Primeras pruebas de InifinitEye

Paul James comenta en primer lugar que el prototipo actual está hecho de PVC y es extremadamente ligero, en ningún momento sintió molestias al llevarlo puesto tanto tiempo, y parece ser que el tracker utilizado (de YEI) responde a la perfección, no notó ninguna diferencia respecto al del Oculus Rift. Y en cuanto le pusieron la demo Tuscan, modificada especialmente para aprovechar los 210º de visión de InfinitEye, su mente quedó completamente engañada, aceptando la imagen virtual como real. El hecho de poder mover los ojos hacia los lados y no toparse con un bloque en negro, el efecto de gafas de buzo del Oculus Rift, hace que la imagen resulte todavía más creíble. Por ahora presenta algunos problemas, uno de ellos es la carencia de la corrección de la aberración cromática producida por las lentes, cosa que sus creadores resolverán próximamente mediante software, tal y como hace el Oculus Rift. El problema se hacía especialmente patente en zonas de alto contraste. Aun así, la experiencia le parece increíble. Por cierto, también comenta que no se apreciaba ningún tipo de fallo de sincronización entre los paneles de los dos ojos, lo cual es una gran noticia, pues de existir sería un grave problema en cuanto a posibles mareos y pérdida de sensación de inmersión.

Después de la archiconocida Tuscan, le enseñaron un cine virtual desarrollado especialmente para InfinitEye, y el resultado fue todavía mejor, ya que estaba acostumbrado a la baja resolución de las películas en el Oculus Rift, sin embargo en InfinitEye el número de píxeles es exactamente el doble, con lo cual la película se ve con mucha más resolución horizontal. Aquí es donde entra en juego uno de los problemas de las lentes de Fresnel utilizadas en este prototipo: la imagen pierde algo de color y contraste. Este hecho se ve empeorado porque el prototipo actual es abierto y no aísla la luz del mundo exterior tal y como hace el Oculus Rift, pero es algo que corregirán cuando lancen la campaña de crowdfunding.

La última demo que tuvo ocasión de probar fue toda una sorpresa: una versión de la famosa trinchera de la Estrella de la Muerte, de Star Wars. Le sorprendió especialmente el hecho de poder ver a su R2 en la parte de atrás de la nave tras girar la cabeza tan sólo 90º, es otra de las grandes ventajas del tremendo ángulo de visión del InfinitEye. Paul también se vio gratamente sorprendido al hacer girar la nave sobre su eje, esto hace que los 210º del ángulo de visión giren a su alrededor, provocando una sensación desconocida en el Oculus Rift, al resultar mucho más realista y parecido a lo que sería hacer ese tipo de giro en un avión.

Sin duda InfinitEye ofrece una aproximación diferente a la del Oculus Rift, con la complejidad añadida de utilizar dos pantallas, pero logrando a cambio un ángulo de visión mucho más realista. Esto presenta más problemas a nivel de software, ya que para un desarrollador resulta mucho más sencillo el método del Oculus Rift, pero seguro que los creadores de InifinitEye ya están pensando en ello. No nos queda más que felicitar a Paul James por el gran trabajo que ha hecho y por haber logrado esta gran exclusiva. Permaneceremos atentos a la evolución de InfinitEye, y estamos seguros de que Palmer Luckey y su equipo tampoco querrán perderlo de vista.