Neuralink: Musk, Cerebro y Realidad Virtual. Enviado por la comunidad

La pasada madrugada, Elon Musk nos mostró lo que había avanzado en su proyecto Neuralink, un chip diseñado para comunicar el cerebro humano con las máquinas.

Aparte de inalámbrico, ahora es invisible; un robot lo inserta en la cabeza, reemplazando un trozo de cráneo del diámetro de una moneda grande, y solo dejaría una fina cicatriz escondida bajo el pelo. Evitando perforar los vasos sanguíneos, la máquina cose 1024 electrodos por chip, gracias a los cuales podrá comunicarse con regiones del neocórtex cerebral. Para hacerse una idea de lo finos que son estos electrodos, hay que pensar que son de solo 5 micrones de grosor, cuando un cabello llega a los 100. Se pueden insertar varios chips y también extraerlos sin problemas.

¿Cómo puede esto influir al mundo de la Realidad Virtual y Aumentada?
En la presentación, nos muestran una cerdita con un implante y como éste es capaz de predecir el movimiento de las extremidades del animal, con una precisión parecida a la obtenida por un sistema de cámaras OptiTrack, que va siguiendo las posiciones de las bolitas reflectantes pegadas a la piel de sus patas.

Pero ¿Un tracking corporal total es todo a lo que podemos aspirar?
El chip ya puede, entre otras cosas, leer y escribir información en las zonas encargadas del movimiento, las percepciones sonoras y el proceso visual.
Solo es cuestión de tiempo que las siguientes revisiones de estos chips acaben por enviarnos imágenes y sonido 3D directamente al cerebro, saltándose el sentido de la vista y el oído. Más tarde, entraría el sentido del equilibrio, el del tacto, olfato y gusto; entraríamos en Matrix.

Aunque pueda sonar a ciencia-ficción, ya hay sistemas de inteligencia artificial que decodifican la comunicación cerebral y se sabe dónde el cerebro forma las imágenes 3D; aunque aún quedarán muchos temas de ingeniería por resolver, el que esta tecnología comience a dar frutos es algo que está más cerca de lo que imaginamos.

Se acabarían así todas las pegas que nos dan los dispositivos actuales de realidad virtual y aumentada: la calidad de imagen sería igual o mejor que la nuestra propia, al igual que el sonido. Podríamos estar tumbados con los ojos cerrados y a la vez correr y saltar por los mundos virtuales, sintiendo el sol y el viento en la cara, oler la hierba o notar lo duras que son las piedras por las que escalamos. Daría igual que estuviéramos ciegos, sordos o en una silla de ruedas.

La instalación del chip llevaría menos de una hora; el robot administraría la anestesia local, haría la incisión, la extracción del trozo de cráneo, la implantación de los electrodos del chip y el cierre de la herida.

Elon Musk comenta que quiere que sea una tecnología que todo el mundo pueda usar, por lo que espera que su precio baje a unos pocos cientos de dólares y que puedas entrar a una clínica por la mañana, implantarte el chip e irte a tu casa por la tarde.

Pero no esperéis entrar en Matrix pasado mañana; la investigación se está haciendo ahora con cerdos, por lo parecido de sus cráneos a los nuestros, y va más encaminada a reparar problemas cerebrales o para enlazar la información de una médula espinal rota. La FDA solo ha autorizado las pruebas en humanos a partir de este Julio.

Pero lo que antes era ciencia ficción, rayando la fantasía en Matrix, Sword Art Online y Ghost in The Shell, ha pasado a ser un problema de ingeniería al que Elon Musk ya ha destinado las instalaciones, aparatos, investigadores y financiación adecuados.

Fuente: youtu.be