Polybius - PSVR: ANÁLISIS
23 MAY 2017 18:40
Año 1981, dos chicos sufren fuertes convulsiones tras jugar a un nuevo juego recreativo llamado Polybius. Poco tiempo después más jóvenes comienzan a sumarse al caso. Algunos no logran dormir, otros sufren terrores nocturnos, pierden el conocimiento e incluso alguno, preocupantemente limpia su cuarto sin que su madre se lo ordene. Treinta y seis años después, la pesadilla vuelve de manos del diseñador Jeff Minter y su equipo Llamasoft, rescatando la leyenda, añadiéndole un montón de vacas y creando uno de los mejores shoot’em up en años.
DI POLYBIUS TRES VECES FRENTE AL ESPEJO
Aunque pueda sonar como la marca de un dentífrico barato, Polybius es un nombre que carga a sus espaldas con la maldición de ser una de las mayores leyendas urbanas del mundo de los videojuegos, y decimos urbanas porque, como pasa con otras historias, jamás ha sido demostrada siendo a menudo magnificada por aquellas personas que han decidido contarla.
La leyenda de Polybius narra la historia de un videojuego aparecido en los salones recreativos de Norteamérica en 1981, el cual presentaba una serie de visiones psicodélicas basadas en luces estroboscópicas y parpadeos incesantes que no sólo atraían al jugador, si no que a su vez le generaban una extraña adicción, pudiéndole provocar ataques de epilepsia, pesadillas, pérdidas de memoria, cierta atracción por el suicidio, sometimiento e inseguridad.
Presuntamente la historia surgió a raíz de la inconsciencia de dos jóvenes, uno de Portland y el otro de Oregón. El primero tras una prolongada sesión del juego “Asteroids”, y tratando de superar un record durante más de 28 horas seguidas de juego, casi perdió el conocimiento tras dejar de jugar. El segundo, sintió enormes migrañas y un gran malestar tras una prolongada sesión del juego “Tempest”. Algún periódico de la zona decidió sumar dos más dos, la prensa nacional se hizo eco, y en dos semanas ya estaba toda la población corriendo como vacas sin pasto, pensando que el fin se hallaba cerca. No ayudó la posterior investigación del caso por parte del FBI, el cual le dio pilas a los conspiranoicos, los cuales relacionaron al gobierno con dicho juego, y posiblemente con la aparición de UFOs también.
Así nació la leyenda urbana de Polybius, ese supuesto videojuego fabricado por el gobierno para controlar a la población, experimentar con los jóvenes, y evitar futuros bochornos como el de eurovisión.
La leyenda de Polybius surgió a partir de dos casos inconexos relacionados con los videojuegos, la interpretación del tema por la prensa, y el cuchicheo que tanto nos gusta a los mortales.
Han pasado ya varios años y es el programador y diseñador Jeff Minter el que ha decidido coger el testigo, compartirlo con su equipo “Llamasoft”, y hacerse responsable de la resurrección de esta leyenda. ¿El resultado? Un grandísimo juego de disparos arcade, que nos recuerda el por qué Minter es reconocido por muchos por su particular estilo gráfico, sus grafismos, y la brillante locura de sus propuestas. No olvidemos que es el artífice de juegos como Tempest 2000, Gridrunner, Space Giraffe o el más reciente TxK, experiencias que pueden gustar más o menos, pero que ofrecen un estilo muy reconocible, así como unos retos basados en la jugabilidad más pura y exquisita.
SE MIRA Y SE TOCA - HISTORIA Y JUGABILIDAD
La historia de este juego es profunda, poética e incluso melodramática. Eres una nave que dispara y tu objetivo es reventarlo todo, vacas incluidas. Quizá os pueda parecer una descripción un tanto vaga, pero no es peor que la que encontréis cuando iniciéis el juego por primera vez, y es que en Polybius, no se nos dará ninguna explicación, por lo que no sabremos qué está sucediendo, cuáles son nuestros objetivos o sencillamente a qué esquema de control deberemos adaptarnos. El único mensaje que sí recibiremos será el de “Haz lo que sientas como natural”, y como llevamos una nave, y podemos disparar con facilidad, lo que surgirá de nosotros no será más que una ira desmedida hacia todo elemento móvil del escenario, incluido de nuevo a unas simpáticas vacas que serán las que nos ayuden a engrosar nuestra puntuación final.
El juego nos recomendará "Hacer lo que sintamos natural". Naturalmente optaremos por fundir a plomo todo elemento móvil, inmóvil, animal o artificial.
Pero… un momento… ¿vacas? Sí, vacas, y píldoras farmacéuticas, formas geométricas, líneas, puntos, vectores, marcianos a lo Space Invaders, banderillas y otros muchísimos recursos audiovisuales que serán el blanco de nuestras balas, ayudarán como bonificadores de puntuación y que tras el impacto inicial, dejarán de sorprendernos al recordar que se trata de un juego de Jeff Minter.
¿No nos creíais verdad? Aquí podéis ver que hay la leche de elementos en pantalla, incluidas vacas y toros.
Así pues el objetivo de Polybius no será otro que el de ponernos a los mandos de una pequeña y escuálida nave que debe llegar al final del nivel lo más intacta posible, mientras dispara a objetivos, esquiva elementos y se desliza por diferentes superficies las cuales, gracias a su cambiante arquitectura, tratarán de acabar con los nervios de aquellos más aprensivos. Poco tardaremos en encontrarnos con niveles que nos obligarán a cambiar de mecánica, ya que se nos presentarán nuevos retos relacionados con la superficie sobre la que volaremos, encontrándonos por ejemplo un nivel en forma de U, un cilindro que nos invitará a desplazarnos y girar en torno a él (con el inevitable cambio de controles al encontrarnos por ejemplo en su zona inferior), así como otros muchos elementos como pueden ser gadgets que nos ayudarán a saltar sobre alambres eléctricos, u otros que nos impulsarán haciéndonos volar en determinadas direcciones, aumentando así la dificultad y dándole una gran variedad al conjunto. Añadid a la mezcla una pizca de locura, colores estridentes, flashes, y en definitiva el peor viaje de LSD de la historia, y ya tendréis la ecuación utilizada por los de Minter para su propuesta.
Ejemplo de nivel en el que podemos optar por desplazarnos por su zona inferior. Los controles se invierten y la dificultad es mayor, no obstante la puntuación obtenida aumenta, algo que posteriormente puede compensarnos.
Otro de los elementos a destacar durante el transcurso de los niveles es el del uso de unos portales que amablemente nos invitarán a que los crucemos. Aquí los de Llamasoft han sido realmente brillantes ya que dichos pórticos, nos ofrecen un reto extra que se deja a nuestra elección. Si decidimos ponernos gallitos y cruzarlos nuestra nave aumentará de velocidad, el problema es que cuanto más rápido te muevas, más difícil resultará la travesía (llegando a ser una verdadera locura), por su contra mayor será la puntuación, lo cual generará que al final del nivel no sólo obtengas más puntos, si no que también consigas un mayor número de escudos que serán los que posteriormente te ayudarán a resistir más impactos (como si de vidas se tratara). Es así como nos encontramos con una suerte de sistema de dificultad que nos premia si tratamos de hacer más difícil el juego, pero que nos da la oportunidad de usar o no en dependencia de nuestros intereses, generándose un “selector de dificultad” en plena partida. Desde ROV nos ha parecido una idea realmente brillante, venida sorprendentemente de un colectivo amante de las vacas.
Aquí tenemos uno de los portales que nos ayudarán a alcanzar más velocidad y puntos si así lo deseamos. Como no, con el aspecto de un astado. Alguien debería hablar con esta gente.
Otro propósito a destacar del juego es el mero placer de su jugabilidad. En Polybius no sólo se busca alcanzar la meta, para nada, su principal virtud es la de tratar de obtener el mayor número de puntos posible. Aunque parezca algo trivial, es una de sus mejores bazas ya que el juego premia la buena jugabilidad, la cual está intrínsecamente relacionada con el placer del puro entretenimiento. No jugamos a Polybius para pasarnos el modo historia y ver qué ocurre con la princesa en este castillo. Jugamos porque disfrutamos jugando, amamos romper los récords, nos mola ver vacas, y en definitiva gozamos del mero placer que nos ofrece, así de sencillo. Esto que resulta tan evidente ha quedado diluido con el paso de los años, oculto entre comparativas, gráficos y competitividades. El juego de Minter pasa de ello y nos invita a luchar por mejorar, por ganar un mayor reconocimiento y por repetir los niveles para que encontremos la mejor versión de nosotros mismos reflejada en una puntuación final. La propuesta de Llamasoft ama la jugabilidad old-school y es algo que desde ROV agradecemos profundamente.
En Polybius no sólo se busca alcanzar la meta, su objetivo es el pleno disfrute de su propia jugabilidad, romper tus récords y encontrar la mejor versión de ti mismo como jugador.
Sr_Ton
Visores
#1 23 MAY 2017 21:59
Debe ser un buen juego. Los que lo han jugado en profundidad hablan maravillas. Además yo soy de la opinión que los gráficos retro le van muy bien a la VR
Wolf37
#2 » Respuesta a Sr_Ton #1 24 MAY 2017 0:21
Yo sinceramente no esperaba demasiado cuando lo comencé, pero a los 5 niveles pasados ya estaba totalmente enganchado. Creo que lo que define genial el juego es eso de: "un nivel más y lo dejo" (y de repente llevas 20 más). Te lo recomiendo! Si te haces con él me encantaría saber tu opinión. Saludos.
cercata
Visores
#3 24 MAY 2017 18:13
Alguien que haya jugado a este y al Hyper Void ... son muy diferentes ?