Análisis del Oculus Rift DK2

6 AGO 2014  8:58

Juanlo

98

La carcasa (II)

La carcasa del DK2 sin las tapaderas protectoras

La carcasa del DK2 sin las tapaderas protectoras

 

En la parte superior derecha (mirándolo de frente) encontramos un compartimento protegido por una tapadera de goma. En su interior disponemos de un puerto USB que necesitaremos si vamos a conectar aquí algún dispositivo. Leap Motion es el primer ejemplo que nos viene a la mente, para capturar la imagen de nuestras manos e integrarlas en el mundo virtual, pero también hay otras opciones interesantes como unos auriculares USB. Por otra parte, los cables HDMI y USB se conectan en la parte central, algo que se revela al deslizar la tapadera de plástico que protege estos conectores.

 

Los mismos diales que el DK1 para ajustar la distancia de los ojos a las lentes

Los mismos diales que el DK1 para ajustar la distancia de los ojos a las lentes

 

A los lados de la carcasa seguimos teniendo los diales que Oculus ya empleó en el DK1 y que sirven para alejar o acercar las lentes a nuestros ojos, lo que nos permite aproximar nuestros ojos hasta casi rozar las lentes con nuestras pestañas para lograr el mayor ángulo de visión posible. Es importante tener en cuenta que lo que se mueve es el conjunto de las lentes y la pantalla, por tanto no se trata de un ajuste de distancia focal. La distancia de las lentes a la pantalla es fija.

 

El mecanismo interno de ajuste de la distancia tampoco ha cambiado

El mecanismo interno de ajuste de la distancia tampoco ha cambiado

 

El mecanismo interior tampoco parece que haya sufrido demasiados cambios respecto al DK1, aunque en esta ocasión da más sensación de robustez y esperamos que con el tiempo no tienda a aflojarse al igual que ocurría con aquel.


Las cintas de sujeción tampoco han sufrido variaciones y son muy similares a las empleadas por Oculus en el DK1, con una salvedad: mientras que en el DK1 el cable que lo conectaba con la caja de control quedaba suelto, en el DK2 utiliza la cinta superior como guía, para terminar saliendo por la parte trasera de nuestra cabeza. E igual que antes, podemos ajustar la presión de la cinta vertical mediante velcro, mientras que la horizontal se ajusta con hebillas. Todo para dejarlo totalmente a nuestro gusto y para evitar se mueva de su sitio ni nos presione hasta el punto de resultar molesto.