Homeworld - Vast Reaches: ANÁLISIS

20 MAY 2024  14:00

ray_manta

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Homeworld - Vast Reaches: ANÁLISIS

El gran juego de culto de la estrategia espacial en tiempo real ha resurgido este 2024 por partida doble, con una tercera parte recién estrenada en versión clásica para monitor plano y otra en formato inmersivo que ya ha llegado a Meta Quest y pronto estará disponible en PC VR.

Estrategia espacial en casi toda su vasta extensión

Hace 25 años el estudio canadiense Relic Entertainment (Warhammer 40.000: Dawn of War, Company of Heroes) acertó de pleno con su primer juego, Homeworld, una aventura de ciencia-ficción muy bien acogida por crítica y público (vendió medio millón de copias en seis meses). Pertenecía a uno de los géneros de moda en aquella época, el de la estrategia en tiempo real (RTS), como Age of Empires, Starcraft o Command & Conquer. Su aportación más novedosa, ser el primero que permitía al jugador mover a sus tropas (naves espaciales) en un espacio completamente tridimensional. 

 

 

Tras la destrucción del planeta Kharak, los supervivientes deben viajar por el cosmos en una gran nave nodriza, intentando localizar otro mundo donde vivir, su verdadero planeta natal, un argumento con ecos de Battlestar Galactica, pero sin robots Cylon. En ese bosque oscuro que es el universo, no faltarán los enemigos, aunque afortunadamente también encontraremos aliados. 

 

Visualmente, el juego era bastante competente para la época, teniendo en cuenta que el propio escenario escogido, el espacio, no da para muchos alardes. Al desarrollo de la historia, a su jugabilidad, y a la sensación que transmitía comandar naves en un entorno no ya solo 3D, sino verdaderamente tridimensional, se le sumaba otro gran ingrediente: una fascinante banda sonora en la que se mezclaban composiciones de Paul Ruskay con piezas clásicas, con una utilización inolvidable del adagio para cuerdas "Agnus Dei" de Samuel Barber.

 

 

El juego original tuvo una expansión (Cataclysm), una segunda parte, una correcta remasterización en 2015, una precuela en 2016 (Homeworld: Deserts of Kharak) que se olvidaba del espacio y bajaba a tierra y versión para móviles en 2022. 

 

Si lo pensamos bien, Homeworld era ideal para ser convertido en una experiencia 6DoF totalmente inmersiva, algo de lo que se ha encargado el estudio FarBridge, cuya única experiencia en este campo es el haber ayudado a Mighty Coconut a agregar soporte SteamVR a Walkabout Mini Golf. 

 

Desde ya tengo que decir que han hecho un excelente trabajo, conservando lo esencial del juego original, simplificando lo que podría ser más engorroso (la interfaz). Sus mayores defectos son un guion interesante aunque algo rutinario (una historia que sucede cronológicamente entre el primer y segundo título), una estrategia demasiado ligera y el llegarnos solo con voces y textos en inglés.

 

Gráficos y audio

Visualmente, se le pueden poner pocos defectos, al menos en Quest 2 que es donde lo hemos jugado. Es prácticamente como el original, y aunque al agrandar las naves para verlas en toda su magnificiencia nos encontremos con texturas algo borrosas, una vez metidos en faena eso da igual. El diseño de sonido es también respetuoso, agradable, adecuado. Aunque en el vacío no se trasmita el sonido, este universo no es nada silencioso, voces, música y efectos son simplemente perfectos.

 

A destacar la opción de jugarlo en una realidad mixta gradual, es decir, 100% en VR teniendo formas nebulosas o planetas como fondo de las batallas espaciales, o pudiendo ver nuestro entorno real con diferentes grados de transparencia.

 

Jugabilidad e inmersión

Se han sacrificado muchas de las posibilidades a la hora de encarar los combates espaciales con respecto a los juegos no VR de la saga. Por ejemplo, los grupos de naves no se pueden situar en actitud de ataque, defensa o neutra, ni se pueden organizar en diferentes formaciones geométricas (flecha, esfera, muro, etc), ni podemos ordenar que unas protejan específicamente a otras, escoltándolas.

 

Esta simplificación puede ser considerada una herejía para los más fanáticos, una pérdida irreparable, o aceptarla como una ventaja que mejora la jugabilidad al hacerla más directa. Personalmente, me quedaría en una postura intermedia, tibia, echando de menos algunas cosas, aunque alegrándome, por otro lado, de no tener que lidiar con demasiadas posibilidades. Se pierde profundidad en lo jugable, se gana algo de diversión en un género que, a veces, puede hacerse algo tedioso.

 

Los tipos de naves son prácticamente los mismos que en los juegos clásicos, desde los imprescindibles recolectores de recursos que debemos mandar a extraer minerales de los asteroides cercanos hasta las grandes fragatas de iones. 

 

 

La gran nave nodriza se encarga de gestionar la construcción de la flota necesaria para sobrevivir, algo que se hace mediante activando una "pausa táctica" situada en la muñequera de nuestras manos virtuales. Una vez escogido qué queremos fabricar, si tenemos recursos suficientes, aparecerán al cabo de un tiempo en las formaciones que tengamos disponibles, identificadas con letras A, B, C, D, etc.

 

A cada una de esas formaciones les podemos asignar una tarea, o mandarlas todas a la vez hacia una zona donde haya enemigos que destruir, algo que investigar, aliados que defender, etc. Las misiones son variadas, con reencuentros, sorpresas, situaciones críticas, nuevas tecnologías que adquirir.

 

La jugabilidad ha adaptado bastante bien a realidad virtual, con una interfaz simplificada e integrada en nuestras manos virtuales, que se activa girando la muñeca, pulsando botones o "cogiendo" los modelos esquemáticos de las naves para colocarnos en la formación que nos interese. El tutorial que lo explica podía ser un poco más intuitivo (y estar traducido), pero una vez que le pillas el truco, no es difícil saber qué y cómo realizar las acciones. No vais a echar de menos el teclado o el ratón en este RTS, con gestos y con los botones de los mandos se hace todo casi perfectamente, desde agrandar las naves para ver sus detalles (escasos) a rotar el espacio.

 

Como hemos visto en juegos similares en VR (Eternal Starlight sobre todo, o en Ghost Signal: A Stellaris Game), la estrategia espacial también es un género que encaja con la realidad virtual, y con respecto a esos, Homeworld no es un roguelite ni un roguelike, sino una aventura con campaña, con una historia con principio y final, cuya duración dependerá de qué grado de dificultad escojáis de los cuatro disponibles.

 

Si sus once capítulos se os hacen sencillos y cortos (algunas misiones se resuelven en 15 minutos), probar a rejugarlos en máxima dificultad y repetirlos usando otras tácticas. Dependiendo de vuestra pericia estratégica, esta odisea espacial puede ser una agradable aventura o un auténtico desafío.

 

 

Cada episodio está precedido por una narración que nos pone en antecedentes, y siempre podemos consultar en la muñequera qué debemos hacer para completar el nivel. La supervivencia de nuestra nave nodriza, o la de alguna raza amiga, son siempre requisito imprescindible para avanzar. Si es destruida, tocará volver a empezar de cero.

 

Tampoco nos conviene superar la misión por los pelos, con la flota mínima y poco mineral ahorrado. Seguir adelante con el agua al cuello no es buena idea, es mejor abandonar y repetir un capítulo para intentar acabarlo, mejor preparados para el siguiente. Lo malo es que hay que darse cuenta y abortar, porque el juego no lo facilita, no se puede volver atrás, pero sí se pueden escoger fases de manera independiente una vez desbloqueadas.

Conclusión

Mi sueño de regresar al universo de Homeworld en realidad virtual se ha visto cumplido, y pese a algunos sacrificios, estamos ante un buen juego, imprescindible para los amantes de la estrategia en tiempo real no demasiado exigentes.

 

El juego ha sido analizado con Quest 2.

+ Conserva la esencia del original

+ Buena ambientación visual y sonora

+ Rejugabilidad por capítulos

- Estrategia muy simplificada

- Batallas demasiado rápidas

- Todo en inglés

7,5 "Muy bueno"

Homeworld: Vast Reaches (Quest)

7.5

Lanzamiento / Abril 3, 2024

Experience this strategy space game through a new perspective — get up close and personal to epic space battles, commanding your ships in real-time all around you. Your fleet is at your fingertips ...

Nota de los usuarios

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