Cornerstone, un cortometraje rodado simultáneamente en 360º y 2D para sensibilizar a potenciales familias de acogida
25 OCT 2017 8:56
La pieza se enmarca en el programa de Innovación Social de la compañía VISYON, centrado en impulsar el cambio social positivo mediante las nuevas tecnologías.
La empresa VISYON participó en la presentación del cortometraje Cornerstone VR, dirigido por el británico Ben Perry, en el City Hall de Londres. El corto, que lleva como título el nombre de la organización británica sin ánimo de lucro que lo respalda, The Cornerstone Partnership, es una pieza con doble formato, 2D y 360, que permite al espectador disfrutarlo en diferentes grados de inmersión y desde diferentes ópticas.
El lanzamiento del cortometraje reunió en un mismo escenario a responsables del ámbito de los servicios sociales, del cine y de las tecnologías y puso el acento en la realidad virtual como medio idóneo para explicar y abordar problemáticas sociales por su poder inmersivo y la capacidad que tiene de generar empatía e implicar al espectador. Este proyecto se enmarca en el programa de Innovación Social de la firma barcelonesa, que tiene como misión impulsar un cambio positivo en la sociedad mediante el uso de las nuevas tecnologías.
En el rodaje de Cornerstone VR participaron una veintena de actores, 50 extras y 20 operadores. Se filmó el pasado mes de mayo en 19 espacios diferentes de Barcelona y alrededores. Y se rodó simultáneamente en 2D y 360º, con calidad 8K, "lo que requiere de una gran técnica para conseguir la esfera entera de cada plano, sin errores de raccord, al fin de dotar este relato de corte intimista del máximo realismo posible", explica la compañía.
"Nuestro principal objetivo con esta experiencia era crear un mayor nivel de empatía con los espectadores, para lo cual usamos las tradicionales técnicas cinematográficas, pero impulsando los límites de las actuales tecnologías inmersivas", comentó Pere Pérez, CEO de VISYION.
The Cornerstone Partnership es una fundación que promueve las adopciones de menores que provienen de entornos desestructurados y que son recuperados por los servicios sociales que, a su vez, median y hacen un seguimiento de la custodia de dichos menores. En este sentido, el cortometraje pretende sensibilizar a las potenciales familias de acogida mostrando -en primera persona- cómo el trauma y los abusos que lo preceden marcan el desarrollo y el comportamiento de los menores víctimas, y hasta qué punto es posible ofrecerles una vida mejor.