Humanity: ANÁLISIS
15 MAY 2023 18:00
Tras un tiempo desaparecida, la nueva propuesta de Enhanced viene para hacernos pensar mientras cientos de personas siguen las órdenes de un perro. ¿Te sumas al mogollón? Disponible en PSVR2 y PC VR.
Ante todo, inteligencia
Simplemente escuchar el nombre de Tetsuya Mizuguchi hace que la piel se nos vuelva aterciopelada. Sus creaciones resuenan años después de ver la luz por su meticuloso grado de perfilado jugable, pero sobre todo por conceptos tan bien presentados como originales. Rez Infinite y Tetris Effect son ejemplos maestros del diseño de videojuegos con representaciones increíbles en realidad virtual (ambos con versiones PSVR2). Productos no pensados para la tecnología, pero perfectamente adaptados para sacarles todo el brillo posible.
Humanity no es una excepción. Puede que su idea sea perfectamente disfrutable sin un visor de por medio, pero, sin duda, con él nos hace sentir parte de esos flotantes niveles. Tras un importantísimo mensaje sobre el comportamiento de las masas (eso de seguir al líder sin dudar y tal) muy bien narrado, con voz en off de idioma ininteligible pero subtitulado en español , se esconde un juego de puzles que reta nuestros sesos. Y lo hace con una idea tan inteligente que nos hará esbozar una sonrisa constante al ver como evoluciona la fórmula o incluso al atascarnos en algún punto.
Es esa picaresca la que buscan sus diseñadores y la que nos lleva a maldecirlos y elogiarlos a partes iguales. Bajo la piel de un perro (un Shiba Inu) debemos dirigir a un sin fin de personas sin rostro hacia la luz. Una luz positiva proveniente de una puerta que no sabemos muy bien a dónde les lleva... o al menos no al comienzo de todo. En tercera persona recorremos el nivel añadiendo indicaciones de todo tipo para hacerles llegar a su destino... porque ellos avanzan siempre hacia adelante, sin pensar, de forma constante e infinita. Si no ponemos remedio, acaban cayendo al vacío de forma cíclica.
Superar sus 90 niveles supone aprender todo tipo de habilidades que hace de su jugabilidad una auténtica delicia para los amantes del género. En cada uno de los cubos que conforman los niveles podemos colocar una orden que ejecutará el séquito de humanos sin dudar: izquierda, derecha, saltar, flotar… Unos comandos limitados y restringidos por nivel que van in crescendo a medida que superamos fases. Esto es Humanity, y aunque pueda parecer sencillo, la dedicación puesta en cada rompecabezas es tal que puede llegar a abrumarnos.
Porque además, si somos de aquellos a los que les gusta el reto, hay unos humanoides dorados llamados Goldys (hasta 3 por nivel) que nos harán desviarnos del camino "normal" si queremos hacerlos llegar a la meta. Esto nos permitirá desbloquear nuevos mundos, además de conseguir hasta 150 mejoras jugables tales como detener el tiempo para tomar la mejor decisión, hacerlo avanzar más rápido o simplemente skins para la gente y personalizar así la experiencia a nuestro gusto.
Esos señores dorados desbloquean habilidades y contenido si se unen a la causa y llegan a la meta.
En busca de la respuesta
Comenzar un nuevo nivel supone una exploración previa para asegurar la integridad de la marabunta. Analizar si hay un ventilador que los empuje al vacío, superficies de agua para cruzar el abismo o cintas mecánicas que varíen su rumbo. Cada nuevo rompecabezas ofrece un aprendizaje de cómo utilizar los reducidos recursos con los que contamos y que curiosamente son lo suficientemente versátiles para conseguirlo. Es sorprendente como la colocación de unas pocas flechas nos lleva a un análisis tan exhaustivo de sus verticales escenarios.
A los más viejunos del lugar les sonará un tal Chu Chu Rocket de la veterana Dreamcast, época de una SEGA por la que pululaba Mizuguchi. Es quizá esa fórmula explotada al máximo y llevada al 3D lo que ha dado forma a Humanity. Podemos mover la cámara a nuestro antojo, siempre pivotando alrededor del perro, para buscar el ángulo ideal que nos permita encontrar la solución. Una que no se estipula solo al inicio para que recorran el camino de forma apacible, sino que muchas instrucciones las daremos, modificaremos o borraremos a medida que se avance. Siempre que esto se permita, claro está.
La picaresca que buscan sus diseñadores nos lleva a maldecirlos y elogiarlos a partes iguales por el inteligente diseño de niveles
Algo que se complica cada vez más y que nos bloqueará en más de una ocasión pero sin llegar al agobio, ya que siempre notaremos como la solución está muy cerca: ahora los hago girar a la derecha, que empujen este bloque primero y voilá... Un imaginario camino que recorrerá nuestra cabeza de forma constante. Cierto es que ese control de cámara se realiza íntegramente mediante botones dada su naturaleza de juego híbrido (puedes jugar en la TV) y es una lástima no haberlos adaptado a la gestualidad para convertirlos en algo mucho más intuitivo. Algo así como lo visto en Demeo.
En cualquier caso, la parte negativa de la experiencia se la lleva el no poder crear mapas en realidad virtual, quedando esta función exclusiva del modo plano. Cambiamos a él en un instante, sin salir del juego, pero esperemos que en un futuro esa palabra BETA que acompaña al editor signifique algo más para los poseedores de PSVR2. Esto no impide que cualquier mapa creado se disfrute en realidad virtual, algo que sin duda le otorgará una vida infinita gracias a la comunidad de jugadores. Porque efectivamente , podemos compartir y disfrutar de mapas creados por cualquier persona.
En ROV solo hemos tenido acceso a unos pocos niveles creados como ejemplo por los desarrolladores, pero el día de lanzamiento se abre la veda para ver de lo que son capaces los usuarios. Los jugadores de PlayStation Plus tienen como funcionalidad exclusiva, no disponible en PC, el acceso a videos con la resolución de cada nivel desde el juego (sin conseguir los Goldys) o desde la propia interfaz de la consola, como ya hemos visto en otras ocasiones. Algo que ayuda a suavizar las frustraciones en los momentos más oscuros.
¿Seremos capaces de reunir a toda la humanidad? El juego evoluciona de forma constante.
Sensorial y minimalista
Como no podía ser de otro modo, la experiencia audiovisual de Humanity está cuidada al máximo. Esta vez la parte sonora no es la protagonista, pero sí se integra de un modo fantástico en la idea que ofrece el producto. Melodías relajantes, particulares y sonidos delicados al realizar cualquier acción. Muy sutiles pero meticulosamente bien pensados para darle forma al modo en que quiere transmitir la idea de este mundo repleto de gente sin alma. Cada pequeña acción es acompañada de una sutil vibración.
Las palabras del narrador se traducen en pequeños golpes de diferente intensidad en el mando (algo visto en The Last of Us Parte I, por ejemplo) y el paso por diferentes superficies se hace notar, también de forma ligera, para saber en qué parte del nivel estamos ubicados. Ese conjunto de pequeños detalles denotan la experiencia como desarrolladores del estudio y se refleja en un diseño gráfico minimalista, con un reputado diseñador gráfico del país nipón como máximo responsable.
La parte negativa de la experiencia se la lleva el no poder crear mapas en realidad virtual, quedando esta función exclusiva del modo plano
Puede que no sea el producto que de entrada ofrezca el mejor apartado gráfico de la consola, pero sí uno que sabe fortalecer sus puntos y dejarnos embobados cuando miles de personas desfilan a nuestro alrededor, flotando sobre nuestra cabeza, cruzando ante nuestros ojos o simplemente creando formas geométricas hipnóticas. Si a esto se le acompaña una nitidez de imagen estupenda y un buen uso del HDR, encontramos un apartado visual con un estilo único muy llamativo y hasta aséptico por momentos.
Y es así para transmitirnos paz durante horas y hacer largas sesiones de juego, algo poco habitual en este tipo de títulos. Tras unos primeros niveles que se superan con relativa facilidad, pronto vemos como en cada nuevo mundo necesitaremos de quince a treinta minutos hasta dar con la tecla para cada nivel. Algo que varía en función de la habilidad de cada jugador, si optamos por sumar al pelotón a los Goldys o si visitamos esos niveles alternativos de cada mundo que saben ponernos a prueba. Una docena de horas garantizadas para completar su historia que, como decíamos, se expanden o comprimen dependiendo de nosotros mismos.
Para terminar, uno de los detalles que más nos han gustado ha sido ver el escenario a diferentes escalas. Configurable, con diferentes grados de intensidad, podemos tener un diorama donde suceden cosas o un escenario a nuestra escala por el que movernos. Algo que sin duda cambia la percepción del nivel y acentúa las posibilidades de la realidad virtual a la hora de transportarnos a una dimensión completamente diferente para adaptarla al gusto de cada jugador.
Las paredes ralladas son escalables pero no puedes descender por ellas y caer a más de dos alturas no es buena idea.
Conclusión
Humanity demuestra, de nuevo, la experiencia de Enhanced para crear productos únicos, singulares y transgresores en el tiempo. El equipo de Mizuguchi nos brinda uno de los mejores juegos de puzles que hemos visto en años con un diseño de niveles ejemplar al alcance, probablemente, de nadie más. La sorpresa y satisfacción es constante, demostrando en todo instante lo que una idea sencilla puede dar de sí para rematarla con un último tercio memorable. Nos quedamos sin la posibilidad de crear niveles en realidad virtual, al menos de momento, pero sí de disfrutar todo un mundo de posibilidades que la comunidad se encargará de exprimir. Algo que esperemos ocurra pronto al estar incluido el título en las suscripciones PS Plus Extra y Premium.
Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.003.000
Liberty
Visores
#41 » Respuesta a ray_manta #39 10 DIC 2023 16:39
Gracias, probaré ese orden a ver si así detecta los mandos en Humanity. Nunca hasta ahora había tenido problemas. Mi rutina es encender el casco, arrancar Steam por si hay actualizaciones, arrancar WMR, arrancar Steam VR, y encender los mandos.