Operation Serpens: ANÁLISIS

Balas sin orden

Hemos visto propuestas más o menos acertadas en el género que han sabido llenar un vacío desde que los salones recreativos y las teles de tubo salieran de nuestras vidas. Operation Serpens quiere hacernos vaciar los cargadores (y de paso hacer sufrir a nuestros índices) con una versionada fórmula que tantas buenas horas nos ha dado. Disponemos de movimiento libre, o no tanto, en los reducidos espacios de acción: frente a una ventana, puerta o ascensores.  Una pequeña cuadrícula por la que nos podemos mover a nuestro antojo (físicamente y/o mediante stick) para esquivar balas.

No es algo que rompa la estructura tradicional pero sí le hace sentirse algo más libre aunque no llegue a lo ofrecido por Crossfire: Sierra Squad. Esto nos sirve para ubicar mejor el desarrollo de lo ofertado por el equipo de Ginra Tech. El título se compone de 7 niveles donde además de abusar de un ingente y abultado número de soldados (aparecen sin compasión desde cualquier lugar repentinamente) se incluyen condicionantes que alteran levemente su jugabilidad. Además de disparar y disparar, podemos aparecer sobre un camión militar mientras somos atacados en 360º o nos infiltramos en un piso inundado de explosivos que si detonan nos obligan a reiniciar el nivel.

Y lo cierto es que su directa jugabilidad funciona. No hay que preocuparse de la cantidad de balas, solo de recargar bajando el arma a la cintura y tomar prestadas las diferentes armas que van apareciendo tras las "oleadas" en cada nivel. El gunplay es todo lo satisfactorio que debería ser en un producto arcade y el comportamiento de las armas hace que sea fácil decantarnos por una u otra según la ocasión. La escopeta requiere menos puntería (da lo mismo que el enemigo esté cerca o lejos, le damos seguro), pero su cadencia puede jugarnos malas pasadas, las pistolas a dos manos son todo un acierto y que los rivales caigan con un solo impacto (excepto los jefes) dice mucho de la ideología del juego.

El francotirador es muy interesante de utilizar pero su complicado sistema de apuntado hace que lo reservemos para los momentos que nos "piden" hacerlo. Pero olvidarse de la resistencia de los gatillos baja enteros la inmersión. ¿Por lo demás? No hay objetos interactivos en los niveles: todo es de cartón piedra y ni siquiera los bidones inflamables (rojos con una llama dibujada) explotan. Algo que limita y mucho el espectáculo visual además del jugable. Todo lo que hacemos es quitarnos de encima enemigos que no parecen tener fin ni orden, haciendo que Operations Serpens se sienta demasiado de andar por casa.

¡Una cabeza menos! Lástima que no se pueda destruir nada del escenario.

¡Zombis con armas!

Además de la campaña se incluyen varios modos adicionales como una galería de tiro (con mini soldados) o el inevitable modo horda de zombis... ¡con pistolas! Sí señor, los muertos vivientes de Operation Serpens saben utilizar armas de fuego (rifles francotirador, ametralladoras) y vienen a por nosotros desde cualquier dirección mientras estamos en una pequeña estructura de madera en el centro de la zona.  No dejan de ser humanos con otro skin a excepción de los que se arrastran por el suelo. Una simple curiosidad a la que se suma una variante, esta vez sí, con soldados.

Esta otra variante nos ubica en un centro comercial donde todas las persianas de los locales están bajadas. Tras cada oleada se van abriendo mientras aparecen nuevas armas y enemigos cada vez más peligrosos. Aquí sí tenemos movimiento libre por todo el recinto alejándose del resto de su propuesta para abrazar a los shooters más tradicionales. Como colofón a este se pueden sumar tres jugadores más online lo que garantiza algunas sesiones interesantes aunque mucho más simples y sencillas que en otros juegos.

Le falta frescura, algo más de intención y un mejor diseño si quiere destacar en un género repleto de grandes propuestas

Esta misma sencillez se traslada al resto de apartados, tanto visual como sonoro, que intenta homenajear a la época de los 32 / 64 bits por el trabajo de modelado modular y texturizado. Incluso las voces del comandante que narra la historia están comprimidas con ese efecto "caja" propio de aquellos años o la propia recarga de armas que parece extraída directamente de Goldeneye 007. A sabiendas de la falta de seriedad que esto ocasiona se respalda en pequeños toques de humor como algunos bailes de celebración, soldados pillados in fraganti haciendo sus necesidades o el más directo: ver como las cabezas se desmontan al hacer head shots.

Le falta frescura, algo más de intención y un mejor diseño si quiere destacar en un género donde hay joyas como el mentado Crossfire: Sierra Squad, Zombieland: Headshot Fever Reloaded, Crisis Brigade 2 Reloaded e incluso el atrevido y fresco Tiger Blade . Si disparar es tu pasión ofrece una hora para superar la campaña (más sus niveles de dificultad) y todo el tiempo que queramos dedicar al resto de modos a sabiendas que no pretende nada más hacernos apretar el gatillo para pasar un buen rato.

Ahí están, zombis tan hábiles como para utilizar armamento militar.

Conclusión

Operation Serpens ofrece un juego muy sencillo y directo a la par que eficaz. No hay nada que no hayamos visto previamente, su apariencia retro hace que no podamos tomarlo muy en serio pero sin duda sirve para desfogarnos unas cuantas tardes. No destaca en nada de lo que ofrece y sólo podemos recomendarlo a aquellos que vivan por y para los shooters propios de los arcades. Eso sí, un juego de disparos que no utilice la resistencia de los gatillos nos sigue pareciendo una decisión incomprensible.

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.000.000

Vídeo análisis: