The Lost Bear - PSVR: ANÁLISIS

6 SEP 2017  18:59

HenryCO

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The Lost Bear - PSVR: ANÁLISIS

A ver si lo he entendido bien, ¿un plataformas 2D a la antigua usanza dentro de mi HMD?. El estudio inglés OddBug se atreve a combinar el estilo clásico del videojuego con la última tecnología en este título exclusivo para PSVR. Veamos si el experimento ha salido como ellos esperaban.

Nos vamos al teatro

Conforme vamos avanzando kilómetros en nuestra particular senda virtual nos vamos encontrando con todo tipo de experimentos y propuestas que rebuscan entre las enormes posibilidades de la tecnología para traernos nuevas maneras de jugar, vivir y sentir con los videojuegos. En un momento en el que la imaginación y buen hacer pueden suplir la falta de fuerza bruta propia de las grandes compañías, muchos grupos indies han encontrado en la VR la oportunidad de dejarse notar con propuestas modestas pero bien planteadas en las que, por encima de todo, se sabe entender las situaciones en las que la realidad virtual aporta valor añadido. Oddbug se la juega con este innovador experimento y ya os adelantamos que el resultado es muy interesante.

 

The Lost Bear nos cuenta la historia de Walnut, una joven muchacha que vive en las montañas y que acaba de perder a su oso de peluche. Para recuperarlo emprenderá un peligroso viaje que le obligará a atravesar bosques y montañas, resolver puzles y enfrentarse a sus peores temores. Toda la acción del juego y el “gameplay” propiamente dicho se materializa en un plataformas clásico 2D de scroll lateral que tiene lugar frente a nosotros, en una especie de escenario de teatro del cual somos espectadores de excepción.

 

En la butaca

El título ubica a nuestro avatar sentado en una butaca virtual a unos escasos metros del escenario. Aunque en primera instancia podamos caer en el error de pensar que nos encontramos ante un simple modo cinemático para visualizar contenido 2D a pantalla gigante, en apenas unos segundos nos daremos cuenta de lo equivocados que estábamos.

 

Lo que nos encontramos es que todo el entorno que rodea al escenario, y a nosotros mismos, se mimetiza con los detalles y ambientes que vive nuestra protagonista a lo largo de su viaje. Las clásicas plataformas 2D de toda la vida extienden ahora su encanto más allá del escenario y nos envuelven por completo estableciendo una sintonía con la acción del juego ciertamente inédita.

 

 

Si Walnut atraviesa un bosque veremos como nuestro entorno se puebla de árboles de diferentes tamaños y colores mientras los pájaros e insectos revolotean alegremente a nuestro alrededor. Si Walnut pasa por un desguace o por unas cloacas, nuestro entorno inmediato se volverá oscuro y nos rodearán criaturas nada amigables. El ambiente se vuelve calmado y amable o lúgubre y tenso en función de lo que la narrativa de la historia requiera en cada momento.

 

Para reforzar aún más el vínculo entre nuestro entorno virtual y la acción 2D los desarrolladores han introducido una serie de detalles muy interesantes. Con asombro, y una sonrisilla creciente, veremos como un abejorro revolotea a nuestro alrededor, se posa en el brazo de nuestro sillón y luego reemprende el vuelo para acabar introduciéndose por una tubería y aparecer al lado de Walnut. En otro momento, nuestra protagonista agitará un avispero lanzando a toda su colonia por los aires. Como os podréis imaginar, el enjambre acabará saliendo de su formato plano y escapará pasando a nuestro lado. Este tipo de vínculos entre los dos lados se sienten realmente bien, es una mecánica que funciona y que conecta perfectamente las dos realidades.

 

De igual modo se han implementado algunas mecánicas de interacción que nos obligarán a usar físicamente nuestro DS4 para poder progresar en la aventura. En determinados momentos deberemos colocar nuestro gamepad en una especie de dock flotante, a modo de llave, para poder accionar mecanismos o elevadores. En otra parte del juego todo el entorno se volverá oscuro, nuestro mando hará entonces las veces de linterna permitiéndonos iluminar tanto la plataforma como el entorno virtual.

 

Con todo lo mencionado, solo se puede concluir que el experimento propuesto por la gente de OddBug funciona a la perfección. Jugar a un juego 2D desde un entorno virtual adaptativo es una maravilla y da la oportunidad de establecer un vínculo o sintonía con la acción prácticamente instantánea.

En la plataforma

Más allá del paquete sensorial que percibamos desde nuestra posición en la butaca, la acción propiamente dicha, a excepción de algunas mecánicas de interacción ya comentadas, transcurre en forma de juego de plataformas, y como tal debe ser analizado.

 

Lo primero que llama la atención es la parte artística del juego. Todos los escenarios son muy coloridos y pudiera parecer que están dibujados a mano alzada. El resultado es ciertamente bonito y conforma un entorno de una notable calidad. La música del juego acompaña perfectamente a la acción, con melodías acústicas en los momentos tranquilos y más potentes en los de mayor tensión.

 

 

El juego combina secciones de plataformas con puzles intermedios. Las primeras son excesivamente simples representando más bien una mera excusa para llevarnos a nuestro próximo puzle. La dinámica de salto no es especialmente ágil y en muchas ocasiones no tendremos claro qué plataformas son útiles o accesibles y cuáles no. En ocasiones no nos quedará más remedio que acudir al nada atractivo método de prueba/falla para averiguar la mecánica adecuada de progreso. Por su lado los puzles son, en general, bastante sencillos y básicos en concepto, con algún destello puntual de originalidad en alguno de ellos.

 

Algo que resulta especialmente molesto son los tiempos de carga cuando morimos. Incomprensiblemente el juego tardará unos 10-15 segundos en devolvernos al escenario, los cuales se tornan eternos cuando estamos atascados repitiendo en bucle alguna sección.

 

Pero sin duda alguna lo que más llama la atención es lo terriblemente corto que resulta este The Lost Bear. En apenas una hora habremos recorrido los 5 capítulos en los que está dividida la aventura. La corta duración además incide en la simpleza con la que percibimos la historia de nuestra querida Walnut. Seguro que su oso perdido es muy importante para ella pero lamentablemente cuesta empatizar con un personaje que se nos va tan pronto. Y es una pena porque las mimbres artísticas que propone este título daban pie a ello.

 

Conclusión

Después de probar este The Lost Bear ha quedado claro que la mecánica de jugar a un juego clásico 2D desde un entorno dinámico e inteligentemente adaptado funciona a la perfección. El grado de vínculo que se establece con la acción plataformera permite empatizar rápidamente con la historia o personajes involucrados. Nos encanta imaginar cual sería el posible resultado de aplicar estas mecánicas a otros títulos clásicos de renombre.

 

Lamentablemente la otra parte del juego, la que tiene que ver con la plataforma pura y dura, cojea ostensiblemente tanto en diseño como en duración. Es una pena ya que el conjunto acaba percibiéndose más como una experiencia y no como un plataformas atractivo al que quieras volver a jugar.

 

En cualquier caso, un apartado artístico notable, una experiencia innovadora y un precio reducido, acaban conformando un título que resulta bien acabado y recomendable en muchos de sus aspectos.

+ El teatro virtual es una maravilla

+ Música y gráficos preciosos

- La sección de plataformas en general

- Apenas una hora de duración

- Los tiempos de carga

6,5 "Bueno"

The Lost Bear (PlayStation 4)

6.5

Lanzamiento / Septiembre 7, 2017

Sumérgete en el mundo dibujado a mano de El oso perdido, ayuda a Walnut en su viaje a casa a través de tierras misteriosas y corrompidas por el ladrón de juguetes Snatcher. ¡Juega utilizando una ...

Nota de los usuarios

6