Gambit! - ANÁLISIS

Derrama la sangre de tus enemigos

Gambit es un nuevo shooter para realidad virtual de XREAL Games, quienes ya cuentan con experiencia en el mundo de la realidad virtual tras haber trabajado en otros títulos como Zero Caliber VR y A-Tech Cybernetic VR. El videojuego nos pondrá en la piel de un mercenario que trabaja tanto en solitario como en compañía y que ahora mismo forma parte de un grupo que la acaba de pifiar en un encargo para un poderoso cliente. Poderoso caballero es Don Dinero, pero también es muy peligroso si le jugamos una mala pasada a la mano que nos da de comer. 

Gambit introduce su propuesta jugable en un corto tutorial que se nos ha antojado más corto de lo habitual en este tipo de propuestas y que no es lo suficientemente completo para afrontar el primer tramo del juego con garantías. Sin embargo, cabe destacar que el control a los mandos de nuestro dispositivo VR es bastante intuitivo y no hay ninguna mecánica que sea difícil de aprender, por lo que tras un corto periodo de ensayo y error nos acostumbraremos a sus controles y nos centraremos en hacer frente al enemigo real. 

Los mercenarios bromearán entre sí entre fase y fase, y se busca introducir cierto tono cómico en sus interacciones, aunque no siempre se hace con el mismo éxito y en ciertos momentos nuestro personaje puede llegar a ser cargante, pesado e infantil. 

Puede jugarse sentado o de pie. El videojuego destaca por su frenetismo y puede provocar mareo en los jugadores debido a sus frecuentes saltos y a su rápido gameplay. La compañía ha puesto a disposición de los jugadores opciones para desactivar la ejecución automática y la posibilidad de activar la viñeta para reducir la sensación de malestar, por lo que no hace falta ser un experimentado player en realidad virtual para poder disfrutar en condiciones del título. 

Trabaja codo a codo con el resto de mercenarios

Gambit incluye una campaña que podremos afrontar en el modo para 1 jugador o en el modo cooperativo con hasta 3 amigos más. Cada cual adoptará el rol de uno de los componentes de ese grupo de mercenarios, y como suele ser habitual en este tipo de propuestas, cada uno se diferenciará del resto con unas armas y habilidades únicas que son tan variopintas como ya os podréis imaginar. El juego presenta una diferencia lo suficientemente grande entre personajes como para querer probarlos todos. Y al igual que pasa en el resto de shooters cooperativos existentes en el mercado, cada personaje podrá activar una habilidad especial en combate. Como veis, no inventa la rueda en su planteamiento y apuesta por una jugabilidad directa que busca ser entretenida y divertida, dejando de lado como suele pasar el apartado narrativo. 

El juego funciona con oleadas de enemigos a los que tendremos que hacer frente junto al resto de mercenarios de nuestro equipo. Deberemos limpiar un área para pasar a la siguiente y no faltarán los minijefes y jefes finales tan habituales de este tipo de juegos planos como Outriders. Contaremos con un reloj mediante el cual podremos realizar un seguimiento de nuestra salud y habilidades especiales. Si nos quedamos quietos podremos recuperar algo de vida, pero para conseguir llenarla a tope deberemos recurrir a diferentes tipos de comida que los enemigos irán dejando al caer o a la compra de salud mediante los puntos que vayamos logrando al eliminar a nuestros rivales. La muerte no supone perder la partida, sino que si nos derriban tendremos la posibilidad de que otro compañero del grupo nos reviva (de un modo similar al ya visto en otras propuestas de VR como After the Fall). Tendremos un número determinado de vidas y también será posible comprar más entre fase y fase. Si perdemos todas las vidas empezaremos desde el último punto de control.

Gambit no se conforma con ser un shooter cooperativo más y reta a los jugadores a encontrar todos los objetos coleccionables que esconde y que están ocultos a lo largo de las diferentes fases de las que se compone el juego. Algunos de ellos son más fáciles de encontrar que otros y supone todo un soplo de aire fresco entre bala y bala. Se agradece la inclusión de este pequeño contenido secundario en un género en el que se suele ir al grano. 

Un shooter diferente pero... ¿es suficiente?

Consiguen poner sobre la mesa un shooter cooperativo frenético que destaca por sus momentos de acción y que se hace súper divertido de jugar, sobre todo en su vertiente cooperativa. Incluye algunas mecánicas jugables novedosas como poder llevar dos armas al mismo tiempo que nos ha hecho sentir como John Wick en sus mejores escenas de acción y que (salvando las distancias) guardaba paralelismos con otras propuestas de VR como Pistol Whip. La variedad de armas y accesorios está bastante equilibrada y variada, y en líneas generales se trata de un shooter muy competente en el mercado de VR. 

Como ya hemos comentado anteriormente, esos elementos secundarios hacen de su propuesta algo diferente, y si conseguimos desbloquear todos los objetos de una fase tendremos acceso a un pequeño minijuego de puntería con el que picarnos con nuestros amigos. La diversión es la línea conductora de su propuesta y nos lo hemos pasado muy bien jugando a Gambit!. 

Sin embargo no es oro todo lo que reluce y la IA no raya al mismo nivel que su apartado jugable, ya que los enemigos son algo "tontos" y torpes en sus movimientos y estrategia, y cuentan con una conducta errática y con una toma de decisiones no siempre acertada. Hay ciertas habilidades especiales que rompen el juego y que hacen las batallas contra los jefes finales más fáciles de lo que deberían ser. Es molesto ese desbalanceo y se debería haber compensado mejor o haber limitado el uso de las habilidades en ciertos momentos que deberían haber brillado por su reto y sin embargo no lo hicieron. 

Si comentábamos que las armas brillan por su variedad, no lo hacen por contra los enemigos o rivales y el juego termina a llegar a ser repetitivo tras varias fases seguidas, ya que los combates pierden esa variedad y sorpresa de enfrentarte periódicamente a nuevos enemigos con movimientos diferenciados. El objetivo es siempre el mismo y consiste en eliminar a todos los enemigos. Al principio es suficiente, pero conforme avanza el juego echamos de menos algún puzle u objetivo diferente que le otorgase cierto dinamismo a su apartado jugable. Al final, jugar en solitario o en cooperativo no marca la diferencia, ya que no hay dinámicas de equipo que requieran la comunicación entre los diferentes mercenarios. 

La campaña se nos antoja algo corta y podremos completarla en unas 2 o 3 horas dependiendo de nuestra habilidad a los mandos. Si queremos encontrar todos los coleccionables podremos doblar esa duración, pero para muchos no será suficiente y querrían haber visto una campaña más ambiciosa (nos incluimos). 

Se incluyen más modos multijugador como un todos contra todos y un modo similar al Battle Royale que recibe el nombre de Municipal Mayhem. Estos modos pueden alargar todavía más la vida útil del título y la compañía ha afirmado estar trabajando en más contenido principal y en un modo zombis. Por el momento no tenemos más detalles, pero parece que el juego va a seguir recibiendo soporte y contenido en los próximos meses. 

Gráfica y sonoramente discreto

Gambit se encuentra a medio camino entre el realismo y el cartoon en su apartado gráfico y no logra encontrar su identidad propia, provocando que el jugador no acabe de abrazar su estético ni su propuesta. Los gráficos se alejan de otros títulos que han rayado a un altísimo nivel gráfico en Quest 2 como por ejemplo Red Matter 2, y se nota que no se han invertido todos los esfuerzos en ese apartado.

En su apartado sonoro cuenta con unos acertados efectos de sonido que nos hacen meternos de lleno en la partida y sentirnos unos auténticos mercenarios. El juego a veces apuesta por la ausencia de música en el modo multijugador para darle mayor tensión a su jugabilidad, aunque consigue solo a medias el efecto deseado. Gambit llega en español y se agradece en ese sentido el esfuerzo realizado por el estudio pese a que no sea una propuesta demasiado dependiente del idioma. 

Conclusión

Una divertida propuesta shooter repleta de frenetismo y acción que gana enteros al jugar en modo multijugador cooperativo y que incluye ciertas novedades no vistas habitualmente en el género. Lástima que su campaña sea corta y a nivel jugable la IA y variedad de enemigos no estén a la altura. Esperamos que la compañía siga ampliando la experiencia jugable en el futuro que pueda evitar la repetitividad en la que cae a día de hoy y que hacen que el título no sobresalga.

El juego ha sido analizado en Quest 2.