Gazzlers: ANÁLISIS

A lo loco

Unos pequeños y traviesos murmullos nos dan la bienvenida al propio logo del juego. Un simpático detalle que nos advierte sobre lo que está por venir y sobre todo, la atención puesta a cada parte de GAZZLERS. Lo malo es que estas ruidosas y rojas criaturas no son amigas nuestras, más bien todo lo contrario, y van a intentar a base de balazos impedir que progresemos en nuestro camino. ¿Cómo les detenemos? Con la misma medicina: balas y más balas.

Estamos subidos a un tren marcha en el que somos perseguidos por estos tipos con toda clase de vehículos armados hasta los dientes: motos, coches con pinchos, aviones... Un sin fin de artilugios que utilizan exclusivamente para la destrucción mientras gritan como locos sin parar. Así que no nos queda otra que destruirlos cuanto antes bien llenándolos de balas o utilizando los barriles explosivos que vemos desperdigados todas las tierras de Ginkgo.

Esta vez para vez para alargar la vida de un género que suele pecar de breve se presenta a modo rogue-like. Esto se resume en jugar para conseguir mejoras, morir e intentarlo de nuevo para llegar cada vez más lejos. O ese debería ser su funcionamiento porque GAZZLERS precisamente falla en ofrecer un progreso del jugador absurdamente lento y algo irrelevante, todo sea dicho. La moneda del juego, que es la chatarra, la obtenemos al derrotar enemigos o explotar globos de recursos, si podemos, mientras somos atacados desde todas las direcciones.

Lamentablemente a la hora de la verdad todas las mejoras resultan excesivamente caras y no dejan de ser pequeñas variaciones de estadísticas que no nos convierten en ningún súper hombre. Esto se traduce en que tras cada nuevo intento no tengamos la sensación de avanzar cada vez un poco más, llegando la frustración demasiado pronto. La exigencia está a la orden del día y participar en una run durante sus buenos 10-15 minutos para después no adquirir mejoras es cuanto menos cuestionable. Porque si todo marchara bien menos de una hora sería suficiente para alcanzar los créditos.

Sin soltar el gatillo

GAZZLERS es un producto muy divertido. La sensación de disparo gracias a los gatillos adaptativos es estupenda y sin mucho pensar estamos atacando en 180º a todos esos demonios rojos. Suelen venir por oleadas desde la parte frontal pero sus vehículos les permiten tomar ventaja por los laterales haciendo que siempre estemos mirando en todas direcciones para esquivar balas. Porque sudar vamos a sudar ya que mover nuestro cuerpo es la mejor forma de evitar los disparos.

Así, o empleando un escudo con el brazo izquierdo que nos protege de unas cuantas balas antes de volverse inútil. Al menos, eso sí, se recarga enseguida para volver a utilizarse. No hay un diseño de niveles brillante, ni patrones de enemigos demasiado dispares por lo que al final, a pesar de resultar divertido vaciar cargadores, la repetición y la ausencia de mejoras que afecten directamente al gameplay le acaban pasando factura a las pocas partidas. Hay alguna que otra arma interesante y satisfactoria pero como decíamos, cuesta demasiado llegar a todo ello.

GAZZLERS precisamente falla en un progreso del jugador absurdamente lento y algo irrelevante, todo sea dicho

Recargamos de forma manual cuando tenemos pocas balas (cogemos cargador y lo acoplamos al arma de forma imantada) y lo mismo con un tubo de vida si estamos en las últimas. De este solo tenemos uno para la partida, por lo que resulta crucial evitar el máximo daño posible y explotar los globos que nos aporten algo de salud entre tanto ajetreo. Tras las oleadas podemos elegir, entre dos opciones, una mejora importante y temporal que suele ofrecer una ventaja competitiva a cambio de ver cómo se nos penaliza por otro lado. Como siempre, estas se presentan de forma aleatoria cada vez. La suerte importa.

Y además de ofrecer únicamente tres escenarios con sus respectivos jefes finales, GAZZLERS se siente demasiado homogéneo durante toda su propuesta. Es divertido y carismático y sin muchos esfuerzos visuales resulta muy agradable a la vista (además de nítido) por todos esos detalles, como el del inicio, que inundan los menús y sus partidas. La estética cartoon sabe respaldar su desenfada idea con algunas onomatopeyas o títulos para destacar los enemigos más fuertes mientras suenan unos cañeros temas de fondo. Sin ser ningún portento gráfico echamos pocas cosas en falta para este arcade de acción.

La traducción conserva el tono alocado de la parte visual.

Conclusión

GAZZLERS ha resultado ser una propuesta on-rails muy divertida y particular gracias, en parte, a sus protagonistas. La sensación de disparo es estupenda pero se sostiene demasiado en ella mientras ofrece un desarrollo demasiado plano, sin sorpresas, con un progreso lento y sin saber recompensar al jugador para motivarle en la próxima partida. Si buscas un título sin muchas complicaciones aquí encontrarás diversión y balas a partes iguales aún con sus carencias.

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.000.000

Vídeo análisis: