Cuando era muy pequeño disfruté de mi primer juguete, un pato, y en vez de jugar con él… lo rompí, para ver como funcionaba ese elemento que debería haberme divertido como bebé.
A partir de entonces toda mi vida fue diferente. NO importaba lo que debería de hacer, si no el POR QUÉ debería de hacerlo. Y ese era el punto culmen de mi existencia.
Sin embargo todo me sabía a poco. Nada era un reto, ni nada me ofrecía poder descubrir algo nuevo. Hasta que en 1992 llegué a la gran Expo’92, y entre todo ese universo de futuro prometedor, pude probar por primera vez lo que era la Realidad Virtual. Y poco después pude comprarme el primer 3D Construction Kit para el Amiga 500.
En ese momento sentí lo mismo que puede sentir un cineasta cuando aún no existe el cine y se inventa la cámara. Lo mismo que un pintor cuando no existe la pintura y se inventa el primer óleo. Lo mismo que un músico que no sabe lo que es una canción hasta que escucha el primer instrumento musical. Descubrí algo diferente. El gran ¿Por qué? de la sociedad humana. Una herramienta que te permite sentir lo que la naturaleza te impide sentir. Una herramienta que te permite vivir lo que tu destino te ha impedido vivir.
Para mi la Realidad Virtual es el nuevo cine, la nueva música, una nueva forma de pintar, un octavo arte, la evolución de todo lo anterior y la evolución de la propia mente hasta el punto de al fin poder controlar nuestro ser. Poder al fin ser Dioses. Dejar de ser simples granos de arena y convertirnos en el viento que mueve las nubes. El mar que erosiona la tierra. La energía que mueve el mundo. El Big Bang que crea un nuevo universo.
No podéis ni imaginar lo que siento ahora. A simples semanas de que la Realidad Virtual sea parte del motor que mueve nuestra civilización. Momento que mi vida cambiará, como formador, o como se diría en un pasado, mentor hacia ese nuevo camino. Un futuro donde todo lo que conocéis se convertirá en viejas historias de museos. La tele pasará a ser un invento más entre vitrinas. El cine será algo que solo se verá en eventos muy retro. Y todo lo que sea una “pantalla” se considerará simplemente “vintage”.
No hablamos de un nivel más en videojuegos. Ni siquiera de un sistema superior de simulaciones. Hablamos de un contacto superior con el entendimiento humano. Hablamos de poder al fin entender cosas, que de otro modo nos sería imposible. Hablamos de desbloquear nuestro siguiente nivel evolutivo, y de acercarnos un poco más a comprender algo que ni nuestros ancestros han conseguido entender… y que simplemente explicaban vagamente con mitos y religiones.
No creo que aún entendamos la puerta que hemos abierto… hasta que nos queme el cielo o infierno que hay dentro.