La "paradoja de la pantalla virtual" la describe Palmer Luckey en una entrevista de hace ya varios meses pero que resulta muy interesante por sus predicciones de cara al futuro.
La entrevista:
Su formulación podría ser esta:
"Dada una pantalla a pocos centímetros de nuestros ojos capaz de tener una resolución que iguale o supere la capacidad de percepción del ojo humano a esa distancia, la necesidad de cualquier otra pantalla física adicional resulta innecesaria".
Dicho de otra manera: 200 pantallas 4K físicas al precio de una única pantalla colocada delante de nuestros ojos. 200, o 300, o las que se quieran, porque llegando al límite de la percepción del ojo todas ellas se verían igual que si de verdad tuvieras físicamente esas pantallas ante tí. La paradoja es que una única pantalla física conseguiría equivaler a cualquier número de pantallas físicas.
El truco está, claro, en que la pantalla tendría que estar montada en un HMD y estar conectada a un PC con unos requisitos que ahora mismo se nos escapan, porque tendría que tener una burrada de píxeles. ¿Cuántos píxeles?
Este artículo explica muy bien cuál es la resolución del ojo humano (porque el ojo humano, como máquina que es, tiene una resolución):
http://www.clarkvision.com/imagedetail/eye-resolution.html
Los cálculos son claros: la resolución del ojo humano se define mediante el inverso de la agudeza visual (visual acuity) en 1/0.3, siendo 0.3 píxeles/minuto-de-arco. Es decir, para una FOV de 90º los píxeles serían:
90 grados * 60 minutos/grado * 1/0.3 = 18.000 píxeles (digamos que para los dos ojos, pues la zona de solape es la que nos interesa).
y para una FOV de 120º, que está más cerca de la FOV real (horizontal) que percibimos claramente los seres humanos:
120 * 60 * 1/0.3 = 24.000 píxeles.
Es decir, la resolución de los dos ojos sería el equivalente a pantallas entre 18K y 24K.
El ojo humano, por supuesto, es más complejo que simplemente el array de una cámara de fotos o de video. Hace movimientos rápidos que escanean en todas direcciones y luego el cerebro junta toda esa información con lo cual nuestra resolución percibida es mayor. Pero lo que sí es cierto es que si colocamos una pantalla delante de nosotros a cierta distancia llega un momento que una mayor densidad de píxeles ya no se percibe como mejora.
En el caso de un HMD Palmer Luckey y otros ya han comentado que dada la distancia a la que se encuentra la pantalla respecto del ojo, etc. esa resolución mágica a la cual dejaríamos de percibir mejoras en la resolución se encontraría entre el 8K y el 10K. Cuanto más alejamos la pantalla, menos resolución es necesaria para llegar a esa resolución mágica. Por ejemplo, es objeto de discusión si resulta percibible la mejora de pasar en una TV en el salón de 2K a 4K. A tres metros de una pantalla, el 2K probablemente es más que suficiente.
En definitiva, que es muy posible que en un futuro no muy lejano las pantallas de TV y los monitores dejen de ser un negocio y éste sea fagocitado por las pantallas de Realidad Virtual, porque alcanzado ese mágico 10K en los HMDs tendremos la misma calidad de imagen cuando miremos una pantalla virtual que la que nos ofrecerá una real, con el consiguiente ahorro de dinero al evitarr la compra de pantallas físicas más otras ventajas añadidas. Muchos solemos trabajar ya con dos y tres pantallas tratando de maximizar el número de ventanas y aplicaciones abiertas y así ser más productivos. La Realidad Virtual traerá un escritorio de Windows en el que podremos tener no sólo dos o tres monitores, sino cualquier array imaginable de ellos.