VR Pigeons: mini-ANÁLISIS

Jugando con la tortícolis

Así es la premisa que proponen desde Mekiwi Oy con su VR Pigeons. Valor les sobra, pero hace falta mucho más para querer mover el cuello sin parar. Y es que, como hemos visto ya en otras ocasiones, aquí no necesitamos de mandos para jugar, tan solo hace falta fortalecer el cuello antes de una sesión de juego si no queremos que nos pase factura. Con la mirada indicamos la dirección, y con un ligero movimiento de cuello avanzamos hacia ella, además de servir a su vez para picotear. No hay nada más que necesitemos.

Así, a lo largo de diferentes azoteas, nuestro único objetivo es alimentarnos de los trozos de pan que lanza un generoso ser al escenario antes que el resto de palomas que pasan por allí nos los arrebaten. Con el movimiento de cuello apartamos al resto de nuestra especie del camino, recogemos algún que otro power-up y picoteamos el pan antes de que acabe el tiempo. Si comemos el pan requerido en cada nivel, pasaremos al siguiente hasta llegar a la friolera de cuatro niveles. Sí, tantos como para tener juego para rato. Un rato de diez minutos.

Tenemos que saciar nuestro apetito antes de que acabe el tiempo.

Pero siendo francos, VR Pigeons parte de una sencilla pero bien resulta premisa. Cierto es que no termina de convencer como producto más allá de producir una sonrisa mientras jugamos, y aunque no hay nada más en él, nos demuestra que todavía quedan muchas ideas en el mundillo por explorar. No hay intención de ofrecer algo memorable, y con algo de esfuerzo y menos movimiento de cuello tendríamos algo más que una curiosidad. Siempre podemos optar por el Dualshock 4 para jugar, pero sinceramente, esos pocos minutos que ofrece el juego son para reírnos con y de su desenfadada propuesta.

Una propuesta arcade y festera vacía pensada exclusivamente para el impacto inicial de su sistema de control

Y es que sin duda la simpatía está por encima de su jugabilidad, con unas imponentes palomas de ojos saltones de aspecto muy sencillo y colores pastel. Una música machacona y el ulular de las aves ponen el resto en un apartado audiovisual simplemente cumplidor. VR Pigeons nos ofrece pocos motivos para apostar por él con una propuesta arcade y festera vacía pensada exclusivamente para el impacto inicial de su sistema de control.

Aquel tipo de fondo es el encargado de lanzar pan al escenario.

Como punto a favor podríamos destacar su propuesta divertida, y como puntos en contra su sistema de control incómodo, su carencia de contenido / rejugabilidad y su enfoque muy discreto en todo.

Mini análisis realizado para PSVR en PS4 Pro. También disponible para Quest vía App Lab.