The Wizards: Dark Times - Brotherhood: ANÁLISIS

Rey de Elementos

Algo que conquista a todos los que prueban la realidad virtual es sentirse dentro de otros mundos. Ver como nuestras manos tienen un fiel reflejo en ese mundo poligonal mientras reaccionan de forma natural a lo que hacemos es, sin duda, un imán del que es difícil no enamorarse. The Wizards: Dark Times - Brotherhood lo sabe, y lo utiliza como núcleo central de su propuesta para convertirnos, con todo tipo de gestos, en auténticos hechiceros moviendo los brazos como si fuéramos coreógrafos.

No es la primera vez que tomamos dicho rol, y ya en su precuela The Wizards: Enhanced Edition e incluso esta misma secuela aparecida por primera vez hace unos años, no parábamos de lanzar bolas de fuego por doquier mientras nos protegíamos con escudos de luz. Una segunda parte que no llegó a aparecer en el primer visor de Sony y que ahora sí, con la potencia extra y mandos de mejores prestaciones, llega a consolas para demostrar que el trabajo de mago es más cansado de lo que pensamos. Eso sí, siempre para bien.

Además, esta versión aparece unos pocos meses después de recibir la actualización Brotherhood que permite cooperar con dos jugadores más a través de internet. De momento, eso sí, a la espera de recibir el juego cruzado con los usuarios entre SteamVR y PSVR2 dentro de unas pocas semanas. Mientras tanto, podemos disfrutar de los ajustes visuales y jugables que garantizan una experiencia mucho más inmersiva que la original de 2020... Aunque los subtítulos, ahora gigantes, sigan interfiriendo con los modelos. Y no, antes de que os asalte la duda, no aprovecha ni un ápice las funciones exclusivas del sistema...

Y esto sin duda acaba penalizando demasiado la experiencia. Sentir la creación de cada uno de los poderes en la palma de la mano es de lo primero que se nos pasó por la cabeza. El cosquilleo de la electricidad, la energía del escudo de luz, la tensión del arco de hielo... Nada. Tampoco vibra el propio visor, y claro, el foveated rendering para la mejora de imagen es como si no existiera. Además, las inconsistencias en el audio hace la invocación de todos estos conjuros muchas veces no esté acompañada de efectos, lo que genera una sensación constante de esperar algo que no tenemos.

Las debilidades elementales son fundamentales para salir exitosos.

Un mundo sin cambios

Este The Wizards: Dark Times - Brotherhood llega con la promesa de cambios que, lamentablemente, no hemos podido detectar a simple vista. El juego funciona fluido y rápido en todo momento, y a pesar de no contar con la mayor nitidez de imagen posible (a media / larga distancia se resiente), todo luce bastante bien. Las texturas son generalmente buenas, y a pesar de encontrar altibajos, el contraste de luces y sombras con el HDR y la pantalla OLED juegan muy a su favor. Las cuevas son oscuras hasta decir basta y realmente tenemos que echar mano de los hechizos para dar algo de visibilidad al asunto.

Todas las incomodidades en el movimiento continúan estado presentes: nos atascamos en las irregularidades del terreno y toca tirar del teletransporte para avanzar, las físicas de la escalada son muy mejorables (ni siquiera las manos se acercan al objeto) y a sabiendas de esto se pueden omitir, el sonido ofrece cortes constantes que no parecen ser intencionados y los efectos en sí no convencen como esas pisadas "con tacones" a todo volumen. Si a esto le sumamos que el nexo, como zona central, es completamente inútil, nos hace pensar que su única mejora real es la vertiente multijugador. El desarrollo es plano y repetitivo por lo que la excelente propuesta jugable se va al garete antes de llegar a los títulos de crédito, que tras verlos dispondremos del New Game + si queremos más.

A los pocos minutos nos sentiremos cual Trunks enfrentándose a Mecha Freezer, pero no logra sustentar un juego completamente lineal y repleto de oleadas constantes de enemigos poco variados

No nos engañemos. A los pocos minutos nos sentiremos cual Trunks enfrentándose a Mecha Freezer. De forma muy intuitiva sacaremos el escudo para después lanzarlo al rival mientras, con la mano contraria, generamos una esfera helada. El arco, si bien el apuntado es mejorable, aporta esa precisión extra que el resto de ataques no necesita, y solo necesitaríamos el uso del seguimiento ocular, como en Synapse, para poder apuntar realmente donde quisiéramos y sacar mayor rédito de los jarrones que provocan explosiones elementales en un determinado radio.

Pero como decíamos, esto no logra sustentar un juego completamente lineal, repleto de oleadas constantes de enemigos poco variados y puzles casi inexistentes además de anecdóticos. Claro, esto es ideal para su propuesta multijugador al no tener que hacer nada más que apartarse criaturas de encima, pero desvirtúa el juego individual gesticulando sin cesar y omitiendo aportar reto alguno. La IA tampoco acompaña, y la aparición completamente aleatoria de goblins o setas (a veces sobre nosotros incluso) hace que maldigamos que vengan tantos y en tal cantidad.

Las interacciones y la abultada cantidad de enemigos poco variados sigue presente.

Con amigos si nos dejan

Pero lo verdaderamente importante de The Wizards: Dark Times - Brotherhood es cooperar. Para la ocasión se ha incorporado una campaña completamente nueva e independiente al modo historia con cuatro zonas exclusivas. Lamentablemente, no podemos ofreceros feedback compartiendo hechizos por diversos errores en el matchmaking actual, pero sí de lo que ofrece dicha modalidad al probarlo sin nadie a nuestro lado. Lo primero es el inevitable lobby central, donde además de esperar compañeros, podemos practicar la puntería en unas dianas, consultar el Hall of Fame con multitud de logros internos a conseguir (superar x zona, salvar a compañeros...) y elegir clase.

Existen tres tipos de armaduras con sus propios poderes elementales: Fuego, Relámpago y Hielo. A medida que juguemos, sumaremos puntos de experiencia que automáticamente hará subir de nivel a la clase con la que jugamos, permitiendo desbloquear nuevas habilidades (pasivas y activas). Todo esto es muy confuso y se resuelve desde el menú de opciones de forma algo tosca, pero sin duda incentiva para dedicar tiempo a este modo que nos llevará sus buenas 3 o 4 horas superar, algo menos que la campaña principal.

Jugar con amigos es su gran incorporación pero los problemas de conexión y un juego cruzado que todavía es una promesa le hacen brillar menos de lo que debería en su salida.

Eso sí, si en la historia acusábamos la ingente cantidad de enemigos que aparecían, el multijugador no se queda corto. Muchos, muchos enemigos buscarán gresca (con algunos nuevos) y al menos en solitario se hace palpable que el juego nos pondrá contra las cuerdas incluso con amigos, por lo que resulta fundamental que cada miembro pertenezca a un elemento distinto para hacerles frente de forma más eficiente. También podemos elegir entre varios niveles de dificultad, depende de cuánto queramos sufrir y sudar. Si morimos toca comenzar desde el inicio del nivel, pero sumando la experiencia obtenida y por tanto mejorando a nuestro personaje.

Sí hemos notado un bajón importante en la resolución de imagen en este modo, provocando elementos poco definidos y dientes de sierra, de nuevo, en medias y largas distancias. Lamentablemente, no contar con crossplay a día de hoy, aunque la opción esté disponible en el menú, y los errores para unirnos y buscar partidas, penalizan enormemente la recomendación de aventurarse en él si ese fuera el mayor incentivo. Tocará esperar a próximas actualizaciones para comprobar si ser brujo puede divertirnos tanto como esperamos que lo haga.

La araña tamborilera nos ameniza el lobby mientras consultamos logros y habilidades.

Conclusión

The Wizards: Dark Times - Brotherhood es sorprendente durante los momentos iniciales creando hechizos con gestos a diestro y siniestro. Su desarrollo no se ha visto retocado desde que vio la luz años atrás en otros visores, conservando los mismos detalles por pulir y que en pleno 2024 se acusan todavía más. Asperezas jugables, sonoras y de experiencia general que deslucen una ambientación oscura muy interesante. Jugar con amigos es su gran incorporación, pero los problemas de conexión y un juego cruzado que todavía es una promesa le hacen brillar menos de lo que debería en su salida.

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.0.0