Headmaster + Lost Lessons DLC: ANÁLISIS

El juego de puzles deportivo

Es difícil clasificar el título de Frame Interactive, ya que aunque a priori no parezca más que un juego deportivo, la realidad es que su propuesta jugable lo acerca más a un juego de puzles pero con un factor determinante: la habilidad. Una extraña mezcla que le otorga de géneros que se ven claramente potenciados por un sistema de control tremendamente efectivo y que es el núcleo principal sobre el que gira su propuesta.

El duro camino del profesional

Hemos hecho una temporada desastrosa con nuestro equipo de fútbol, motivo suficiente para participar en el programa que ofrece The Football Improvement Center. Solos, junto a un instructor que se comunica mediante megafonía y las diferentes maquinarias que ha preparado él mismo, debemos mejorar nuestra técnica para convertirnos en un digno miembro de nuestro equipo.

Bajo esta premisa se presenta Headmaster, escondiendo un juego mucho más profundo de lo que pudiera aparentar con cantidad de situaciones que nos sorprenderán y desquiciarán, por su exigencia, a partes iguales.

¡Cuidado con los muebles!

Situados de forma general frente a una portería, tenemos como objetivo conseguir la máxima puntuación posible. ¿Cómo? Rematando una serie de balones que se nos lanzan de forma consecutiva para acertar a las diferentes dianas situadas en la zona de juego.

Y es que el juego se controla única y exclusivamente con movimientos de cabeza, un entrenamiento futbolístico muy concreto y que funciona a las mil maravillas. Es sorprendente cómo se reconocen todos nuestros movimientos, en qué parte de la cabeza golpea el balón y la dirección y la fuerza con la que lo hacemos. Sin duda todo un logro digno de estudio y que tiene más mérito todavía viniendo de un estudio pequeño.

Es aquí donde el juego, a medida que completamos misiones, ofrece nuevas y originales situaciones. Hay misiones donde estarán todas las dianas visibles desde el inicio, otras donde se mostrarán a medida que acertemos una secuencia concreta, encontraremos drones que transportan objetos, balones dinamita, otros dorados que ofrecen más puntos...incluso participaremos en pruebas circenses con balones con cuchillos atados, pelotas de playa, ping pong...

Es sorprendente cómo se reconocen todos nuestros movimientos, fuerza y dirección de los golpeos

En la variedad está el gusto, y es precisamente lo que hace grande a Headmaster, ofreciendo nuevos retos y siempre interesantes. Si alguno llegó a probar aquellos Boom Blox de Wii (una de las incursiones de Steven Spielberg en los videojuegos) encontrará aquí algo parecido.

Difícil de dominar

Las misiones ofrecen estrellas al superarlas, hasta tres, en función de los puntos conseguidos, lo que nos permitirá desbloquear otras nuevas y, llegado el momento, poder acceder a diferentes exámenes para progresar en nuestro entrenamiento.

Sin duda, dado el ingenio y habilidad que debemos ofrecer, Headmaster es un título con un nivel de reto muy elevado y suficientes misiones como para tenernos dando cabezazos, ojo con el cuello, durante horas. El problema viene precisamente con su sistema de control, y es que, obviamente, no siempre vamos a rematar con la precisión que se nos exige, por lo que llegado el momento puede llegar a exasperar a más de un jugador. Esto ocurre sobre todo en las nuevas misiones incluidas en el DLC, Lost Lessons, donde la precisión que se nos exige es mucho más elevada que en el juego base.

El nivel de reto y cantidad de misiones nos tendrá dando cabezazos durante horas

Con todo, si nos gustan los desafíos tenemos juego para rato. Sus 40 desafíos iniciales más los 10 añadidos en Lost Lessons conforman un producto que nos ofrecerá horas de diversión.

A jugar en compañía

Más allá de la campaña principal, el PARTY MODE, llegó en una actualización que ahora se ve expandido en contenido con el DLC. Este modo propone, por turnos, participar en pequeños retos con amigos para ver quién consigue la mayor puntuación. Jugar al basket, a los dardos o incluso a los bolos son solo algunas de sus divertidas pruebas. Sin duda, un añadido de lujo que también se puede disfrutar de forma individual.

CONCLUSIÓN

Con el tiempo y la última ola de contenido, esta vez de pago, Headmaster se convierte en uno de los mejores exponentes de la realidad virtual gracias a su único e increíble sistema de control imposible de conseguir con otra tecnología. Lo original de su propuesta, lo desafiante que resulta y la variedad que ofrece son suficientes ingredientes como para, sin hacer mucho ruido, convertirse en una pieza imprescindible para cualquier usuario de esta tecnología.

Puede que no sea el más atrayente y parece una simple demo técnica, pero si se le da una oportunidad encontramos un juego inesperado e inclasificable. Un producto de los que hacen que la realidad virtual tenga sentido.

El juego ha sido analizado en una PS4 Pro incluyendo el DLC Lost Lessons.