Esta es una historia de chico conoce a chica virtual

Tom siempre tiene razón

Esto es una historia de chico conoce a chica. Pero más vale que sepas de entrada que no es una historia de amor. 

Con estas líneas explicaba el desgraciado de Tom su relación con Summer, una chica morena, de ojos cínicamente psicóticos y si hacemos caso a Tom, la mujer más despiadada del universo. La pornografía tampoco es una historia de amor. O al menos no debería de serlo. Los psicólogos cobran por sesión el precio de unas HTC Vive para explicarlo. Pero cada foto erótica, cada vídeo subido de tono, tiene una historia de roce detrás (o delante, o encima o debajo... por ponernos en situación, vaya). De esas historias vamos a hablar en este artículo, y como siempre, lo hablaremos en lo que a lo virtual se refiere.

Durante mis años mozos existía la leyenda de que si colocabas frente a la pantalla la pluma de una paloma, el porno que emitía codificado canal plus, se veía mucho mejor. Qué queréis que os diga. Antaño no había foros ni BBS donde poder compartir el resultado con los colegas. Ni había tutoriales en YouTube. Antes, con la palabra de uno bastaba. Y qué demonios, con pluma o sin pluma, aunque yo allí solo viera un montón de rayas en blanco y negro más sosas que la pantalla de carga de mi Commodore 64, al bajar al instituto, mi palabra vale-tanto-como-un-link-a-wikipedia decía que gracias a la pluma, le había visto a la moza hasta los lunares de su nalga izquierda. Durante los años dorados del Plus, la tasa de palomas en los alrededores de mi barrio bajó a mínimos históricos.

Cuando todo falla, siempre quedará la tarta de manzana...

Gracias al porno han pasado grandes cosas en la historia de la humanidad. Algunas mejores. Otras peores. En 1896, una película llamada Le Coucher de la Mariée mostró a una mujercita haciendo el primer y más recatado striptease de la historia. Si pensamos que hace más de cien años la gente se tocaba con cosas mucho menos atrevidas –los pijamas de ellas se abrían con abrelatas-, ya nos podemos imaginar lo bien que le fue al lince que tuvo la idea. Unos sesenta años después, en 1958, Harrison Marks se hizo con una cámara de 8 milímetros y grabó a un montón de mujeres en topless. ¿El resultado? Los fabricantes vendieron cámaras y negativos de 8 milímetros por un tubo. El formato se convirtió –de facto- en el estándar de la industria pornográfica. Llegaron los 70 y vimos a Sony morder el polvo con su fantástico Betacam por la misma razón: en una cinta Beta cabían 60 minutos mientras que en un VHS, tres horas. ¡Tres horas de porno! Es imposible luchar contra eso. Pero hay más. ¿Los subtítulos? Hay gente muy rara que aunque baje el sonido del portátil por respeto (o por vergüenza), quieren saber lo que sale de la boca de los actores. Y me refiero a palabras. Nos lo creamos o no, eso también ayudó a perfeccionar los sistemas de subtitulado en su momento. Cuanto más investiga uno, más parece que todo lo que nos rodea, ha tenido, de una forma u otra, al porno como aliado. 

Imágen del portal BadoinkVR, la primera productora que abandonó la producción de videos 2D para dar el salto completo a la realidad Virtual. La industria del porno virtual prevé que al final del 2016 hayan pasado por sus "experiencias virtuales" del orden de 10 a 20 Millones de espectadores. Para el 2025 quieren que se valore su negocio en $1b, siendo la tercera industria RV por detrás de los videojuegos y de la NFL.

 

Regresemos al futuro. Que nos hagan pensar que la red de redes nació como una idea de defensa militar es un insulto a nuestra inteligencia. ¿Sabéis lo que tardaba yo en bajar un JPEG de Samantha Fox por el puerto serie de un modem a 36000 baudios? Os voy a dar la respuesta: Muchísimo más que transportada por TCP/IP a través de un RJ45. Todos conocemos la broma: si un día quitaran cada una de las páginas porno de internet, al día siguiente solo habría una página que dijera “¡Devolvernos el porno!” (Pasa de página si quieres ver más fotos picantes).