FREEDIVER: Triton Down - ANÁLISIS

Fascinante

Para aquellos que tenemos cierta fascinación por la extraordinaria habilidad de sumergirse a pulmón libre que ostentan los competidores de apnea y, en general, por la sensación de ingravidez, de estar en otro mundo que proporciona el mundo marino, la experiencia que nos brinda Freediver probablemente resulte en una verdadera delicia, pese a su corta duración.

Encarnamos a Ren Tanaka, experta en buceo a pulmón libre, que se encuentra inmersa -nunca mejor dicho- en una investigación alrededor de la misteriosa caverna submarina descubierta por su mentor, el excéntrico científico Dr. Lindstrom. Sin embargo y debido a un violento temporal, el Triton -nuestro barco- termina volcado y hundiéndose lentamente mientras Takana deberá encontrar el modo de salir de allí con vida utilizando su extraordinaria habilidad en la apnea.

Tomad aire

Tras realizar una sencilla calibración, que básicamente se consiste en extender los brazos y pulsar los gatillos (de los Touch en nuestro caso), podremos comenzar con un simple tutorial que nos servirá de guía para familiarizarnos con los movimientos, primero en la superficie del agua y a continuación en el buceo a grandes profundidades. De este modo y prácticamente sin darnos cuenta enlazaremos sin más preámbulo con el inicio del juego y su intrigante relato.

Nuestro principal objetivo será encontrar la forma de escapar del Triton, que lentamente se hunde. Sin embargo eso será tan sólo el trasfondo de una historia más elaborada y que iremos descubriendo mediante comunicaciones por radio y escenas en tercera persona, y debo decir que dado el tipo de personaje que encarnamos, alguna de estas secuencias me han recordado a la archiconocida Lara Croft en una de sus aventuras. Lamentablemente toda la narrativa está exclusivamente en inglés y sin subtítulos, lo que sin duda será un impedimento de cara a disfrutar plenamente de la historia para quienes no tengan un nivel suficiente de comprensión auditiva.

Uno de los aspectos más destacables de Freediver es la conseguida sensación de estar buceando a pulmón libre y con la tensión añadida de encontrarnos en el interior de un barco hundiéndose boca abajo. El movimiento de nuestros brazos se traducirá en un buceo natural al que es fácil e intuitivo adaptarse. Sin embargo, los giros, que se realizan moviendo un solo brazo, a mí me han provocado cierta sensación de mareo, aunque también debo aclarar que soy especialmente sensible al movimiento de giro cuando no lo realizo físicamente. En este sentido, disponer de un entorno VR de 360º me ha resultado más cómodo, y también reducir ligeramente el FOV con la opción de confort disponible en el juego, la típica viñeta que oscurece de forma gradual la periferia de nuestra visión.

Avanzar en nuestra aventura supondrá explorar cada recoveco para dar con la tecla que permita desbloquear una puerta u obstáculo en nuestro camino a la superficie. Un elemento fundamental en todo momento será mantener oxígeno en nuestros pulmones, lo que en ocasiones nos provocará una considerable tensión al sentir que estamos a punto de ahogarnos. A lo largo del camino deberemos resolver pequeños puzles para seguir avanzando, acertijos bastante sencillos que probablemente requerirán más de nuestra capacidad para orientarnos bajo presión, -debido principalmente a la limitación del oxígeno- que de nuestra capacidad resolutiva.

El escaso tiempo que nos llevará concluir la aventura es sin duda el punto más negativo de Freediver. Pese a jugarlo de forma pausada, explorando cada rincón del barco y aunque nos atasquemos en algún acertijo, en menos de una hora probablemente ya estaremos viendo los créditos.

Es justo decir que el juego luce un precio muy contenido de poco más de 7€ sin descuento, pero creo que al menos debería proporcionar la duración de una película (de en torno a un par de horas) porque francamente, cuando ves los créditos te sientes como si apenas hubieras completado el prólogo y te quedas con ganas de más..., mucho más.

Apartado técnico

La atmósfera e inmersión conseguida es extraordinaria, y la sensación de estar bajo el agua cobra vida gracias a la forma de desplazarnos moviendo los brazos de forma muy similar a como lo haríamos en la vida real, todo ello en perfecta armonía con un cuidado entorno gráfico y sonoro que roza un notable, especialmente tratándose de un juego indie. Hay que tener en cuenta que se requiere de un espacio suficientemente holgado para extender los brazos libremente sin obstáculos físicos. También es recomendable, como ya hemos comentado antes, el uso de un entorno de 360 grados y jugarlo de pie para sentirnos más en el ajo... perdón, en el agua. 

Confort

En un primer momento seleccioné la visión completa en el menú de opciones, pero tras un rato de juego sentí cierto mareo especialmente debido a los giros suaves al mover un brazo lateralmente. En este sentido, supongo que jugar tras la cena los favorece (los mareos), así que al día siguiente probé con la opción de mayor confort que disminuye el FOV y no sentí más mareos. Además, en este caso y por razones obvias, no resulta especialmente molesto ni fuera de lugar el efecto gafas de buzo.

CONCLUSIÓN

Pues acabamos tal como empezamos, recordando que Freediver es una aventura tan gratificante como corta. Recomendable en cualquier caso -especialmente si te gusta la temática-, pero dejando muy claro que su duración es tan extremadamente corta y su rejugabilidad tan nula que apenas llega a justificar su contenido precio. Con un poco más de duración y un doblaje -aunque solo tuviera subtítulos- creo que le valdría para un notable. Pero al final y con cierta generosidad le he rebajado medio punto por cada cosa, en parte debido a que la temática me encanta.