Journey for Elysium: ANÁLISIS
19 NOV 2019 15:00
En esta aventura narrativa eres un héroe sin nombre que debe resolver desafíos y pruebas para lograr la redención y poder atravesar las puertas que conducen al paraíso. Desciende al inframundo de la mitología griega, viaja por tus recuerdos y descubre quién fuiste... y en quién te convertirás. Disponible para Rift y SteamVR.
Un viaje en la barca de Caronte
Según la mitología griega, tras la muerte, las almas de los héroes y de los hombres justos viajaban a los Campos Elíseos, el paraíso. El resto acababan en un lúgubre reino subterráneo, gobernado por el terrible dios Hades. Pero para llegar hasta allí había que hacer un viaje por el río del dolor siempre y cuando pudieras pagar a Caronte con una moneda de oro.
En esta aventura narrativa somos un héroe caído en desgracia que quiere alcanzar el Elíseo para reunirse con su mujer e hijo fallecidos. Para ello tiene que descubrir qué es lo que le ha llevado a las puertas del infierno, viajando en barca entre los dolorosos recuerdos de su vida. En dicha embarcación nos desplazaremos remando nosotros mismos, porque no hay barquero. Quien sí nos acompaña es un misterioso orbe dorado que nos guía y promete que, si resolvemos una serie de desafíos y conseguimos desbloquear nuestra memoria, alcanzaremos la redención y podremos viajar al paraíso de las almas heroicas.
Journey for Elysium es el primer proyecto de realidad virtual de los belgas Mantis Games, que estuvo disponible inicialmente a través de una campaña en Kickstarter. El juego está basado en la mitología griega, pero el único lenguaje disponible es el inglés. Lo avisamos desde el principio porque la narrativa, la historia que se nos cuenta, es uno de sus puntos fuertes. El otro sería la estética en blanco y negro que predomina en casi todo momento. La antesala del infierno se compone de lúgubres paisajes creados en una hermosa escala de grises rota a veces por detalles dorados. Aunque no es el primer juego en realidad virtual que prescinde de los colores (véase Blind), no deja de ser una decisión arriesgada, pero en este caso también acertada, consiguiendo que nos sintamos en los umbrales del inframundo. Y en ocasiones nos sentiremos sobrecogidos, por ejemplo como seres insignificantes ante el enorme tamaño de las puertas del infierno.
"Nuestras vidas son los ríos que van a parar al mar, que es el morir" escribió el poeta Jorge Manrique. Y muriendo en el mar es como comienza nuestro viaje, y hasta aquí puedo escribir sobre el argumento de esta aventura narrativa. El final no lo voy a desvelar, pero tampoco lo que sucede entre medias. Solo puedo decir que la historia que se nos cuenta es interesante sin ser original, una tragedia como muchas de las que se compone la mitología griega, donde los seres humanos son meros peones en manos de los inmortales dioses, piezas sacrificables en el tablero de sus intrigas.
El peso de la historia es tal que casi podríamos decir que estamos ante un "walking simulator", aunque con el matiz de ir en barca. No tenemos libre albedrío, nos llevan de la mano y en todo momento se nos dice qué es lo que tenemos que hacer. Los desafíos o rompecabezas que tenemos que resolver son fáciles, algunos monótonos pero otros interesantes.
Encontrar monedas en el escenario resulta absolutamente aburrido, pues no están nada escondidas, siendo un mero trámite para acceder a nuestros recuerdos. Para desbloquearlos debemos hallar un objeto especial, y para ello sí que tenemos que usar algo más de ingenio: resolver pequeños rompecabezas, trepar por estructuras fijas o móviles, atravesar laberintos llenos de estacas puntiagudas escondidas, tocar en el orden correcto notas musicales en nuestra lira, encender hogueras a distancia disparando flechas de fuego con un arco, etc. Nada que no hayamos visto en otros juegos, pero al menos hay variedad.
El juego se desarrolla en varios capítulos, diferentes recuerdos, y cuenta con puntos de guardado automático. Porque los desafíos son fáciles, sí, pero no siempre los resolveremos a la primera y en más de una ocasión moriremos por no agarrarnos bien a un saliente o por pisar una baldosa trampa. La duración de nuestro viaje por el inframundo no nos llevará en cualquier caso más de dos horas.
Para desplazarnos por los escenarios cuando no estamos remando en barca, podemos optar entre teletransporte o un movimiento libre muy fluido. Guiar la barca hasta un punto concreto del escenario es a veces un desafío más, no muy agradable en algunas situaciones, dado que puede llegar a marear. La clave es aprender a remar, usando las dos manos, y no tener prisa.
La inmersión, la sensación de estar en otro mundo, es muy buena. Sin embargo, la magia se rompe en varias ocasiones. Por ejemplo, el manejo del arco, sin ser malo es mejorable. También choca el contraste entre la alta calidad de los paisajes y el detalle de algunos objetos frente a la de los pocos personajes que nos encontraremos. La aparición de un gran ser mitológico en un momento del juego nos debería dejar con la boca abierta de asombro, pero su representación es bastante pobre.
CONCLUSIÓN
Estamos ante un título que nos sumerge en la mitología griega de un modo completamente opuesto al de God of War o Assassin's Creed Odyssey. En este viaje al Elíseo no hay acción sino mucha narración, voz en off en inglés con posibilidad de subtítulos, aunque solamente en ese idioma. Si esto no os supone un problema, es una aventura recomendable por el uso de variadas mecánicas jugables en realidad virtual, por su excelente ambientación y por un guión con un par de sorpresas.
El juego ha sido analizado con HTC Vive.
Edy80
Visores
#1 22 NOV 2019 8:21
La estética en blanco y negro le sienta muy bien a esta historia. Si tuviera audio y subtítulos en algún idioma más que el inglés yo le pondría hasta un 7/10.