The Under Presents: ANÁLISIS
26 DIC 2019 13:00
Señoras y señores, tenemos el honor de presentar un experimento que combina realidad virtual y teatro para contar la historia de dos mundos que se cruzan. Disponible para Quest y Rift.
Pasen y vean
Como jugador, explora el misterio de un barco de investigación y usa tus poderes de manipulación del tiempo para salvar a toda la tripulación. Como espectador, asiste a la representación de las actuaciones más surrealistas del universo. Como redactor de este análisis todavía no sé a qué he jugado. Tender Claws, los creadores de Virtual Virtual Reality, han dado un paso más en su búsqueda de algo único.
Originalidad y perplejidad
Antes de empezar a intentar explicar qué es The Under Presents, debo señalar que es un juego para el que se necesita un nivel de inglés medio/alto. Hay docenas de conversaciones que escuchar, muchas de ellas llenas de ironía o dobles sentidos y carece de subtítulos. En una experiencia narrativa que busca constantemente que nos sintamos perplejos, el no terminar de entender qué nos están contando supone una grave barrera.
Porque la sensación de estar perdido, de no saber qué está pasando ni qué tenemos que hacer es constante, aunque mucho más acusada al comienzo. Iniciamos nuestro viaje en un paraje que podría describir como una ciénaga de petróleo y nuestros mandos son dos formas temblorosas. Pulsamos el stick y no nos movemos. Apretamos el gatillo, suena un chasquido. Lo hacemos varias veces y esas formas se trasforman en muñones a los que les van creciendo unos dedos. Ya tenemos manos, pero seguimos sin poder hacer nada excepto chasquear con los dedos y ver cómo eso provoca que aparezcan algunos cangrejos saltarines... y dos aros dorados que atraparemos para usarlos como pulseras.
Ahora sí podremos movernos usando el botón A (teletransporte clásico) o el botón B, que activa algo así como agarrar el espacio lejano y traerlo hacia ti. Este original método de teletransporte es llamativo, pero puede llegar a marear. También tenemos movimiento libre. En el menú podemos elegir reproducir la introducción, alternar entre el modo individual y multijugador, regresar a la escena inicial, bloquear permanentemente a jugadores, alternar entre los diferentes tipos de locomoción y borrar nuestra partida.
Escenas y escenarios
Al fondo hay unas rocas y una especie de altar sobre el que reposa una máscara. Nos la ponemos y viajamos a un paisaje desértico en el que únicamente hay un edificio: el club The Under. Intentamos entrar por la puerta pero no se abre, así que vamos a la parte de atrás para buscar otra forma de acceder al interior... y descubrimos que el edificio es solo fachada, un decorado. Perplejos, regresamos a la parte delantera. Uno de los contenedores de basura se mueve, parece que hay algo o alguien encerrado dentro...
La primera parte de The Under Presents es una experiencia narrativa llena de escenas surrealistas. Algunas son mágicas (botellas luminosas) y otras tediosas (abrir puertas que no llevan a ninguna parte). Funciona como tutorial extraño y es como estar en un espectáculo de variedades que existe en una dimensión especial fuera del tiempo y del espacio, donde eres guiado por el maestro de ceremonias del club.
The Under existe en un bucle con diferentes actos en directo y grabados que van y vienen. Sobre el escenario asistiremos a actuaciones reales del colectivo teatral Piehole que han sido virtualizadas, grabadas o en directo, mediante el propio motor de la aplicación. Yo he visto desde una coreografía de peces fuera del mar a cantautores folk con guitarra.
Lo tuyo es puro teatro
Durante estas "performances" nos podemos limitar a ser meros espectadores o podemos interactuar con otros jugadores. Porque además de encontrarnos con nosotros mismos como ecos de partidas anteriores, este teatro es también una sala multijugador. Veremos avatares de otros espectadores reales con los que no nos podemos comunicar más que con gestos. No hay chat ni de voz ni escrito, yo lo máximo que he podido hacer es saludar, aceptar bebidas y ofrecer cebollas que al parecer guarda mi personaje en su máscara. Sí, tan absurdo como suena y no especialmente divertido.
Esta es la parte más original del título, cuyo mérito técnico es indudable pero cuya valoración artística debe dejarse en manos de cada jugador/espectador. La captura de actores reales y su conversión a gráficos "low poly" es buena, sus movimientos o expresiones se sienten reales dentro de su simplicidad. Otra cosa es que lo que hacen en el escenario nos aburra o nos provoque emociones diversas (humor, reflexión, tristeza, alegría). En mi caso, de todo ha habido, la balanza se inclina hacia el lado positivo, pero siento que de haber podido escuchar esas actuaciones en español las hubiera comprendido mejor. Y es que el hilo conductor de todas ellas gira en torno al tiempo, al destino y al libre albedrío. Son representaciones teatrales breves y alocadas, pero en todas hay un poso de amargura sobre la falta de sentido de nuestra existencia, virtual y real.
El sentido de la vida
Todo esto suena muy profundo, aburrido tal vez, y seguro que por mucho que lo he intentado no he conseguido explicar en qué consiste la primera mitad de The Under Presents. Porque hay más, y la buena noticia es que la segunda mitad es más divertida y fácil de asimilar, una aventura en la que tenemos que salvar a la tripulación de un barco en problemas. Dos mitades que no son consecutivas, se mezclan constantemente y están más relacionadas de lo que parecen.
¿Y cómo pasamos de estar en un teatro a ser un héroe al recate? Explicarlo no sería estropear la trama del juego, pero casi. Creedme si os digo que tenéis que tener paciencia y que cuando ya no sepáis qué hacer en el teatro, seguid el consejo del maestro de ceremonias.
Un barco en una botella
La segunda parte es menos original, y trascurre a borde de un barco de investigación, The Aickman, que ha sufrido algún tipo de accidente. Podemos ver la nave desde una escala de diorama modo dios o hacerlo a escala humana: estar en cubierta o recorrer cada unas de sus salas y camarotes. Allí nos encontraremos con una serie de personajes, observaremos a qué se dedican y, a lo largo de 3 actos, tendremos que descubrir sus secretos, la causa del desastre y tratar de salvar a todos los personajes, delfín incluido. Para ello tendremos el poder de manipular el tiempo. Esta mecánica de juego se parece algo a la de The Invisible Hours, volvemos a ser espectadores de una obra de teatro inmersiva, pero con cierta capacidad para cambiar el destino de los personajes. La máscara que nos colocamos al principio nos permite usar "hechizos" además de retorcer el espacio-tiempo. Hay algunos acertijos e incluso un puzle que podría considerarse una mecánica de juego de plataformas.
Los avances en nuestra aventura se guardan de manera automática. Si dejamos el juego, cuando regresemos volveremos a aparecer en la ciénaga negra inicial, pero al volvernos a colocar la máscara nos reincorporaremos al club y desde ahí podemos regresar al barco.
Se cierra el telón
Los gráficos son estilizados pero bien definidos. Es colorido y agradable. Los efectos de sonido son escasos pero funcionales. En el club suele sonar de fondo música jazz, aunque en las actuaciones sobre el escenario escucharemos otros estilos. La sensación de inmersión es buena pese a la ausencia de movimiento libre, ya que somos como fantasmas aunque podemos recoger objetos, apretar botones y mover palancas. La presencia de otros jugadores hace que este mundo parezca vivo, y aunque la interacción con ellos sea limitada, es posible realizar acciones conjuntas que a veces son necesarias. Si no conseguimos hacernos entender, siempre podemos volver atrás en el tiempo y encontrarnos con alguno de nuestros "yoes" del pasado y abrir una puerta entre todos, por ejemplo. O reconstruir una escalera en ruinas.
CONCLUSIÓN
Estamos ante un experimento que exige enfrentarse a él con la mente abierta, con calma, armados de paciencia y de un buen nivel de inglés. The Under Presents es una propuesta ambiciosa a nivel narrativo. Es todo lo contrario a un juego "casual" y puede espantar a más de un jugador. La sensación de no saber hacia dónde tirar ni qué hacer es al principio demasiado frecuente y nos llega a hacer pensar que todo es una tomadura de pelo o que los creadores del juego han tenido una buena idea pero que no han sabido llevarla a buen puerto.
Sin embargo, el capitán de este barco somos nosotros y en nuestras manos fantasmales está la solución para que no se encalle en el absurdo. La duración del viaje también depende de nosotros. La parte de exploración en el barco nos puede llevar varias horas si queremos cambiar el destino de todos los miembros de la tripulación. Es un juego rico en secretos que descubrir nada evidentes. En la parte teatral hay unas 15 actuaciones diferentes, y se añadirán más (acaban de lanzar una actualización), así que no es un título escaso de contenido. En resumen, un viaje recomendado para valientes amantes de lo extraño, del teatro y de los rompecabezas.
El juego ha sido analizado con Oculus Quest.
albertopina1
Visores
#1 26 DIC 2019 14:14
En inglés, mi interés se evapora en un instante.