Maestro: ANÁLISIS
22 OCT 2024 15:00
Al fin la música clásica tiene su lugar en el mundillo. Los franceses Double Jack, a golpe de batuta, quieren dejar huella en esto de los juegos rítmicos. Disponible para PC VR y Quest 2/3/Pro.
Música gestual
Todos sabemos que a priori ponernos bajo la piel de un director de orquesta no parece lo más apasionante del mundo. Pero lo cierto es que Maestro nos encandila desde la primera toma de contacto bajo las luces de su teatro. Porque además, como mejor se siente es dejando los mandos a un lado para dirigir a nuestros músicos con las manos libres, sin ataduras, con nuestros propios gestos. Y la verdad que lo hace fenomenalmente bien.
Como no podía ser de otro modo sobre nuestro atril somos los encargados de mantener los tempos y ritmos de cada pieza de música. No confundamos con Maestro VR, juego mucho más realista, porque aquí lo que tenemos ante nosotros es una vuelta de tuerca a los juegos de ritmo más accesibles, para todos, a lo Guitar Hero donde vemos caer notas sobre la pantalla y debemos reaccionar en el momento correcto. Y aquí justo es donde viene la gracia del asunto.
Por un lado, con la mano derecha simulamos coger la batuta con los dedos pulgar e índice para acompañarlo por el gesto en el aire hacia la dirección indicada por las fechas blancas: arriba, abajo, izquierda, derecha, diagonales... mientras que con la otra mano hacemos lo mismo siempre y cuando aparezcan notas doradas que indiquen marcar el ritmo con ambas manos. Pero por lo general, la mano izquierda, libre de batuta, sirve para muchas más acciones. Por ejemplo dar entrada a ciertos instrumentos señalándolos con el índice en el momento correcto.
De forma muy bien resulta estas indicaciones se muestran como destellos blancos a nuestro alrededor teniendo en cuenta que jugamos en unos completos 180º. Esto quiere decir que mientras demos indicaciones al grupo de músicos de nuestra derecha podemos recibir un aviso lumínico desde la izquierda para dar paso, por ejemplo, al platillo. Esto genera una sensación de presencia estupenda sintiendo que dirigimos a todo el conjunto de personas frente a nosotros de forma natural. Además alzando o bajando la palma de la mano izquierda con las indicaciones en pantalla también controlamos la intensidad de los componentes de la orquesta.
La interfaz de resuelve con este libro.
Apto para todos
A pesar que claramente Maestro encantará a los melómanos de lo clásico, su jugabilidad también fascinará a cualquiera que se ponga batuta en mano. Su intuitivo control hace que cualquiera se sienta como John Williams por un día y si eso de los gestos no es lo tuyo siempre se puede optar por el control con mandos, también con movimiento, que añade feedback de vibración con cada nota acertada. En cualquier caso daremos el inicio a la canción golpeando sobre el atril o daremos indicaciones para que los músicos se pongan en pie o tomen sus asientos y recibir al público hasta inclinarnos para recibir la ovación final si así lo queremos.
Los textos de la interfaz están en español, y también cuenta con subtítulos en español para cuando nuestro ayudante nos hable en inglés.
¿Tiene algo negativo? Por desgracia la selección musical no es demasiado amplia y a pesar de contar con Carmina Burana, Beethoven o Stravinski entre sus partituras... sabe a poco. Una quincena de temas que incluyen algo de jazz para dar variedad pero que se sienten como simple curiosidad. Al menos eso sí contamos con tres niveles de dificultad, siendo muy exigente el último, pero nada de clasificaciones online ni nada por el estilo que incentive la rejugabilidad tan importante en estos juegos.
Su intuitivo control hace que cualquiera se sienta como John Williams por un día
Porque además todos sus desbloqueables se consiguen de forma muy sencilla al jugar. Véase la lista completa de canciones (limitada al inicio), outfits para los músicos, diferentes escenarios teatrales o apariencias para la batuta o nosotros mismos. Un buen añadido para sentir una progresión que se queda, de nuevo, en algo meramente anecdótico por la facilidad para obtenerlo. Puede que este limitado contenido se expanda en el futuro porque sin duda le convertiría en un producto mucho más llamativo en el que sin duda merece la pena pasar todo el tiempo posible.
Visualmente los modelos de personajes y escenarios se antojan demasiado básicos y pronto se notan sus costuras haciéndolos poco creíbles. A su favor cuenta precisamente con tener gran cantidad de personajes en pantalla y también nuestra atención focalizada en las notas por lo que este acompañamiento gráfico, por mejorable que sea, se antoja más que suficiente para sentirnos dueños del escenario. Además todo se presenta de forma elegante, muy de época, haciéndolo además tangible seleccionando todo con objetos físicos en el atril donde incluso nos podemos tomar una copa de champán entre tema y tema.
Jugar en 180º nos sumerge de forma estupenda.
Conclusión
Hay que jugar a Maestro para saber de lo que estamos hablando. Puede parecer un título rítmico más pero el control gestual con nuestras propias manos y la inteligente adaptación a la realidad virtual de sus mecánicas le hacen único. Sólo su escaso contenido hace que la idea de Double Jack no llegue a lo más alto en el género. Algo que esperemos tenga solución más pronto que tarde... Mientras seguiremos soñado con dirigir temas clásicos del cine. Por soñar que no quede porque es lo único que nos queda tras este gran ejemplo de lo que la realidad virtual puede hacer.
El juego ha sido analizado con Quest 3.
meloncillo46
Visores
#11 14 NOV 2024 11:20
Probada la demo pero no termino de cogerle el punto, por tanto descartada la compra. Me ha recordado en parte a Beat Saber que lo compré para mi pareja, pero que a mí personalmente no me atrae nada. La balanza se decanta hacia Djay y si no me gusta pues solicitaré un reembolso, lo suyo sería una demo pero de esa aplicación no hay nada.