Darksword: Battle Eternity - ANÁLISIS

Action RPG, roguelite, hack and slash y más allá...

Desarrollado por el equipo coreano de Com2uS ROCA, Dark Sword: Battle Eternity es el debut del estudio con un más que competente Action RPG Rogue-Lite de toques hack and slash, un cóctel de géneros que ya estamos más que acostumbrados a que funcionen juntos.

Pero si como a mí te pasa que es oír Rogue algo y frunces el ceño un poco debido a la masificación de lanzamientos con la misma fórmula, tengo que decirte que tranquilidad. El estreno de este equipo es una sorpresa muy vistosa a nivel visual y muy adictiva a nivel jugable.

De todos modos empecemos por el principio, ¿Qué nos espera en Darksword: Battle Eternity? Pues básicamente oleadas de enemigos y bosses hasta que acabemos con ellos o ellos con nosotros. Y volver a empezar una y otra vez, al mismo tiempo que nos vamos haciendo más fuertes y mejoramos nuestro equipo. Simple y directo.

Cuenta con mi espada y con mi arco

Para poder superar este ciclo infernal, nos armaremos con una espada con la que encadenamos combos o golpes críticos y un escudo para cubrirnos o hacer parrys. Eso sí, el uso del escudo es limitado y se desgasta, necesitando cierto cooldown que nos puede jugar malas pasadas... así que cuidado.

Intercambiar entre la espada y un arco para las distancias largas es tan fácil como pulsar un gatillo u otro. El arco al igual que las otras armas, se usa tal y como esperas en VR, haciendo uso de las dos manos para tensar la cuerda y necesitando nervios de acero cuando estás siendo acosado por varios enemigos al mismo tiempo.

Por su parte, el control del personaje es algo lento. La jugabilidad busca forzar el uso del teletransporte para movernos con velocidad o para rodear a los enemigos. Como no podía ser de otra forma, tiene límite de uso y necesita de una pequeña recarga de tiempo, con lo que tendrás que usar algo la cabeza a la hora de luchar.

Oleadas sin fin... pero con ayuda

Las oleadas se disputan en arenas dentro de torres ascendentes que, una vez superadas, nos elevan al siguiente nivel. Según vayamos derrotando enemigos, iremos reuniendo materiales, poderes extra para nuestras armas, mejoras y diferentes skills, que como buen rogue lite, se reiniciarán al morir.

Afortunadamente, llegados a cierto punto podremos invocar la ayuda de unos gatetes humanoides que son una cucada. Eso sí, son algo más que unos peluches achuchables y podremos elegir entre arqueros, magos o espadachines, complementando nuestra forma de jugar si escogemos sabiamente.

Como digo, usar la cabeza será importante, pues saber elegir las skills entre las que nos van ofreciendo y hacer un uso inteligente de nuestros recursos será la única forma de llegar a la cima de las torres, lugar donde nos esperan los jefes con sus mecánicas propias y las secciones más espectaculares y emocionantes del juego.

Crafteando, que es gerundio...

Los enemigos al morir, además de materiales, nos dejarán dinero, nuevas armas o recuperadores de salud. También y más interesante, figuras coleccionables de las bestias que podremos admirar luego en un mini museo y que nos permiten invocarlas para luchar contra ellas en una especie de arena para practicar.

Los materiales recolectados nos servirán para forjar nuevas armas o venderlos y conseguir dinero para el aumento del nivel de las mismas. Ciclo de crafteo tradicional, pero al menos la forja tiene su gracia y nos hace sentirnos un herrero medieval de forma similar a lo visto en Warhammer Age of Sigmar: Tempestfall.

En el hall central desde donde podrás acceder a esa forja, a la tienda de compra / venta o el museo, podrás ver tu clasificación, los logros desbloqueados, acceder al modo historia, a las misiones en cooperativo (nada de modo historia en cooperativo) y poco más.

De momento, el contenido, aunque absorbente (a mi se me apagaron las gafas por falta de batería sin darme cuenta) se queda algo corto. Pero es cierto que se muestran espacios extra en el menú como el de PvP que prometen que llegará pronto. Al menos, parece que mundo de Darksword: Battle Eternity se quiere expandir.

Un mundo oscuro... fantástico

Más positivos nos ponemos si hablamos de las bondades visuales. Los diferentes diseños de escenarios, arenas, enemigos o armas tienen un gran nivel. Incluso partiendo de la base de una ambientación tan manida como es la de la fantasía medieval dentro del mundo de los videojuegos, el juego y su mundo consiguen tener personalidad.

Por ejemplo, el diseño de todas las arenas me ha parecido estupendo y logran impresionar. Su estructura de niveles ascendentes juega con las alturas y la escala para deslumbrarnos al mirar hacia arriba o para el tembleque de piernas al mirar hacia abajo desde cierta altitud.

Por otro lado, puede que sus enemigos se repitan un poco, pero eso no empaña sus buenas texturas, la buena resolución, los agradables efectos y las estupendas animaciones. Súmale enormes jefes de atractivo diseño y, en general, la estupenda atmósfera que nos hace querer mantenernos dentro del juego. 

Incluso la banda sonora o efectos de sonido acompañan estupendamente, ayudando a que disfrutemos de cada estocada, combate, muerte o aparición de esos adorables gatetes guerreros, presentando muy pocos elementos que puedan sacarnos de la inmersión.

Fantasía tópica pero trabajada

Vale, es cierto que juega un poco sobre seguro. No reinventa la rueda nada en su estructura jugable y el uso de entornos cerrados juega a favor de Com2uS ROCA para mantener todo controlado y poder lucir donde toca. Pero no restemos méritos a un estupendo trabajo donde todo funciona y luce a muy buen nivel.

Como punto negativo, trae varios idiomas entre los que se encuentra el inglés, pero no el español. No es que sea muy complicado de entender las diferentes opciones o incluso la poca historia, pero se le puede complicar la vida a más de uno en las descripciones de hechizos o skills.

Aparte, tal vez le sobra el uso de ciertas pantallas planas o menú de videojuego tradicional en algunos puntos que rompen un poco el ambiente, o cierta interfaz que no está del todo bien integrada. Con todo, se nota el intento de crear una jugabilidad adaptada y que explote las VR más allá de su core jugable.

Conclusión

Dark Sword: Battle Eternity tiene una estructura de oleadas en torres ascendentes con jefes finales básica y sabe hacer uso de ella para ofrecer una muy buena jugabilidad, mucha espectacularidad y un ciclo de diseño muy bien estructurado que incita a volver a intentarlo siempre una vez más. Si Com2uS ROCA da lo que promete con las nuevas actualizaciones, modos extra y más contenidos, podemos estar hablando en un tiempo de uno de esos juegos que siempre salen en la lista de recomendados.

El juego ha sido analizado con Quest 2.

Vídeo análisis: