Labyrinth deLux - A Crusoe Quest: ANÁLISIS
3 MAR 2022 19:00
Una nueva propuesta para realidad virtual que busca innovar dentro del género de los puzles. K5 Factory intenta sorprendernos con su gravedad cero en un rompecabezas espacial. Disponible para PC VR y Quest.
Un accidentado viaje que nos hace salir de la monotonía
Labyrinth deLux - A Crusoe Quest, título desarrollado por Enigma Film y K5 Factory, nos introduce rápidamente en su mundo en su historia. Nada más iniciar el juego ya estaremos dentro de una nave espacial que nos llamará la atención por su desorden. La protagonista y piloto de la nave (Robin) parece haber estado disfrutando de un festín de pizza y refrescos y saca a relucir su aburrimiento en lo que parece un día más en la oficina en su vuelta a casa (la Tierra). Le acompaña Friday, una inteligencia artificial muy correcta y seria que supondrá el contrapunto frente al carácter divertido y desenfadado de la protagonista. Pero el viaje no se desarrolla de la forma tranquila que ella esperaba.
Nuestra nave empieza a sufrir turbulencias y nos veremos envueltos en un accidente espacial del que despertaremos en un extraño templo tras traspasar un bucle temporal. A partir de ese momento Friday será nuestro único acompañante y no sabremos cómo hemos llegado a ese misterioso lugar. Por lo tanto nos situaremos en unas ruinas que nos recuerdan a la cultura azteca (pero con la particularidad de que seguimos en el espacio y la gravedad es cero). Dará comienzo un desafiante viaje en el que tendremos que resolver una serie de rompecabezas para poder volver a la tranquilidad de nuestra nave espacial y regresar de una pieza a casa.
Por el camino nos iremos encontrando una serie de obeliscos de cristal con mensajes en un idioma antiguo que podremos escanear y que Friday nos irá traduciendo. La historia no se conforma con quedarse en la superficie de una odisea espacio-temporal, y pretende dejar al usuario pistas sobre el misterio que entraña ese enigmático templo al que acabamos de llegar.
Ábrete peso a golpe de cerebro y láser
Robin tendrá que poner su mente a trabajar (o en este caso nosotros) para poder salir del templo y regresar a nuestra nave. El juego consta de 16 niveles y se guardará automáticamente, por lo que es perfecto para jugar una partida rápida si no disponemos de mucho tiempo. Cada nivel se puede completar en unos pocos minutos, y terminar el juego nos puede llevar entre 2 y 3 horas dependiendo de nuestra habilidad en este tipo de propuestas (si nos atascamos en un puzle invertiremos más tiempo en terminar toda la aventura).
La particularidad de Labyrinth deLux - A Crusoe Quest es que se ambienta en el espacio y aprovecha su gravedad 0 para jugar con la perspectiva. Gracias a nuestras botas podremos desplazarnos hacia cualquier dirección y caminar por el techo o por las paredes como si de Spiderman se tratase. El efecto que ha aplicado el estudio a ese cambio de superficie por la que andamos está muy conseguido y consigue ser inmersivo sin llegar a marearnos.
Cada uno de los 16 niveles tendrá un objetivo concreto: salir de la habitación y pasar a la siguiente. Para ello tendremos a nuestra disposición un láser situado en el suelo que podremos mover arriba y abajo y en cualquier dirección en 360 grados. La misión principal será dirigir ese haz de luz a un interruptor cercano a la puerta que reaccionará y abrirá la salida si es iluminado de forma correcta. Pero no todo será tan fácil como apuntar del punto A al punto B, sino que nos encontraremos por el camino en cada sala con obstáculos como paredes y plataformas que tendremos que salvar utilizando diferentes espejos situados por toda la sala. Esos espejos también se podrán mover en 360 grados y deberemos generar un camino para que ese rayo láser pueda llegar a su objetivo.
Jugar a Labyrinth deLux - A Crusoe Quest es muy satisfactorio y su juego de perspectiva espacial nos ha parecido muy original y un reto muy alto en alguno de sus niveles. Nos encantaría que en el futuro se ampliará el contenido del juego y pudiésemos disfrutar de otras tantas habitaciones que superar con la inclusión de nuevas mecánicas jugables. La propuesta de K5 Factory nos ha hecho estrujarnos el cerebro y supone un buen referente dentro del género. Su duración se antoja algo escasa y nos habría gustado un mayor número de propuestas en cuanto a mecánicas para evitar que sus niveles se terminasen haciendo algo repetitivos.
Muévete como quieras en su entorno pixelart
Jugar a Labyrinth deLux - A Crusoe Quest nos permite movernos a nuestro antojo y tendremos la posibilidad de desplazar al personaje de Robin con desplazamiento y/o teletransporte con el cursor derecho. Debido a sus espacios poco iluminados no será un problema desplazarnos sin teletransporte evitando mareos, pero sí será necesario usar el teletransporte para pasar de una superficie a otra. Por ejemplo, si estamos en el suelo y queremos caminar por el techo sí deberemos recurrir al teletransporte, pero para movernos por cada superficie concreta no será necesario.
Su apartado visual nos ha sorprendido, ya que para este tipo de videojuegos se suele optar por unos gráficos más realistas o por un apartado cartoon como el que vimos en Unbinary por ejemplo. Sin embargo aquí vemos un estilo artístico pixelart que encaja a la perfección y que destaca sobre todo en la parte inicial de la nave, muy detallada. Los escenarios sin embargo quedan algo vacíos y simples (constando de espejos, estructuras, estatuas y puertas) y como en un segundo plano frente a la jugabilidad. Nos habría gustado disfrutar de una ambientación más detallada, pero entendemos que quizá podría haber distraído la atención de su gameplay.
En determinados momentos de la aventura hemos notado cierta imprecisión al intentar mover el láser y los espejos con una única mano, y hemos tenido que recurrir a ambas para poder girar a nuestro antojo cada elemento.
Las melodías y efectos de sonido cumplen sin destacar y el videojuego llega únicamente en inglés, lo que es un pena, ya que las conversaciones entre Friday y Robin son de lo mejor de la aventura. A pesar de todo, el punto fuerte de Labyrinth deLux - A Crusoe Quest es sin duda su jugabilidad y es igualmente disfrutable si no sabemos inglés, ya que se trata de una propuesta prácticamente independiente del idioma.
Conclusión
Labyrinth deLux - A Crusoe Quest supone una propuesta fresca e innovadora dentro del género de puzles de realidad virtual y presenta un apartado artístico al que no estamos acostumbrados (pese a que podía haber dado más de sí). Sus 16 niveles te sabrán a poco y estarás deseando (como nosotros) más contenido en el futuro. Si consiguen mantener vivo el juego con nuevas mecánicas evitarán caer en esa "repetitividad" que, pese a todo, no consigue empañar la experiencia de juego. Muy recomendado para los amantes de los puzles y una gran puerta de entrada para los novatos debido a la simplicidad de sus mecánicas.
El juego ha sido analizado en Quest 2.