Arizona Sunshine 2: ANÁLISIS

Un apocalipsis con humor

A continuación tenemos el análisis completo enfocado en la versión de PlayStation VR2, y luego, tras la Conclusión, tenemos un anexo para la versión de Quest 2 y otro para la de PC VR.

No es difícil ponernos en contexto de lo que tenemos entre manos. El mundo se ha ido al garete. Nosotros como un aislado superviviente en una cochambrosa caravana no tenemos mayor entretenimiento que sobrevivir. Pero claro, este no es el típico juego de zombis con ambiente opresivo y mal rollo, Arizona Sunshine 2 vive el fin del mundo con humor y sobre todo gamberrismo. ¿Qué mejor que llamar Fred a los muertos vivientes y crear un aura de cercanía a su alrededor?

Precisamente nuestro protagonista no tiene miedo a nada y no cesa de soltar gags mientras reventamos cabezas (en inglés con subtítulos en español), huimos del peligro y, lo más importante, protegemos a nuestro fiel acompañante Buddy. ¿O es al contrario? Un pastor alemán superviviente a un accidente aéreo que pasa a ser parte fundamental de esta secuela y que probablemente acaba resultando el mejor añadido jugable. Con una simple pulsación de botón pronto le encaminamos hacia los putrefactos seres para acabar con ellos mordiendo directamente a la yugular.

Algo que por un lado nos ayuda a enfocarnos en otros enemigos, por otro ahorrar munición (algo clave en el modo de dificultad más elevado) y por último recoger objetos de lugares inaccesibles por nuestro propio pie. Arizona Sunshine 2 es un FPS convencional dividido por capítulos (de forma algo invisible) y un desarrollo completamente lineal por lo que husmear todos los rincones repletos de trastos abandonados, contenedores de basura o casas inhabitadas quedan muy a mano. Esto nos recompensa sobre todo con munición y en menor medida con alimentos para recuperar vitalidad.

Quizá ser tan cotilla nos premie de forma excesiva ya que las pistolas siempre las tendremos hasta arriba de balas, contaremos en nuestro arsenal con armas blancas varias y también con materiales a porrillo con los que crear explosivos. Esto solo es posible al llegar a ciertos maletines donde aprovechamos para fabricar granadas, minas o cócteles molotov. A pesar que los materiales también abundan se nos penaliza con el reducido espacio para portar este apetecible armamento por lo que no le sacamos el rédito que nos gustaría casi en ningún momento y siempre estamos cruzando los dedos para que se nos rompan los utensilios (hachas, chuchillos...) de ataque y hacer un hueco al que acabamos de encontrar.

El nivel de detalle visual cumple con creces. ¡Saludad a la cámara mis queridos Freddies!

Sin compasión

Al final debemos pensar que somos un tipo con nueva mascota que ha salido de paseo para sobrevivir. Una excusa perfecta para limitar nuestro inventario de armas. Un par de pistolas o metralletas, una a cada lado de nuestro cinturón (Buddy tiene espacio para dos más) y una más pesada a la espalda. Además podemos guardar en las muñecas otras armas u objetos, una en cada mano, sean granadas, cuchillos o palancas (Half-Life siempre presente incluso con trofeo homenaje). Como os podéis imaginar esto se gestiona físicamente acercando la mano a la cintura para las armas pequeñas o por encima del hombro para la mayor de ellas.

Esta naturalidad tiene un precio y es que no siempre todo es tan práctico como parece. La recarga además es manual y los cartuchos de munición debemos cogerlos desde el pecho (automáticamente los del arma que estemos utilizando) y en situaciones complicadas con decenas de enemigos delante todo tiende a complicarse tirando sin querer la munición o recogiendo objetos del escenario que no deseamos. También es extensible a cuando rebuscamos por ahí esperando a que aparezca el icono sobre el objeto que queremos. Una lástima no utilizar el seguimiento ocular para agilizar estas incomodidades.

Un festival gore sin ningún tipo de filtro tremendamente satisfactorio cortando extremidades, clavando cuchillos en la sien e incluso reutilizando partes de los cuerpos como armas...

No serán pocas las veces que acabemos con el brazo de un Fred en la mano sin querer o agachándonos (físicamente o con el stick) para evitar coger algo de nuestro cinto por error.  Porque si de algo puede alardear Arizona Sunshine 2 es de ponernos en tensión más de una vez. Es cierto que Buddy ayuda mucho pero también hay momentos relegados a crear grandes masacres desmembrando zombis con todo lo que tenemos a mano o acribillándoles a balazos con armas especialmente diseñadas para esos momentos (por ejemplo escopetas o ametralladoras típicas de los Peaky Blinders) que ofrecen un reto real en los dos últimos niveles de dificultad (habiendo cuatro en total).

Un festival gore sin ningún tipo de filtro tremendamente satisfactorio cortando extremidades, clavando cuchillos en la sien e incluso reutilizando partes de los cuerpos como armas... o para jugar con nuestro can. Quizá lo más interesante sea introducir una granada en la boca de uno provocando una explosión de vísceras a su alrededor. Aunque bien es cierto que todo se antoja demasiado previsible a las pocas misiones sabiendo qué enemigos se levantarán del suelo y cuando se abalanzará una horda sobre nosotros. Algo que probablemente sea su mayor lastre evitando convertirse en algo más como juego para evitar su déjà vu constante.

Juntamos los materiales necesarios y ya tenemos nuestro explosivo listo.

Un shooter sin sorpresas

Su linealidad le hace mucho más accesible para el gran público que sólo busca acción desmedida pero también acota la exploración en busca de recursos o las posibilidades de sorprender. Porque precisamente las zonas donde nos dan algo, poca, de libertad son las que mejor se sienten, entrando en una habitación en busca de armas sin saber qué habrá o por el simple placer de hacer creíble su mundo. Eso sí, esto lo hacemos sin temor a sufrir sobresaltos, algo bueno para los sensibleros cosas como el aquí presente, pero también le otorga una rigidez que no llega a favorecerle.

Y a pesar de contar con algunos momentos donde el juego se desmelena, no explota ni por asomo esa picaresca que mostró en su trailer de presentación ni tampoco con los constantes chistes, relativamente simpáticos, que suelta el protagonista. Todo el desenfado que ofrece en sus primeros minutos se va desvaneciendo conforme progresamos. Y tras las seis u ocho horas que puede alargarse la campaña, a pesar de resultar más que satisfactorias, muestra el mismo juego plano que ya hemos visto en más de una ocasión cuyo aliciente principal es la propia realidad virtual.

Sabe jugar sus cartas y sacar partido de la interacción, sus viscerales combates y por supuesto la inmersión, pero es complicado quitarle el San Benito de ser un producto de zombis más

En ese sentido Arizona Sunshine 2 es una gran evolución de aquel primerizo shooter que fue su precuela pero también es cierto que no llega a dar el salto como para convertirse en el grande que a priori pudiera parecer. Sabe jugar sus cartas y sacar partido de la interacción, sus viscerales combates y por supuesto la inmersión, pero es complicado quitarle el San Benito de ser un producto de zombis más. Y por intención no será porque la construcción del mundo continúa siendo destacable y particular gracias al enfoque diurno de sus niveles, algo que agradecemos sobre manera precisamente para buscar esa ansiada distinción.

Porque visualmente tenemos ante nosotros el juego digno de PSVR2 que pocos han conseguido ser. Los primeros minutos con él son espectaculares demostrando el buen hacer del HDR con mención especial a la iluminación y potencia de sus colores gracias precisamente a ese desierto tan luminoso. Además el modelado de todo, por lo general, es también estupendo y se acompaña de una gran labor en el texturizado y los materiales. La definición y el detalle puesto es ejemplar y demuestra la importancia de un acabado tan trabajado para sumergirnos en él de forma inmediata. Si a esto le sumamos una variedad de Freds casi inagotable todo sabe mucho mejor.

A veces cuesta leer los subtítulos si estamos pensando en sobrevivir.

A un paso de la gloria

Esta riqueza visual no siempre muestra el mismo cuidado y notamos como en según qué escenarios y, sobre todo,  partes de su desarrollo la espectacularidad inicial da paso a otros algo más arbitrarios. Ya estamos metidos en su universo y obviamos las irregularidades pero se perciben y llegan a molestar cuando los zombis atraviesan sin compasión los paneles de un hospital de campaña, Buddy aparece y desaparece a su antojo o le pedimos acabar con un Fred durmiente que todavía no se ha levantado impidiéndole actuar hasta que este complete la animación de alzarse.

Este tipo de situaciones son constantes y aun siendo asumibles empañan la ambición que demuestra Arizona Sunshine 2 como producto, por otro lado, como pocos hemos visto en el último par de años. Seguramente muchos busquen la comparativa con TWD: Saints & Sinners por compartir ambientación pero la filosofía de juego va en otro camino completamente diferente. Algo notable y único para este primer año de PSVR2 pero que también quedando algo lejos de otros grandes vistos en la tecnología. ¿La culpa? Seguramente conformarse con hacer las cosas bien y dejar a un lado ser él mismo.

Queda lejos de otros grandes vistos en la tecnología al conformarse con hacer las cosas bien y dejar a un lado ser él mismo

Cuando el juego de Vertigo Games se atreve a ser ese descarado e irreverentemente único apocalipsis zombi brilla como ninguno pero es algo que está regalado a momento concretos de la trama. Una guiada por el humor del protagonista entre misiones algo diluidas durante el desarrollo. Dividido en una veintena de capítulos no tenemos noción de cuando superamos uno u otro ni tampoco de los objetos coleccionables que hay en ellos (tampoco sirven para nada). Sólo las pantallas de carga, algo que pensábamos haber dejado atrás en la plataforma, nos dan alguna pista de superar el nivel. Eso y la traca, por general, del final de cada uno con la horda de zombis correspondiente.

Los capítulos superados se pueden seleccionar en cualquier momento desde el menú de inicio para jugarse en solitario o en compañía con otro amigo (o continuar la partida en curso). Algo que le sienta de fábula y es cuando se comprende, un poco, la excesiva cantidad de recursos repartidos por sus recovecos. Además cuenta con crossplay entre plataformas, aunque no hemos podido catarlo antes de la salida, pero las sesiones entre jugadores de PS5 funcionan a las mil maravillas tanto en la campaña como en un modo horda lamentable (para 4 jugadores máximo). Sólo un nivel extraído del original donde se juega exclusivamente con armas de fuego.

La escalada es meramente funcional y nos da algún que otro respiro.

Sin sacarle el jugo

Más allá de contar con un apartado visual resultón gracias a la mentada iluminación, el visor también tiene mucho que decir por las lentes OLED. Los escenarios más oscuros consiguen crear un ambiente estupendo donde la linterna realmente importa si queremos ver algo. En este sentido es una lástima que por ambientación contemos con una especie de neblina en ciertos escenarios que estropea algunos tramos aclarando la imagen más de lo que nos gustaría. Pero estamos más que contentos al percibir de diferente manera los entornos diurnos, cerrados o incluso nocturnos.

Ese estupendo trabajo a la hora de trasladarnos al desierto de Arizona no sería nada sin un diseño de sonido muy conseguido.  El audio 3D juega un papel clave para saber desde donde somos amenazados y solo en alguna ocasión escuchamos murmullos de salas colindantes que no deberían estar ahí. La música, cuando hace acto de presencia nos invita a no tener escrúpulos pero de nuevo,  igual que su desarrollo, solo destaca en momentos concretos. Algo que de otro modo le haría ganar enteros en personalidad.

La resistencia de los gatillos está presente en las armas de forma correcta pero desafortunadamente ahí queda todo

Donde podríamos mostrar más objeciones, para no variar, es en el uso de los mandos. Las resistencia de los gatillos está presente en las armas de forma correcta pero desafortunadamente ahí queda todo. De nuevo coger objetos o trepar (sí, hay zonas de escalada) se hace con L1 o R1 por lo que nos olvidamos de ejercer cierta presión en los gatillos y además se obvia cualquier feeback háptico.  Y efectivamente no sentimos el pelaje de nuestro fiel Buddy al acariciarlo. Un trabajo mínimo que achacamos por enésima vez a un lanzamiento multiplataforma como ya ocurriera, por ejemplo, con The 7th Guest.

Algo donde no tenemos queja es en la definición de imagen y que a pesar de no hacer uso del foveated rendering no lo echamos de menos en dicho sentido. Eso no quita que podría aprovecharse de ella para eliminar por completo la reproyección, perceptible al mover las manos rápidamente, pero Arizona Sunshine 2 luce como pocos títulos lo han hecho durante este año inicial del visor, algo que por otro lado, ya iba siendo hora. No es Horizon: Call of the Mountain ni muchísimo menos, pero el cariño puesto en la dirección de arte saca pecho para mostrar un mundo postapocalíptico rico, destacable y colorido como ninguno. 

Una preciosa estampa para un trabajo bien hecho.

Conclusión

Arizona Sunshine 2 es todo lo gamberro que esperábamos de él solo de vez en cuando. Y es por esto por lo que no alcanza la gloria que buscaba. Un desarrollo conformista por lo general que descarga su peso en la violencia extrema, un negro sentido del humor y, esta vez, transmitiendo la importancia de emprender un viaje en compañía de alguien tan importante como el mejor amigo del hombre. Sabe lucir,  por lo general, en lo visual, entretenernos durante horas en solitario o en compañía y demostrar que los zombis no siempre deben tratarse como algo oscuro y aterrador porque a fin de cuentas, ¿qué sería de la vida sin un poco de humor en ella?

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.003.000

Versión Quest 2 (AlejandroMontoya)

La segunda parte de Arizona Sunshine supone todo un golpe sobre la mesa desde el primer minuto de juego. Su menú mucho más limpio y su renovado apartado gráfico se hacen notar nada más ponernos nuestras Quest (en este caso las 2). El trabajo realizado a nivel gráfico es sobresaliente en algunos apartados y otros tienen todavía margen de mejora. Si hablamos de sus físicas da gusto coger un hacha y liarnos a descabezar enemigos. Sentiremos el peso exacto de cada arma blanca y el propio título nos hará dudar entre ir con armas de fuego o sentir esa locura en primera persona que supone ir eliminando zombis uno a uno. 

Es de agradecer que Vertigo Games haya decidido invertir tiempo en generar unas colisiones con el entorno que favorezcan la inmersión. Como ya vimos en otros títulos recientes como Green Hell VR, aquí podemos encontrar un personaje (en este caso nosotros mismos) que no atraviesa objetos con sus manos. Es muy gratificante ir a tocar una mesa y comprobar que no la estamos atravesando de lado a lado. Favorece mucho la inmersión en un título que la requiere, ya que sentirnos parte de ese mundo postapocalíptico vendrá dado en parte gracias a pequeños detalles como el que acabamos de comentar.

Buddy puede apartar obstáculos para desbloquear puertas de acceso.

Al igual que sucede en la versión de PSVR2, vemos a un Buddy que no es capaz de eliminar enemigos que todavía no se han levantado y a enemigos que atraviesan constantemente puertas y paredes. No son aspectos que impacten de forma determinante en la jugabilidad pero sí que reducen esa sensación de inmersión que hemos comentado con anterioridad. Y al igual que en PSVR2 aquí los tiempos de carga son demasiado elevados. Tanto al iniciar el título y continuar cualquier modo de juego como durante ese impás entre capítulos. Echamos de menos un recorte en ese sentido y pensamos que tanto PSVR2 como Quest (sobre todo si hablamos de las 3) son capaces de conseguir un mejor resultado.

Nos hemos encontrado con algún fallo menor a nivel técnico que nos ha hecho reiniciar el título pero entendemos que en su versión final es un tema que estará subsanado. Arizona Sunshine 2 en su versión de Quest 2 ofrece una experiencia muy divertida y entretenida que podremos y querremos disfrutar de principio a fin. Mejora en prácticamente todos los apartados a su primera entrega, y ofrece un título muy ameno y directo que falla en conformarse con ser un shooter más pudiendo haber sido un referente si hubiesen optado por un gameplay más arriesgado y no tan guiado. Recomendamos jugar a Arizona Sunshine 2 a cualquier fan del género shooter y a cualquier persona que tenga interés por la temática zombi. Su tono gamberro en los monólogos del personaje principal sigue presente y os conquistará.

La neblina lava demasiado la imagen pero ver como nuestro can atraviesa paredes lo llevamos peor.

Versión PC VR (ray_manta)

El primer Arizona Sunshine (AS) tenía sus defectos, y no me refiero a su delirante primer doblaje al español, que en su continuación han quedado corregidos. AS 2 es una segunda parte de manual: más y mejor. Sin embargo, me da la sensación de que parte de la diversión del original se ha esfumado, y me queda la duda de si es culpa del juego, mía o de que ya no estamos en 2016.

El protagonista es el mismo, y su forma de sobrellevar el estar solo en mitad de un apocalipsis zombi no ha cambiado. No es una persona amargada ni triste, conserva su sentido del humor socarrón y suelta chistes más o menos graciosos. Ahora ya no habla solo, sino a Buddy, un pastor alemán que se gana a pulso lo de que el perro es el mejor amigo del hombre. Lo malo, que esta vez no tenemos doblaje a nuestro idioma, menús y subtítulos en español, pero voces solo en inglés. Punto negativo.

También juega en contra de Arizona Sunshine 2 el que yo haya perdido la cuenta de los miles de zombis que me he cargado en el original, sus dos DLCs, los dos TWD: Saints&Sinners, TWD: Onslaught, Contagion, Propagation: Paradise Hotel, Surv1v3, Drop Dead, After The Fall, Zombieland, Resident Evil...

Sí, yo y muchos de vosotros podemos estar saturados de juegos de zombis al igual que de películas de superhéroes, series de Star Wars y música urbana latina. A pesar de ello, llega un The Living Remain o un Propagation: Paradise Hotel, y aunque repitan fórmulas ya vistas, los disfruto.

Ojo, no estoy diciendo que AS2 sea aburrido o un mal juego, pero sí que me parece que le falta un "algo" que lo haga especial. Por ejemplo, en el apartado audiovisual la versión PC VR es casi irreprochable: buen sonido, buenos gráficos, cierta variedad de escenarios a pleno día y zonas a oscuras. Bien, sí, de notable alto también. ¿De dejar la boca abierta? No, solo en momentos puntuales.

En lo jugable, la diferencia con su predecesor es abismal. Multitud de armas de fuego con carga manual, buen gunplay, combate cuerpo a cuerpo con machetes, palas o cuchillos, desmembramientos, fabricación y uso de todo tipo de explosivos (granadas, minas, cócteles molotov), colisiones, físicas, agarre de objetos manual o a distancia, el poder dar órdenes al perro, inventario en el cuerpo, etc. Todo virtudes, sí, y mecánicas VR que funcionan razonablemente bien, pero que no dejan de ser las mínimas exigibles a un título de esta categoría y precio.

La historia vuelve a acertar con darle narrativa a lo que, en el fondo, es un juego de oleadas pasillero. Eso sí, originalidad ninguna. La búsqueda del primer infectado, clave para una posible vacuna, es el cebo que nos lleva de un sitio a otro y nos pone en situaciones comprometidas, varias sorprendentes, intensas, terroríficas o divertidas.

Hay cuatro niveles de dificultad. Si escogéis el más bajo, la aventura es casi un paseo con algún momento puntual de tensión, siendo casi inmortales y con balas de sobra. A mayor nivel de dificultad, menos salud, menos munición y zombis más duros de matar. Dependiendo de la experiencia que tengáis jugando en VR o la repugnancia que os den los muertos vivientes, escoged el que os haga esta odisea zombi desafiante. Si algún capítulo se os atraganta, se puede cambiar de nivel de dificultad al comienzo.

Punto positivo, las múltiples opciones de configuración, siendo posible calibrar la altura del cinturón desde el que cogemos armas y munición, jugar sentado o de pie, escoger tipo de movimiento o giro.

Punto negativo, algunos tiempos de carga que, sin ser largos, se hacen largos. Sobre todo, cuesta arrancar el juego (pantalla de loading/cargando), y una vez en mitad de la acción, la transición entre capítulos al llegar a las cabinas de ducha de desinfección se siente larga, aunque realmente no lo sea tanto y suela estar amenizada con un chiste del protagonista.

AS 2 es un muy buen juego que nos da lo que prometía, que ha llegado rápido desde su anuncio, y que no parece necesitar ningún "parche" post- lanzamiento. Los habrá, seguro que hay cosas por mejorar, pero yo no me he encontrado cuelgues, bajadas de rendimiento, falta de resolución ni errores graves.

Sé que para muchos la comparación va a ser con TWD: S&S, que quizá sea el referente en juegos de zombis VR. Y sí, hay cosas que los juegos de Skydance hacen mejor (trasmitir la sensación de clavar armas blancas a los zombis), o de forma más compleja (artesanía, mochila de inventario) y su propuesta simula bien un falso mundo abierto, con una misión principal y varias secundarias.

AS 2 es más directo, es acción casi pura, tiroteos, combates sin una pizca de supervivencia, sin quedarnos sofocados cuando tenemos que huir de una horda de zombis demasiado grande. Un poquito de exploración, algún puzle sencillo tipo encontrar una llave o activar la electricidad, y para adelante. Además, toda la campaña se puede jugar en solitario o en cooperativo.

En definitiva, Arizona Sunshine 2 tiene muchas cosas a su favor que pueden convertirlo en el nuevo título favorito de zombis de la VR para muchos jugadores. Nadie informado se va a arrepentir de comprarlo, pese a su precio algo elevado. En solitario, en compañía, con el modo historia o con el modo horda, todas sus propuestas suman horas y horas de entretenimiento con una calidad que pocas veces encontramos en la realidad virtual de PC. Y aun con todo, exigimos más: doblaje en nuestro idioma y algo más de originalidad o riesgo.

Jugado usando el visor HP Reverb G2 y PC con RTX 3080 en calidad alta/muy alta.

Vídeo análisis: