Mini Motor Racing X: ANÁLISIS

Pequeñas grandes carreras

El equipo The Binary Mill ya tiene a sus espaldas juegos en realidad virtual como Rush y The Gun Club, que aun sin tratarse de títulos punteros, han sabido salvar sus limitaciones sirviéndonos productos lo suficientemente sólidos como para hacernos pasar muy buenos ratos; y a tenor de lo visto con su tercer lanzamiento, que recoge lo aprendido en el juego de móvil Mini Motor Racing y lo potencia en múltiples apartados para hacérnoslo llegar en realidad virtual, la compañía parece seguir progresando con un producto muy completo que podría hacer las delicias de aquellos que desde pequeños disfrutamos con Super Off Road o la saga de Micro Machines, y es que aunque los coches de Mini Motor Racing X no son micromachines, y todo el mundo sabe que si no son micromachines no son los auténticos, aun sin serlo seguimos estando ante un notable título que recoge detalles de esa esencia y le añade unos pocos ingredientes de su propia cosecha.

Nuestro garaje particular

El garaje en el que nos encontramos de inicio -desde donde podemos manipular el menú con todas las opciones- ya nos sitúa ante lo que parece un título muy bien cuidado, con una estética desenfadada de dibujos animados muy notable y una gran atención al detalle que se mantendrá en todas las situaciones.

De inicio tenemos una pequeña selección de coches desbloqueados, entre los que tenemos buggys, coches de carreras, autobuses, formula 1 o incluso un "Ledorean" con inspiración en cierta película de los 80; cada uno de ellos con sus clásicas características propias relacionadas con el manejo, aceleración, nitro o la velocidad, que aún así podremos mejorar conforme vayamos ganando el dinero para ello en los diferentes campeonatos, así como desbloquear los nuevos modelos mientras superamos torneos en la campaña.

Hora de correr

A la hora de llegar al circuito, estamos ante pequeños trazados que normalmente apenas suponen unos 10-20 segundos por vuelta y que por tanto favorecen el contacto constante, cada uno de ellos con multitud de diseños diferentes en los que no se escatima en detalles; como pequeños montones de conos o ruedas que esparciremos por el circuito al chocar contra ellos, pequeños pájaros que vuelan a nuestra altura, circuitos rodeados de un mar en el que se pueden distinguir varios peces, cascadas de agua, animales corriendo alrededor del circuito y muchos otros más que encontraremos en los cerca de 50 circuitos disponibles de muchos estilos, entornos e incluso horas del día diferentes, que aún así y lógicamente por su longitud, estos acaban sintiéndose en cierto modo similares en trazados, salvo en el apartado artístico, donde difieren notablemente.

Podremos recorrer todos estos circuitos en el extenso modo carrera en el que vamos desbloqueando nuevas carreras poco a poco, en partidas rápidas o contrarreloj, además del divertido modo online para hasta 4 jugadores en los distintos modos, entre los que también encontramos la posibilidad de jugar partidos al estilo Rocket League en el que al igual que en este exitoso título, debemos marcar goles empujando un balón gigante con nuestro coche.

Un detalle que nos ha gustado mucho a la hora de jugar online es la opción de buscar partidas mientras seguimos jugando en solitario, por lo que si no hubiera jugadores en línea siempre podremos seguir disfrutando de nuestra campaña o cualquier otro modo hasta que aparezca alguien con quien jugar, momento en que nos llevará automáticamente al vestíbulo previo a la partida en línea.

Sencillez al servicio de la diversión

Como es de esperar, no estamos ante un estilo y físicas de conducción que se acerquen siquiera a la simulación, y como es habitual en juegos de esta naturaleza, la clave se reduce a tomar las curvas con la mejor trazada posible, elegir los momentos correctos para gastar las nitro de las que disponemos y si estamos jugando con la variante “X” que añade armas a las carreras, acertar con ellos a nuestros rivales o tener la suerte de no encontrarnos con sus misiles, minas, tornados o incluso llaves inglesas que nos harían perder unos segundos claves para ganar. El número y variedad de armas es más bien reducido, pero suficiente para darle un punto mayor de diversión y variedad a las carreras.

Podemos elegir 3 dificultades, y aunque en el modo carrera debemos ir paso a paso entre los campeonatos novato, medio, difícil y experto, también podemos cambiar la dificultad desde la primera carrera, por lo que no tendremos porqué sufrir la obligación de pasearnos por las 36 carreras del modo novato antes de llegar a las competiciones más desafiantes, ya que podríamos seleccionar modo de dificultad "difícil" aún estando en el campeonato "novato".

Surtido de opciones

El juego nos ofrece muchas opciones de cámara que van desde observar el circuito al completo con vista de águila desde varios puntos y distancia del circuito, hasta incluso meternos en el coche y disfrutar de las carreras en primera persona.

En caso de que elijamos alguna de las vistas en primera persona manejando el volante, aunque estas funcionan correctamente y quizás es la forma de vivir las carreras de manera más inmersiva, personalmente nos parece que este tipo de juego y su estilo de conducción totalmente arcade se disfrutan más y se sienten más naturales en modo maqueta viendo el circuito en su totalidad como si estuviéramos manejando pequeños coches de radio control; pero aun así, para todo aquel que decida este tipo de vista, el juego ofrece un buen número de opciones de confort para hacerse más accesible incluso de esta forma, y es que tratándose de circuitos tan reducidos, no pararemos de cambiar de dirección continuamente, lo que podría afectar a los jugadores más sensibles.

Si decidimos competir a vista de águila, igualmente podremos elegir diferentes tipos de control, desde el más sencillo de manejar el coche con uno de los sticks junto a los gatillos y botones para acelerar, frenar, disparar o usar una nitro; hasta manejar los coches con un clásico controlador de radio control en el que manejamos la rueda del mismo para controlar la dirección y el gatillo para acelerar, a través de un volante "flotante" o incluso usando dicho mando para acelerar y el volante para manejar la dirección del coche.

En definitiva, al igual que el juego está repleto de pequeños detalles gráficos, también tenemos que agradecer a The Binary Mill la cantidad de opciones de cámara, control y modos disponibles que abarca un gran número de gustos.

CONCLUSIÓN

Con Mini Motor Racing X tenemos ante nosotros un notable título ideal para partidas rápidas, repleto de contenidos en forma de modos, opciones de juego, elementos estéticos, cantidad de circuitos y vehículos que hará las delicias de todos aquellos que disfrutan de este tipo de títulos de conducción sencilla y directa que nos hacen echar la vista atrás a cuando los máximos exponentes de este género se llamaban Super Off Road o Micro Machines.

No se convertirá en un referente en juegos de velocidad y tampoco desbancará a los títulos estilo Mario Kart en cuanto a carreras en las que podemos fastidiar a nuestros rivales, pero tampoco lo necesita ya que aún así es un título más que digno que cumple su cometido de forma notable.

Os dejamos con un gameplay del título:

El juego ha sido analizado en su versión de Oculus Quest.