Mi hijo pequeño ayer mismo, cuando ibamos a comprar unas pistolas de agua para una fiesta, me dijo en el coche y mirando la calle mientras avanzábamos "Parece un videojuego muy real". Y yo le dije, bromeando: "Te pasas tantas horas jugando que ya no distingues los juegos de la realidad". Sé que los distingue perfectamente, pero también es verdad que prefiere jugar a juegos on-line que salir a jugar fuera con los amigos. En realidad se trae a los amigos a casa para jugar on-line en red local.
Hace dos meses le convencimos de ir con un amigo a la playa para ayudar a otros más pequeños en un cursillo que hacían los padres de su amigo. Se resistió todo lo que pudo, pero al final fue. Cuando volvió nos dijo que se lo había pasado genial, y que la próxima vez que se resistiera a salir, que le obligáramos.
Ninguno de mis dos hijos muestra el menor interés por el DK2 y el único que lo utilizo soy yo. Les molesta lo aparatoso que es, el jaleo de cables, tener que ponerse algo apretado en la cara, que no se vea tan bien como en el monitor, que algunas demos les mareen (principalmente al moverse con el mando de la XBOX360 o teclado) y que no funcione ninguno de los juegos que les gustan a ellos, como MTA (mod del GTA San Andreas), 4Story, League of Legends, entre otros.
El otro día pasé por delante de un grupo de chicos y chicas adolescentes que estaban sentados en los bancos de un parque todos juntos y en silencio, cada uno escribiendo con los pulgares a velocidad de vértigo en su móvil. No hablaban entre ellos. Y no es la primera ni segunda vez que lo he visto.
Desde hace más de un año juego a un juego de realidad aumentada con el móvil que se llama Ingress. Es un juego que se juega en la calle, hackeando portales y colocando resonadores, mods y atacando a otros portales del bando contrario. Gracias al juego estoy dentro de un grupo de amigos que viven cerca mío y con el que nos ayudamos e intercambiamos objetos virtuales del juego físicamente (hay que dejarlos en un sitio físico para que el otro lo recoja). Todavía no conozco a ninguno de ellos personalmente.
En mi trabajo, casi todo lo puedo hacer por Internet, con una llamada telefónica y últimamente por whatsapp. Las veces que tengo que desplazarme en coche es un fastidio por el engorro, el gasto adicional y tiempo extra que pierdo (por no hablar de los riesgos de meterse en la carretera hoy en día).
Cada cierto tiempo hacemos una quedada de proyectores con un grupo de colegas que nos conocimos en un foro. En la primera quedada creamos un grupo por whatsapp y cada día hay mensajes explicándonos cosas interesantes y ayudándonos entre nosotros. En la última quedada llevé el DK2 y se lo pasaron genial, sobretodo en la montaña rusa. Varios de ellos se han comprado gafas chinas para el móvil y están a la espectativa para ver si pueden ver cine con los nuevos visores de RV (sólo a un par le gustan los juegos). Aunque vivimos relativamente cerca, difícilmente nos habríamos conocido.
Y por último, el otro día se conocieron en persona Juanlo y Altair. Si no fuera por este foro difícilmente encontrarías a gente para hablar de la realidad virtual en idioma de Cervantes. Y extendiéndolo más allá, sino fuera por Internet, mucha vida social se acabaría.
Mi conclusión es que ya hace tiempo que hemos cambiado nuestros hábitos y no hace falta la realidad virtual para estar enganchados a los juegos, al móvil (principalmente whatsapp y facebook) y a Internet en general.
Mi segunda conclusión es que los visores de RV van a tener que mejorar mucho para que los chavales los acepten y utilicen tanto como utilizan el monitor. Tal vez sea la generación de nuestros nietos los adeptos a la RV y nosotros ya estemos demasiado habituados a las pantallas planas, igual que nuetros abuelos a la radio, o los cinéfilos a los 24 fotogramas por segundo.
Pero yo sigo creyendo que la RV será un fenómeno mundial, al estilo de lo que ha sido Internet y los móviles. Pero también reconozco que tendrá que mejorar mucho para ello y que somos los early adopters sufridores (o disfrutadores) de lo que tenemos ahora mismo con el estado actual de la técnica.
Saludos.
* Nuestro cerebro es un sistema de simulación que virtualiza todo lo que capta del exterior.