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Otra mala señal emborrona el horizonte del proyecto aún incipiente de las Google Glass: Los empleados del gigante tecnológico rehúsan usar las gafas de realidad aumentada. Y si ellos no están dispuestos a ser los pioneros, ¿quién lo estará?
Robert Scoble, experto en tecnologías, cree que las Google Glass están condenadas al fracaso. Tras enumerar algunos de sus problemas tecnológicos que deben corregirse, lo más preocupante, según él, es que los mismos empleados de Google muestran muy poco interés en las gafas. Scoble advierte que al gigante de Internet le podría pasar lo mismo que con la tableta de Microsoft, cuando los empleados dejaron de trabajar y de confiar en ese proyecto. "Hasta que Apple les obligó a reaccionar debido a la popularidad del iPad", recuerda.
Cuando los mismos empleados no utilizan o apoyan su producto, el problema lo tiene el producto, no los empleados
El anuncio del lanzamiento de las gafas de Google generó enormes expectativas en el primer semestre de 2013. Sin embargo, poco a poco fueron saliendo a la luz pormenores del dispositivo que fueron difuminando las primeras buenas sensanciones. El objetivo de Google Glass es que el usuario pueda leer fácilmente los correos electrónicos sin tener que buscar el teléfono en su bolsillo además de, entre otras cosas, tomar fotos con solo guiñar un ojo o pedir información en el mapa virtual si te pierdes en la ciudad.
Muchas de las personas que pudieron hacerse con un prototipo de las gafas, que Google vendió a expertos en tecnología por 1.500 dólares, confiesan que no las usan muy a menudo. Así las cosas, si ni los amantes de los productos innovadores y tecnológicos ni los empleados de Google se sienten cómodos usándolas, no parece claro cómo pueden llegar a convertirse en un objeto cotidiano, advierte el portal 'Business Insider'.
"Cuando los mismos empleados no utilizan o apoyan su producto, el problema lo tiene el producto, no los empleados", estima John Gruber, experto en ciencias de la computación.
www.elmundo.es/blogs/elmundo/el- ... glass.html
Y ahora, ¿qué pasa con Google Glass?
25 MAR 2014
El anuncio de Android Wear crea una confusa situación cuando se piensa en el otro gran producto de electrónica "vestible" de Google. ¿Por qué un sistema operativo para el reloj y otro aparentemente distinto para las famosas gafas, aún en fase beta? ¿Hay un futuro común para ambos o seguirán una evolución diferente?
Más importante aún ¿Está Google cambiando dejando morir Glass en favor de los nuevos relojes? Es la idea que ha saltado en la mente de muchos analistas y varios de los actuales "exploradores" (el nombre que les da Google) de las gafas. Robert Scoble, defensor entusiasta del proyecto cuando se presentó en el año 2012 apuntaba a ello la pasada semana:
Larry Page está sobre el escenario de las conferencias TED ahora mismo. No lleva puestas las Google Glass. Esto parece apoyar mi idea actual sobre Google: la compañía es incapaz de mantener un enfoque[...] ¿Va a continuar Google con el proyecto? Soy muy escéptico.
Sergey Brin, cofundador de Google y último responsable de Glass, tampoco parecía tenerlas encima durante el evento. Scoble también señalaba el malestar entre algunos inversores.
Algunos usuarios también muestran síntomas de fatiga, frustrados por el lento avance y el alto precio (han pagado unos 1.500 dólares por el acceso a los prototipos) del producto. Jeff Jarvis, autor de ¿Qué haría Google?, resumió su descontento en un sorprendente ataque a principios de febrero:
Es difícil encontrar un mayor fan de Google que yo, pero odio Glass y quiero dejar el programa beta. [...] He llamado a Google pidiendo que me den de baja. Qué absoluto desperdicio de dinero.
Pero desde Google nada indica que el proyecto haya cambiado de enfoque u objetivo. Por ahora no hay cambios previstos en el sistema operativo de las gafas, el kit de desarrollo de aplicaciones es independiente del de Android Wear y la compañía ha comenzado una campaña de relaciones públicas tratando de erradicar los mitos que muchas veces acompañan a las gafas, sobre todo en lo referente a la privacidad y su uso en espacios púbicos.
El apoyo más significativo, en cualquier caso, viene desde Italia. Ayer la compañía Luxottica anunció un acuerdo con Google para llevar Glass a las gafas Ray-Ban y Oakley. Luxottica comenzó a trabajar con Google el pasado año pero ahora se ha comprometido a diseñar modelos propios que cuenten con Glass. Se suma así a VSP Global, otro de los grandes proveedores de monturas y cristales en Estados Unidos, que anunció un acuerdo a principios de año. Por inercia o por impulso, Glass parece seguir adelante.
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