Peaky Blinders: El Rescate Real - ANÁLISIS

Comunismo, fascismo y familia

Hay grandes videojuegos ambientados en las dos guerras mundiales del siglo XX, pero el que hoy analizamos ocurre entre esos dos conflictos, unos años 20 nada felices en Gran Bretaña. Las trincheras son oscuros callejones de Birmingham y los bandos que se enfrentan son la mafia local, los revolucionarios comunistas y la tríada china que controla los fumaderos de opio.

El estudio Maze Theory, con varios juegos basados en series de televisión británicas (Doctor Who: The Edge of Time), ha partido esta vez del drama histórico Peaky Blinders para crear una aventura narrativa en realidad virtual cuyas primeras favorables impresiones ya recogimos en este artículo, y se mantienen una vez completado el juego.

Historia (sin spoilers)

Ante un juego basado en una serie con decenas de episodios y personajes, lo primero que hay que decir es que si uno ha seguido las andanzas de los Shelby encontrará situaciones, escenarios y un tono narrativo que le resultarán confortablemente familiares. Sin embargo, uno puede adentrarse en esta aventura desconociéndolo absolutamente todo de Peaky Blinders sin sentirse perdido. En mi caso, apenas había visto un par de capítulos de la serie por curiosidad antes de ponerme a jugar, y ahora me dan ganas de ver todas las temporadas.

Sobre el guion del juego, no sé si es fiel o no a la producción televisiva, lo que me he encontrado es una historia de rivalidad entre bandas callejeras, que a su vez representan también las distintas tendencias políticas del período de entreguerras. Todos dicen buscar el bien para el pueblo, pero está claro que tienen intereses particulares más egoístas.

Nuestro bando, en el que queremos ser aceptados, es el de la familia Shelby, una mafia local con aspiraciones a controlar el crimen organizado en más ciudades que la de Birmingham. La violencia, inspirar terror y el no perdonar la más mínima traición son sus armas para que las cosas cambien a mejor (especialmente para ellos), sin que nada cambie demasiado.

Sus mayores rivales en el juego son los Hijos del Invierno, la organización que lucha en las fábricas y en las calles para que triunfe en Gran Bretaña la revolución comunista, y lo hacen con revueltas en las calles, propaganda y tramando una conspiración política contra el gobierno de Londres.

En medio, la Hermandad Tong, la tríada que controla el barrio chino y sus fumaderos de opio. Su presencia en el juego es muy importante, es el bando más misterioso, especialmente en nuestros encuentros con la clásica y hermosa mujer fatal oriental.

El argumento es sólido, interesante e intrigante. Quizá no brille por su originalidad, pero tiene sorpresas, y es un guion trágico y adulto, más de que lo que suele verse en el mundo de los videojuegos. 

Gráficos y Sonido

Si hablamos de los escenarios, la representación de los bajos fondos de una ciudad inglesa industrial en el año 1928 y su atmósfera está muy bien conseguida, y más teniendo en cuenta que hemos jugado a las versiones de Quest y Pico. Si cuando lleguen las de PC VR y PSVR2 mejoran texturas, iluminación y detalles, será algo digno de verse.

Toda la trama ocurre en interiores iluminados con candiles y velas, o en callejones al atardecer, de noche o con los cielos cubiertos de niebla o del humo de las fábricas. Sin embargo, no es un juego oscuro, sino crepuscular, como señalando el final de una época. Mención especial al barrio chino, con su iluminación de farolillos rojos, y al fumadero de opio con sus cuartos secretos. 

Frente a la calidad de los escenarios, la de los personajes se siente menos conseguida, seguramente por las limitaciones de Quest/Pico. Sí, reconocemos las caras de los actores de la serie, y las de los NPCs inventados son expresivas, pero vistos de cerca. De lejos, a veces se ven sus ojos blancos, la pupila tarda una fracción de segundo en aparecer, y además, las animaciones son algo toscas. Mejor o peor dibujados, en cuanto empiezan a hablarnos nos olvidamos de los defectos.

Las voces en inglés son una auténtica gozada (fuckin' peaky blinders), con sus entonaciones propias de cada estatus social. No olvidemos en ningún momento que estamos ante un juego narrativo, nos vamos a aburrir (realmente no) de escuchar diálogos. Interacciones, exploración, resolución de rompecabezas y tiroteos hay, pero los justos para dotar de ritmo a la historia.

Hay subtítulos en castellano, una buena traducción y generalmente fáciles de leer y bien ubicados. Sin embargo, en alguna ocasión, si el personaje que habla está lejos de nosotros, el texto aparece junto a él y puede ser difícil leer lo que pone. Ocurre en pocas ocasiones, porque la mayoría de diálogos son cara a cara, teniendo enfrente a nuestro interlocutor. 

En cuanto a la ambientación sonora, reitero mi debilidad por la canción Red Right Hand de Nick Cave & The Bad Seeds, que suena al comenzar el juego y cuyo toque de campana inicial se usa de sonido recurrente. No suena mucha más música y los efectos de audio son adecuados y precisos, así que concluiremos que el apartado audiovisual de esta aventura en más que notable.

Mecánicas VR y Jugabilidad

Hasta ahora todo eran aspectos muy positivos, sin embargo, en lo jugable y en cuanto a mecánicas VR el panorama tiene algunas sombras. La principal es su duración, algo que debería ser fácil de medir, pero acaba dependiendo de cada jugador. Sin pararnos a recoger coleccionables y teniendo buena puntería, podemos acabar la aventura en unas 3 horas y es poco o nada rejugable, salvo para completistas que quieran localizar todas las cartas del tarot.

La historia se desarrolla en capítulos cortos en diversos escenarios, por donde se nos lleva casi de la mano. Más que novatos parecemos niños tontos. Los pocos rompecabezas que hay que resolver son muy fáciles, hay exploración, pero en zonas pequeñas y acotadas, y aunque en los tiroteos es posible morir, al haber constantes puntos de autoguardado casi podríamos terminar el juego del tirón, en lo que dura la batería del visor, o en dos tandas.

Esto podemos verlo como algo bueno, al fin y al cabo estamos ante una gran película interactiva e inmersiva, ante un capítulo muy largo de la serie en el que somos protagonistas, viviéndolo desde dentro. O verlo como un punto negativo, considerar que este Rescate del Rey es demasiado breve.

La mayor parte de acciones que tenemos que realizar son correctas, a veces con detalles tan curiosos como tener que quitar el tapón de la botella de ginebra para servirnos un trago o poder encender un cigarrillo, fumar y echar el humo. Hay colisiones, sentiremos los objetos sólidos, poses de manos al agarrarlos, la escala del mundo es buena, podemos caminar libremente, hay opciones de giro y comodidad, etc.

Sin embargo, en esas mecánicas VR se producen, algunas veces, pequeñas imprecisiones que, sin afectar a la jugabilidad, emborran el resultado. A la hora de dejar un objeto sobre una superficie, este se puede quedar en una posición extraña o temblando como un flan. Pueden ser detalles que estén corregidos en la versión final, ya que nosotros hemos tenido el juego con mucha anticipación (algo que se agradece, y mucho), y los desarrolladores de Maze Theory nos avisaron que estaban todavía puliendo errores de este tipo.

Una cosa que no me ha gustado, aunque poco o nada la he utilizado, es el sistema de teletransporte, porque siempre he odiado eso de tener que seleccionar con el stick hacia dónde vamos a mirar al saltar de un punto a otro. Será cosa mía, pero siempre acabo con la vista en dirección contraria a la que quiero ir, retrocediendo en lugar de avanzando hasta que me doy cuenta.

Punto a favor es la gestión del inventario, integrado en nuestro propio e invisible cuerpo. De nuestro personaje vemos sus manos enfundadas en guantes de cuero, y un feo cinturón transparente donde guardar tabaco, mechero y pistola. Al diario, donde se almacenan biografías de personajes, mapas, pistas y objetos, se accede llevándonos la mano al pecho y sacándolo del supuesto bolsillo virtual que tengamos allí. 

Agarrar la pistola, cargarla manualmente y amartillarla, trasmite buenas sensaciones. Los tiroteos son divertidos, teniendo que agacharnos para evitar las balas enemigas y obligándonos a localizar munición, que aparece siempre en los mismos puntos y de manera infinita. Podemos acabar con los enemigos lanzándoles cócteles molotov, o haciendo caer pesadas cargas al disparar sobre las cuerdas que las sujetan. 

Las escenas de acción, no muchas, son buenas si tenemos en cuenta que estamos en una aventura narrativa. Si las comparamos con juegos de acción, se quedarían solamente en correctas. Con o sin asistencia de apuntado, en casi todas es fácil sobrevivir, aunque van ganando en intensidad, y en la última morí varias veces por confiarme demasiado.

Conclusión

Si sois seguidores de la serie, vais a disfrutar con Peaky Blinders: The King's Ransom, y si no la conocéis, también. Quizá os sepa a poco, la idea podría dar más de sí y estar mejor realizada. No estamos ante un juego de realidad virtual excelente en todos sus aspectos, pero sí ante una aventura narrativa muy completa y recomendable. Ahora que ya nos hemos conseguido la gorra, esa boina que oculta las cuchillas que da nombre a esta banda de criminales, queremos seguir "protegiendo" a los buenos ciudadanos, porque "en lo más crudo del duro invierno, las segundas oportunidades (no) se acaban".

El juego ha sido analizado con Quest 2.