreciendo consejos, o puede elegir utilizar un segundo gamepad y tomar el control de BORB, una nube que puede moverse libremente entre capas, recogiendo objetos y desplazando amablemente (¡algunas veces no tan amablemente!) a los peregrinos con los que se cruza.

Con los botones R2 y L2 de nuestro gamepad, seleccionamos entre las dos opciones disponibles: lanzar al Pilgrim o colocar un obstáculo con impulso para nuestro peregrino, algo que resulta simple y efectivo.

Los menús no están optimizados del todo para realidad virtual, ya que la nube que sitúa nuestra posición en el juego no está visible, por lo que casi que tenemos que adivinar sobre qué opción se encuentra nuestro puntero, y no siempre será donde creíamos. Afortunadamente, este inconveniente solo ocurre en los menús generales, sin afectar a la jugabilidad del título.

Conclusión

Nos encontramos ante una adaptación casi impecable de un juego interesante que, sin ser un triple A, entretiene bastante. Pop-up Pilgrims tiene un grado de dificultad creciente y diferentes monstruos finales que enriquecen bastante el desarrollo de la aventura.

Son poco más de 50 pantallas que pueden parecer muchas, pero algunas se realizan en apenas un par de minutos, aun consiguiendo todos los items del nivel, lo que nos lleva a una duración del juego de unas 4 o 5 horas, aunque dependerá de lo hábiles que seamos o de que queramos dedicarle más tiempo a desbloquear todos los logros.

El juego de Dakko Dakko se encuentra en perfecto castellano, con todos los textos traducidos, ya que carece de voces.