Garden of the Sea: ANÁLISIS
3 JUN 2022 15:00
Crea tu propio huerto, alimenta a tus animales y explora las distintas islas en la búsqueda para resolver el misterio que aguarda detrás de este mundo tranquilo y relajante. Disponible para PC VR y Quest.
Aquel tranquilo destino en medio del mar
Alejado y en medio del mar se encuentra nuestro destino, una remota isla a la cual hemos sido llevados gracias al estudio Neat Corporation (creadores de Budget Cuts). Música de fondo tranquila y una estética colorida nos acompañarán de aquí en adelante, sin espacio para las prisas, pero sí para explorar, para desentrañar lo que oculta un lugar preparado para sembrar y cosechar.
Una narrativa sin palabras
Nuestra historia comienza en una pequeña isla junto a los restos de una estatua, y sin decirnos nada hemos de entender lo que el mundo nos pide, tal que por medio de señalizaciones notamos cómo se nos enseña a sembrar y quién requiere de nuestra cosecha, para así obtener una especie de cristal que dará inicio a la aventura emergiendo una estructura en medio del mar, que interconectará causalmente las cuatro islas que se encuentran allí repartidas.
Como si de un naufragio se tratara, nos encontramos con que todo lo que necesitemos deberá ser construido. Con toques de puzle, la idea es explorar buscando materiales y tarjetas que nos darán a entender cómo fabricar las distintas estructuras, sembrar y llegar a distintos lugares del mapa, pues nuestro primer contacto con la isla es un poco limitado. Vemos que tanto cerca como lejos hay distintos lugares que podrían tener lo necesario para avanzar en nuestra aventura, zonas en las que tal vez esté esa herramienta que nos hace falta o ese ingrediente esencial, para esto se necesita descubrir qué nos piden.
Si bien el juego está lleno de misterios, la realidad no es que las pistas pululen; al contrario, un punto que puede ser negativo es que en varios momentos me he atrancado al no saber qué me hace falta o cómo obtenerlo, dando vueltas y vueltas hasta, por suerte, dar con lo que hacía falta o simplemente encontrar una tarjeta de recetas que no había visto. Si lo sumamos a que algunos desplazamientos son largos y que todo el lenguaje es gráfico, nos puede dar para sentirnos muy perdidos en algún momento, pero no te preocupes, pues en la mayor parte de la historia es fácil que conectemos causalmente eventos.
La exploración nos llevará a recorrer prácticamente todos los rincones de las cuatro islas, cada una con una temática y apartado artístico característicos, lo que incita a la curiosidad mientras desentrañamos las incógnitas que nunca se llegan a desvelar del todo, pues esta historia con una narrativa sin palabras parece centrarse en hacernos sentir más que entender.
¿El Animal Crossing de la VR?
Me he encontrado muchas comparaciones entre esta entrega y el famoso Animal Crossing de Nintendo, a lo que he de manifestarme con una leve aceptación al respecto. En Garden Of The Sea, el sembrar y cosechar resultan clave para avanzar, pero no busca adentrarnos en una administración de recursos sin la cual no podamos progresar; en realidad el crear nuestros propios cultivos es casi opcional, sí bien es cierto que se necesitan unos recursos mínimos para objetivos concretos, pero el volver a sembrar, seguir aumentando nuestros jardines o decorar es algo que el juego solo nos da a entender en un "hazlo si quieres, eres libre de crear tu propio jardín si así lo deseas", dejando de lado la presión de los sembradíos en masa o los esquemas monetarios (aunque algún que otro intercambio por objetos decorativos sí que podemos hacer).
Lo bueno es que, si una vez finalizada la campaña queremos seguir decorando a gusto, nos encontramos con que hemos acumulado una buena variedad de flores y alimentos para ir creando nuestra parcela, e incluso algún que otro objeto decorativo como estatuas o sillas. En lo que respecta a la parte de los animales, está algo más limitada, con apenas unas tres especies y sin la posibilidad de moverlas entre islas, excepto por los peces que debemos capturar con una caña y que sí podemos dejar en el estanque a nuestra elección. De todas formas tienen un cierto encanto, he de admitirlo: me he quedado acariciándolos en algún que otro momento.
Cosechando un mundo de fantasía
Las mecánicas de este colorido mundo virtual se centran en la recolección, para lo que desde el principio se nos habilita un inventario en el que podemos llevar un máximo de 8 objetos, cada uno de los cuales se puede repetir en su propio espacio. Lo bueno de esto es que la implementación está en nuestra muñeca y se puede acceder desde cualquier mano con solo oprimir un botón, haciéndolo cómodo en general. Lo malo es que el límite de 8 objetos se queda corto constantemente, y si consideramos que a veces los desplazamientos pueden ser largos, pues llega a tornarse molesto. De todas formas, cuando desbloqueemos el barco veremos que tiene compartimientos adicionales que suplementan un poco este déficit.
Sembrar y cosechar resulta natural e intuitivo, tan simple como tomar el azadón, preparar la tierra, soltar una semilla y regarla con agua, luego solo resta esperar y añadir más agua de ser necesario. Algunas semillas las encontraremos en bolsas, mientras que otras será necesario recoger la flor o el fruto y procesarla para obtener con qué sembrar. También vemos que hay ciclos de día y noche, pero no parecen afectar a ningún tipo de cosecha, dependiendo solo del tiempo a partir del que hemos sembrado.
Los objetos y algunas edificaciones (son pocas) requerirán que tengamos las instrucciones para crearlos y reunir los materiales necesarios, de forma que si ingresamos por ejemplo cierta cantidad de madera en nuestra esfera de fabricación obtendremos un estante, una silla, etc. El bote también incluye una de estas esferas, debido a que nuestra base se encuentra únicamente en la isla principal y habrá ocasiones en que necesitemos construir determinados objetos para seguir avanzando.
Una relajante travesía
Mi viaje por estas islas fue una excursión relajante en su mayor parte, exceptuando los momentos en que me perdí dando vueltas sin saber qué hacer. Por lo demás, la campaña me situó en momentos bastante bonitos que le daban sentido a haber estado realizando pequeñas acciones para lograr un objetivo a mayor escala, aunque nunca se nos da a entender del todo el trasfondo de este lugar en medio el mar. Que por cierto, al final, cuando ya había hecho todo que se podía en cada isla, tardé bastante en entender cómo culminar el juego, hasta darme cuenta de que solo me hacía falta pararme en un lugar especifico, algo que no dan a entender del todo bien.
La duración depende en gran medida de qué tanto entendamos cómo avanzar, con unas 6 a 8 horas mínimo, estimaría yo, aunque en mi caso creo que han sido casi 20. En lo que respecta a la traducción, el juego está en varios idiomas incluido el español, claro que al no tener diálogos ni textos esto nos será útil en el menú y poco más.
Conclusión
En medio del mar hay un lugar relajante para quienes gustan de los juegos tranquilos sin alta carga narrativa, con deseos de explorar y cosechar de por medio, un lugar apto para todas las edades que es visualmente simple pero bello. Así que si eres de las personas que disfrutan de los clásicos juegos de sembrar, tener algún que otro animal y te agradan los puzles, entonces Garden Of The Sea te va a gustar.
El juego ha sido analizado con Quest 2.
Podemos verlo en acción en este capítulo de ROV Explorers:
carlos_car
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#1 3 JUN 2022 15:54
Muy divertido y el barco es lo más parecido a wind Walker en vr,lo que no me gusta son los colores apagados respecto a pc,el racoon lagoon tiene unos colores más intensos pero chulo para stand alone
ray_manta
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#2 3 JUN 2022 16:07
Desde que se publicó a principios de este año le han ido añadiendo más contenido. Y va a seguir creciendo.
Si os gustan los juegos tranquilos un poco al estilo Stardew Valley, es una buena opción en VR.