Probamos Elite Dangerous con HTC Vive en la Paris Games Week 2015 Enviado por la comunidad

Uno de los grandes títulos de naves con el que disfrutar de la inmensidad del espacio en realidad virtual es sin lugar a duda Elite Dangerous, que será compatible con HTC Vive el mes que viene. Como ya sabéis, el juego está disponible desde el año pasado y ya lo hemos podido disfrutar en realidad virtual con Oculus Rift.

En París tuvimos la oportunidad de probarlo de manera oficial con Vive gracias a los chicos de Frontier, que tenían reservado un espacio en el stand de HTC. Equipados con el visor y un sistema H.O.T.A.S: Saitek X52 Pro Flight pudimos probar una de las fases de entrenamiento. La experiencia fue muy buena, con un tracker que funcionó a la perfección en todo momento, pudimos apreciar rápidamente el salto que supone pasar de un DK2 a HTC Vive. Toda la interfaz y menús de la nave se ven muchos más nítidos y hacen una experiencia mucho más cómoda. A pesar de un buen rendimiento gráficamente hablando, pues la baja persistencia es evidente, nos dio la sensación de que le faltaba un punto de fluidez, quizás debido al PC empleado en la demo. Encontramos su compatibilidad todavía algo verde, aunque por algo todavía está en fase de pruebas internas, pero mejorará con la versión comercial del visor según nos contaron los chicos de Frontier.

Es imposible evitar realizar una pequeña comparación con EVE Valkyrie, eso sí, teniendo en cuenta que se trata de dos juegos muy diferentes, pero pudimos probarlos de manera muy seguida, por lo que os vamos a relatar las diferencias gráficas que pudimos apreciar y nuestra experiencia con los dos visores, HTC Vive y Oculus Rift Crescent Bay, cuyas especificaciones de hardware son muy parecidas en cuanto a pantallas y resolución. En Elite pudimos jugar una de las fases de entrenamiento y no pudimos acercarnos a una estación espacial o alguna estrella para apreciar más detalles, mientras que la demo de Eve Valkyrie era un espectáculo de luces y colores, más cinemática. Nos dio la sensación que los chicos de CCP llevan más horas de trabajo con Oculus que Frontier con HTC, nos sentimos más cómodos visualmente hablando con Oculus Crescent Bay, como ya comentamos en la noticia de EVE Valkyrie, vimos un poquito más nítida la imagen.

Hablando del tracking, el seguimiento en HTC con Elite fue una gozada, nos siguió en todo momento, como era de esperar, acostumbrados a perder el tracking en nuestro DK2 al girar la cabeza hasta salir del rango de la cámara. A pesar de ser un juego en el que jugamos sentados, estábamos vigilados en todo momento por los dos faros de Lighthouse colocados en ambos extremos de la sala. En el vídeo no lo mostramos, pero girar a derecha e izquierda y navegar por los menús de la nave es un salto respecto a lo que estamos acostumbrados. Siempre nos ha preocupado el tema de poder leer en condiciones en visores de realidad virtual si el juego no está muy bien adaptado o las letras no son muy grandes cuesta bastante. La diferencia de Oculus DK2 a HTC es evidente, es cierto que en este juego miramos al panel de una nave, a unos hologramas iluminados en un naranja concreto, que tal vez no es el color ideal, pero en una pantalla no hay problemas y en teoría deberemos poder jugar horas equipados con nuestro HMD a nuestros juegos favoritos sin fatiga visual.

Volviendo a nuestra prueba con Elite Dangerous y HTC Vive, la experiencia global fue una pasada. Tener esa libertad de mirar a través de las ventanas de nuestra nave es algo que no se puede equiparar a ningún otro sistema o pantalla, aquí no se apunta con la mirada, estamos dentro de la nave equipados con nuestros joysticks para apuntar y pilotar la nave. Es curioso experimentar lo pequeños que somos en la inmensidad del espacio, y este juego es perfecto para entenderlo. La acción es rápida a la vez que pausada, apresurada a la vez que táctica. Ya queda poco para 2016, y Elite Dangerous se presenta como uno de los protagonistas tanto en HTC Vive como Oculus Rift, donde podremos combatir, explorar, recolectar minerales o simplemente perdernos en la inmensidad del espacio. Os dejamos con un vídeo de nuestra prueba en París: