Escarabajo industrial

A nadie sorprenderá que los creadores de Thumper, provenientes de Harmonix, se atrevan con un juego donde la música sea parte intrínseca de la propuesta, pero quizá sí al ver que no somos más que una suerte de escarabajo metálico que se desliza a toda pastilla por un camino para derrotar al mal. Visto así, Thumper no es un juego al uso y es algo que, con el paso de los años, ha ganado todavía más valor al ser algo tan único… y de calidad.

Pero lo mejor de todo es que, gracias a PSVR2, se mejora más si cabe esa experiencia tan absorbente y retadora. La definición de imagen es lo primero que nos llama la atención, acompañada de luces de neón, superficies brillantes y multitud de colores destacando sobre el negro absoluto. Sin duda es un producto que entra por los ojos con una excelente elección en su labor artística. Además, la nitidez de los textos en nuestro idioma, una tarea siempre pendiente, raya al mismo nivel.

Lo siguiente ya pasa por acumular velocidad y dejarnos llevar por una jugabilidad fluida y musical, pero tampoco como estamos acostumbrados. El escarabajo avanza automáticamente y a toda velocidad por una guía donde realizamos acciones de forma rítmica. Después de un inicio básico donde "pulsamos" luces de colores, pronto vienen curvas que debemos acompañar con una acción, miles de vaivenes a velocidad de vértigo y otras formas de compaginarse con la melodía.

Melodías que, además de ser de composición propia, entremezclan sonidos de lo más industriales y electrónicos, con un apartado tan particular como el resto de un título que huye de cualquier estereotipo. El chirriar de cada curva al rozarnos sobre ella o la destrucción de obstáculos forman parte de una banda sonora contundente y muy machacona. Tanto como el resto de inputs visuales que nos atacan sin cesar.

¡WOW! Es lo primero que se nos pasará por la cabeza al probarlo.

Carretera sin fin

Thumper se divide en ocho mundos que nos traerán de cabeza durante unas 6-8 horas si somos habilidosos, porque otra cosa no, pero el título de Drool es complicado y desafiante. Por suerte, cada uno se compone de pequeños niveles en los cuales podemos morir las veces que sea necesario, sin pausa, hasta superarlas. Eso sí, en cada uno obtendremos una puntuación por el trabajo bien hecho que participarán en el rango final obtenido en la fase.

Cada mundo incorpora nuevas formas de usar el escarabajo, lo que complica superarlos y también hace que nuestro reflejos deban ser cada vez mejores. Pero lo bueno es cuando con cada acierto de ritmo o impacto nuestro visor vibra. Y lo hace de un modo tan intenso y satisfactorio como para que de forma inevitable saquemos una sonrisa mientras jugamos. Sin duda, este añadido sumado al resto de factores comentados le confieren una nueva aura a un producto ya de por sí notable.

El visor vibra de un modo tan intenso y satisfactorio como para que de forma inevitable saquemos una sonrisa mientras jugamos

Los controles son muy sencillos basándose todas las acciones en la pulsación de un único botón versátil para saltar y protegerse el cual se acompaña de las dirección del stick para planear o tomar cada curva. Sea con Dualsense o los controladores específicos del visor, Thumper es accesible desde el primer instante. Lo complicado vendrá cuando necesitemos los mejores reflejos del mundo para saber cuándo realizar cada acción.

Esta nueva versión para PSVR2, con actualización de pago para los poseedores del juego en PSVR, también incluye una partida +. En ella tocará superar cada mundo de una tacada, algo asequible sólo para auténticos maestros. Además, el juego también puede jugarse en plano si lo preferimos, pero creednos si decimos que Thumper explota en realidad virtual.

Abrir las alas en los anillos permite recuperar parte de la armadura perdida.

Conclusión

Thumper llega a PSVR2 con su versión definitiva. Una calidad de imagen nítida, de altos contrastes, que potencia la sensación de velocidad y se refuerza con un uso de la vibración en el visor espectacular. Podemos echarle encara no incluir más añadidos a su excelente base y quizá un modo más accesible para ser disfrutado por más gente, pero no lo necesita. Hay títulos que con el tiempo adquieren un estado de culto gracias a su única propuesta, y aquel título que hace años nos enamoró vuelve a hacerlo con más intensidad que nunca.

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.020.000.