Half-Life: Alyx, mi refugio cuatro años después

Un refugio emocional y todavía emocionante

El 23 de marzo de 2020 entró en nuestras vidas Half-Life: Alyx, y aunque desde el primer momento se le pudieron sacar algunos defectos, porque los tiene, todavía son legión los que creen que ni antes ni ahora hay un juego para realidad virtual que le haga sombra.

Si por cuarto año el que esto escribe le dedica un artículo homenaje por su cumpleaños, queda claro de qué bando estoy. En esta ocasión podría volver a recomendar algunos de los mods publicados por la comunidad en su workshop, porque aunque el ritmo de creación ha bajado, se siguen encontrando joyas como llenas de acción como el llamado Zheptics o añadidos que modernizan la propuesta de Valve como Body Holsters, que permite guardar y coger las armas desde nuestro propio cuerpo en lugar de tener hacerlo desde el inventario desplegable poco inmersivo original.

Parte de una ilustración dibujada por [D met] para el Workshop de HLA.

Y como ya se publicaron todos los temas de su magnífica banda sonora, y nada más puedo decir sobre esa música, este año me voy a poner algo tristón o nostálgico, recogiendo parte del pesimismo que ronda a los amantes de la realidad virtual del PC, pero como este debería ser una fiesta, habrá un alegre pastel y regalos al final.

Mi dedicación a Real o Virtual me da el privilegio de poder probar muchos juegos y experiencias, y que dure, aunque esto que suena tan bonito tiene su cruz: no todos los caramelos que hay en la bolsa son dulces. Algunas veces porque las propuestas están verdes (demos, juegos en acceso anticipado), y otras simplemente porque no todo sale bueno, me tengo que tragar más de una píldora amarga.

Ilustración de Josh SFM publicada en el Workshop de HLA.

También me sucede, como a todos, enfrentarme a momentos en los que ponerse el visor e iniciar un juego se convierte en una tortura por problemas de rendimiento, mandos no detectados, actualizaciones en el peor de los momentos, versiones del canal de pruebas y los incontables fallos de una tecnología que no siempre funciona a la primera. 

Cuando se me juntan varias de esas situaciones seguidas, siempre termino recurriendo a Half-Life: Alyx como refugio y bálsamo, es mi taza de café caliente en las manos de una tarde fría de invierno, un hombro en el que llorar, el amiguete con el que sales de echar unos tragos para olvidarte de un mal día.

Ozioma Akagha, voz de Alyx Vance. A su lado, la recreación digital imaginada por #Ganbrood

¿Qué no se estrenan buenos juegos en ninguna plataforma y me golpea en la cabeza el mantra de la VR está muerta? Me pongo a jugar a Alyx. ¿Que no estoy seguro de si los errores que estoy teniendo con un juego es cosa suya o mía por haber tocado algo de la configuración? Compruebo si todo me funciona con Half-Life: Alyx. ¿Qué necesito desahogarme pegando unos tiros? Escojo un mod de acción cortito e intenso del Workshop.

Y si a mi entorno llega alguna persona nueva a la que todavía no le he dado la turra con esto de la VR y la quiero evangelizar, no se va de casa sin haber estado en esa terraza con vistas a Ciudad 17. Ya veis, enamorado de Alyx hasta las trancas, tanto que incluso cometí la herejía de jugarlo en plano con uno de los dos mods no VR que conozco, sin arrepentirme por ello.

En esta fiesta de cumpleaños imaginada por #Vladnyx parece que Alyx ha tomado demasiado vodka.

Rozando ya lo enfermizo y la obsesión, diré que no solo la última entrega de la saga es mi paraíso virtual, porque ahí están los excelentes mods de sus entregas principales, con un nivel de mecánicas VR más avanzadas que, por desgracia, las de demasiados juegos nativos creados para realidad virtual. Si el primer Half-Life se nos ha quedado viejito, pues viene al rescate el mod inmersivo de Black Mesa, y para rematar la faena, en el caso de necesitar cambiar de aires, pues ahí está el mod de Portal 2, para que todo quede en casa de Valve.

Así que, por muchas razones, ¡Feliz cuarto aniversario Hal-Life: ALyx!, y que cumplas muchos más, pero a ver cuando podemos celebrar también tu necesaria y obligatoria continuación en compañía de Gordon Freeman.