Me gustaría explicaros lo que sentí ayer jugando a Observer System Redux con el inyector de Praydog, la apertura de la cuarta pared.
Ningún medio audiovisual puede alcanzar el sumun de la metanarrativa como lo hace la VR. Si descomponemos metanarrativa, el prefijo meta significa «más allá», y una narrativa es una historia. La metanarrativa será, por tanto, una historia más allá de la historia, que es capaz de abarcar otros «pequeños relatos» en su interior. No pretendo inmiscuirme en las derivadas políticas del término "metanarrativa" que mas tienen que ver con el absolutismo moral. Sin embargo, utilizo el término para explicar como una historia puede ir más alla de su contenedor audiovisual, e incluso como otras historias externas se adentran en dicho contenedor para formar una nueva narrativa, podemos deducir que la VR actúa como un puente entre ambas historias.
Humilde alumno de teatro en los últimos años, albergo cierta pasión por sentir pieles ajenas. Cómo bien afirmaba Óscar en el directo de rov, una adecuada ambientación en un videojuego , grandes inversiones monetarias de por medio, consigue potenciar la empatía hacia los personajes de su historia, y repito, en esto la VR es inigualable. Te situás físicamente en la perspectiva del protagonista, su voz sale a traves de ti, caminas a su ritmo, sus pensamientos se debaten con los tuyos, en definitiva, vivís la historia juntos, ya que no se trata de vivir su historia, más bien es acompañar al personaje en el plano más íntimo.
Os trasladaré a un momento del juego, sin hacer spoiler, para que podáis entenderme mejor. Tras una escena intensa en la que el personaje principal sobreempatiza con un secundario, éste acaba taquicárdico y desbordado, "os" administrais un relajante virtual que actúa también en nuestro mundo real, te sientas en tu silla para descansar y el personaje tambien se sienta contigo, ambos apoyan sus cabezas, grande el roomscale logrado por praydog, por cierto. Suena una bella música de piano en la sala, piquetea la lluvia y una paloma abre la ventana para voletear en la sala. Ligeramente alerta porque es un thriller genialmente elaborado, te levantas para cerrar la ventana, observas el maravilloso mundo cyberpunk, inspirado en la decadencia de bladerunner, y en ese momento suceden las bondades de la metanarrativa, el personaje real y virtual se mezclan para entenderse, dialogar y formar, si me lo permitís, una nueva historia. Eres perfectamente capaz de imaginar los diálogos con tu protagonista porque el guión está genialmente escrito, insisto, se ha invertido una buena millonada, en la mayoría VR nativos esto no puede ser posible. Para redundar, en este videjuego el protagonista es interpretado por Rutger Hauer, el replicante de bladerunner, nada más ni nada menos.
Nos pelearemos por el hardware, unos lo verán mejor y otros peor, unos tendrán un cable atado y otros interferencias por wifi, pero yo amo la VR por estas sensaciones. Nada más que dar gracias a la VR, gracias a praydog por permitir introducirnos en obras de arte adecuadamente financiadas. Sí, un videojuego bien elaborado es una obra de arte, y la VR el cennit para sentirla.