Doom 3: VR Edition - ANÁLISIS

30 MAR 2021  9:37

ray_manta

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Doom 3: VR Edition - ANÁLISIS

Doom 3 y la VR se quieren, se buscan, y por fin se han encontrado de forma oficial en este remake para PSVR que llega casi como camión escoba, en la última hornada quizá antes de PSVR 2, pero al que hay que hacerle un hueco en la lista de los mejores títulos aparecidos en esta plataforma, o como mínimo en la de los más divertidos si os gusta la acción y sufrir un poquito de tensión y miedo.

Doom 3, el juego que en 2004 se enfrentó a Half-Life 2 y a su propio pasado

Debo confesar que soy casi un adicto a Doom, me parece que la única versión que no he jugado es la de tablero, gustándome hasta la película de 2005 con Dwayne ‘The Rock’ Johnson, una obra maestra comparada con la de 2019, y de haber analizado yo el juego Doom VFR se habría llevado un sobresaliente. Avisados estáis de mi doom-dependencia, así que este análisis no será tan objetivo como debería.

 

 

Para empezar, un poco de arqueología. El primer Doom 3 se presentó en agosto de 2004 y dejó a público y prensa con la boca abierta, tanto por lo bien que lucía su motor gráfico y el sobresaliente resultado de sus sombras y luces dinámicas, como porque aquello era un juego de terror con disparos, sí, pero muy alejado de los tiroteos frenéticos que habían caracterizado a la saga de id Software entre cuyos padres está John Carmack.

 

Este reinicio de la historia no fue mal recibido, pero su éxito quedó un poco ensombrecido por la aparición ese mismo año de títulos más innovadores como Half-Life 2, el primer Far Cry o tan populares como Halo 2. Por esta y otras razones, la saga se tomó un descanso hasta 2016, regresando a sus orígenes, a la furiosa masacre de demonios con banda sonora llena de riffs de guitarras eléctricas.

 

En 2016 se lanzó una versión remasterizada, Doom 3 BFG, con mejoras en texturas y un polémico cambio en el uso de la linterna (hacía más llevadera la campaña), de la que existe un mod que le da soporte VR en para visores de PC, y en la que parece basarse Archiact en el título que acaba de salir para PlayStation VR, la primera de las sorpresas que nos dio Sony el pasado 3 de marzo. Por el contrario, el mod que Dr_Beef sacó para Quest a principios de este año se basa en el Doom original de 2004.

 

El diseño de las armas se ha cuidado en esta versión.

Historia

En cualquiera de sus encarnaciones, Doom 3 comienza con una larga introducción narrativa muy al estilo de la llegada de Gordon Freeman al complejo de Black Mesa en el primer Half-Life. En este caso somos un marine de la UAC que acaba de llegar a una base de investigación científica en Marte, en el año 2145.

 

Pasaremos por una sala de descontaminación, podremos hablar con varios NPCs que ya nos ponen en aviso de que ahí está pasando algo raro, recogemos nuestra arma y uniforme, obedecemos las instrucciones que nos dan por radio y seguimos a un robot con forma de insecto por las instalaciones mientras aprendemos a usar la PDA, activar puertas y una serie de acciones rutinarias y aburridas. El trabajo de un soldado no parece que vaya a ser muy emocionante en el planeta rojo, hasta que ocurre el "incidente" y científicos, compañeros y trabajadores de la base se convierten en asesinos.

 

Nuestro objetivo es sobrevivir y detener la invasión demoníaca.

 

Además, todo tipo de extrañas criaturas demoniacas aparecen de la nada, y por si fuera poco, pronto descubres que Malcolm Betruger, el jefe de la base, es un loco obsesionado por controlar la fuente de energía que ha provocado el desastre, y va a hacer todo lo posible para que no queden ni testigos ni supervivientes.

 

El argumento no es el más original en la historia de los videojuegos, pero queda claro que el componente narrativo tiene peso en este título. No se trata de disparar contra todo lo que se mueva y sobrevivir, también hay que encontrar registros con información y realizar una serie de tareas, para lo cual será muy útil recoger y leer las PDAs de los trabajadores de esas instalaciones. Entre otras cosas, porque contienen las claves de armarios con munición y suministros, que no son escasos si escogemos el nivel fácil o medio de dificultad, pero los enemigos abundan, y si optamos por modos de juego para expertos será mejor no andar disparando a lo loco.

 

Un vistazo completo al menú de opciones.

Jugabilidad e inmersión

Nuestro marine debe recorrer diferentes instalaciones de la base, recorriendo salas, utilizando ascensores, un monorraíl y hasta otros sistemas de transporte más futuristas que no voy a mencionar. Por radio se nos darán instrucciones de lo que tenemos que hacer, que básicamente es sobrevivir y avanzar. El juego es muy pasillero, con puertas cerradas y otro tipo de mecanismos que tenemos que activar encontrando tarjetas de acceso. En cada rincón, en cada sala, nos puede aparecer uno o varios enemigos, cuya dificultad va en aumento. Y a la par, vamos consiguiendo armas cada vez más potentes, todo tipo de armas de fuego, granadas, la mítica motosierra, etc.

 

Hasta casi el final del juego, los escenarios van a ser cerrados, y muchas veces oscuros. Por eso contamos con una linterna, acoplada al arma en esta ocasión, que debemos usar con cierta moderación. Su batería se autorrecarga cuando se agota, pero le cuesta un tiempo. Nuestro protagonista puede agacharse y saltar (presionando un botón) y el movimiento es libre, no hay opción de teletransporte, pero sí de viñeta y de giro suave o por grados. En general es un juego que no tiene por qué provocar mareos, pero hay algunos momentos (pocos y en niveles avanzados) de saltar de plataforma en plataforma que quizá a algunos de vosotros os resulten molestos.

 

 

No muy incómodas de ver, pero sí poco inmersivas, son las cinemáticas en 2D que aparecen en momentos relevantes de la historia. Y es que, ya iba siendo hora de decirlo, estamos en el caso de PlayStation VR ante un juego que es un "mod" que da soporte de realidad virtual a un juego pensado para monitores planos. No es realmente un remake como Archiact parece dar a entender. Nada que objetar a su trabajo, los creadores de Evasion (que bebía mucho de Doom) o Freediver: Triton Down lo han hecho muy bien, han mejorado el juego base, pero es imposible ocultar que no estamos ante una propuesta desarrollada específicamente para VR como sus anteriores trabajos, aunque hayan tenido detalles como colocar una interfaz con indicadores de salud, armadura o balas en la muñeca de nuestro marine.

 

Si la realidad virtual es que haya colisiones, recargar manualmente un arma o interactuar con los objetos al alcance de nuestras manos flotantes, Doom 3: VR Edition no se merece ni el aprobado. Si lo juzgamos como la oportunidad de jugar a un clásico de manera inmersiva, la nota ya la podemos discutir entre si le damos un notable y un sobresaliente. Fallos comunes en cuanto a características RV le podemos encontrar todos los que queráis, como que la escala no está del todo bien conseguida y los otros personajes parecen pequeños. ¿Pero cuántas veces nos preguntamos por qué no se hacen versiones VR de juegos de monitor? Ya que nos han traído uno, prefiero centrarme en sus aciertos más que en sus defectos, porque además ambos aspectos ya estaban en el juego original.

 

Pasillos, salas, almacenes y laboratorios siempre esconden sorpresas desagradables.

 

Por ejemplo, a pesar de que los interiores de la base marciana maldita son inevitablemente iguales unos a otros, cada pasillo, cada oficina, cada laboratorio tiene algo que hace que se sienta que allí ha pasado algo. Una luz parpadeante, una tubería reventada que suelta vapor, un monitor de PC que nos ofrece información si no está destrozado, una silla derribada, rastros de sangre, revistas abandonadas en un rincón, la última lata de refresco que se bebió un científico...

 

Casi todos los entornos parecen reales, y eso a pesar de que el paso de los años no perdona y los gráficos, aunque algo mejorados, se ven anticuados. No tanto en los escenarios, pero sí en las criaturas y en los personajes humanos, muy poligonales si los vemos de cerca. Sin embargo, las armas que manejamos lucen casi como recién diseñadas, al contrario que los puños, que siguen siendo igual de ridículos que en 2004. Cuando se convierten en manos para pulsar el panel de una puerta o ascensor, tampoco se ven muy bien.

 

Algunos enemigos son impresionantes al final del juego.

 

No le demos más vueltas, ni en lo visual ni en la interacción con objetos el juego destaca, pero sí lo hace en inmersión, gracias sobre todo a la narrativa, la acción y la tensión constante, y a un apartado sonoro brillante, impecable, donde la banda sonora es mínima o inexistente, y eso que el doblaje en español es el mismo que el del juego original, para lo bueno (hay frases míticas) y para lo quizás no tan malo (suena a peli de serie B).

 

Si en 2004 el sonido era bueno, al ser ahora posicional no puedo sino clasificarlo de excepcional, obligatorio usar unos buenos auriculares conectados a nuestro visor PSVR. Pitidos intermitentes de un terminal cercano, el silbido de la fuga de gas de una tubería, escuchar pasos en una pasarela metálica por encima de nosotros y saber que pronto eso que camina por ahí va a estar frente a ti, sustos a base de ruidos imprevistos pero lógicos, un gruñido en un rincón oscuro... más que los propios efectos visuales, el audio completa en nuestro cerebro lo que está sucediendo a nuestro alrededor, y nunca es algo tranquilizador.

 

Tontear con las fuerzas del mal se castiga con la muerte.

 

Hasta con los ojos cerrados Doom 3 sería un juego inmersivo, una aventura llena de tensión donde casi siempre estamos solos ante el peligro, pero nunca nos va a faltar la compañía del miedo. Porque aunque en parte siga siendo un juego de disparos en primera persona con mucho de exploración y no un título de terror, la tensión es constante. Y por muy gráficamente pobres que sean los monstruos, si éstos son una docena de arañas saltándonos a la cara lo vamos a pasar mal.

 

Respecto a cómo se juega en PSVR, hay que señalar que tenemos dos opciones: el mando DualShock de PS4 y Aim Controller, ya que los Move se han quedado guardados en el cajón. Sin duda, el poder jugar con el pistolón de plástico con nariz de payaso aporta a la experiencia una mayor inmersión y disfrute. Con el mando tradicional no va mal, pudiéndose apuntar con su luz azul, pero es que agarrar el Aim Controller y ponerse a aniquilar seres del inframundo marciano y humanos poseídos es una auténtica gozada. Sin soporte para este periférico, ni me hubiera emocionado la llegada de este título a PlayStation VR. Si no lo tenéis, restadle un punto a la nota de este análisis, por lo menos.

 

Tardarás en salir al exterior, pero merece la pena.

Duración y rendimiento

Si no os conocéis cada rincón de la base, el juego os puede llevar más de 10 horas, pero es que además incluye los DLC Resurrection of Evil y The Lost Mission, por lo que nos puede durar hasta 15 horas. Por desgracia, ni en esta ni en ninguna versión VR se ha recuperado el multijugador que traía el original. Pero si os quedáis con ganas de más, podéis volvéroslo a pasar en dificultad Pesadilla, que se desbloquea al completarlo la primera vez.

 

Tengo que avisar que, a mitad de camino, se os puede atragantar un poco esta aventura, porque se vuelve algo monótono el llevar varias horas recorriendo pasillos, explorando salas, buscando la manera de abrir puertas bloqueadas o matar a (casi) todo bicho viviente. Pero resistid, avanzad, que en los últimos niveles cambia el paisaje y aparecen nuevos enemigos.

 

Como os podéis imaginar, un juego de 2004 se mueve con soltura en PSVR, incluso en mi ya vieja PS4 normal, que ni resopla ni se calienta más de lo normal moviendo Doom 3 VR Edition, y los tiempos de carga entre niveles son breves. Si tenéis la Pro o una PlayStation 5, bien por vosotros, pero no creo que vayáis a notar ninguna mejora relevante en este caso.

 

Marte no es rojo por estar oxidado, sino porque es el mismísimo infierno.

Conclusión

Habiendo jugado en enero al mod de Quest 2 y en febrero a Doom Eternal, volver al Marte de 2004 en PSVR me ha vuelto a colocar una sonrisa en la cara, porque aunque todavía me he llevado algunos sustos, he gozado como la primera vez que lo jugué en monitor gracias al uso del Aim Controller.

 

Gráficos, sonido, mecánicas intrínsecas de realidad virtual... todo es importante para sentirte el protagonista de un juego, pero también el uso de periféricos como una "simple" pistola de plástico. Con ella en tus manos, tú te sentirás como yo este pasado fin de semana: un marine, un Doom Slayer, un héroe y un superviviente. Doom 3: VR Edition tiene muchas carencias por ser un título con 17 años a sus espaldas y no estar diseñado para visores, pero no voy a ser yo el que le ponga una mala nota.

 

El juego ha sido analizado con PS4.

+ Audio posicional

+ Luces y sombras dinámicas

+ Campaña larga + 2 DLC

+ Todo en español

+ Soporte de Aim Controller

- Gráficos por los que sí han pasado los años

- Pocas opciones de confort

- Falta de mecánicas propias de RV

8 "Muy bueno"

DOOM 3: VR Edition (PlayStation 4)

8

Lanzamiento / Marzo 29, 2021

Adaptación a realidad virtual del clásico Doom 3 con todas sus expansiones.

Nota de los usuarios

8