Not For Broadcast: ANÁLISIS

¿Simulador de Propaganda?

A continuación tenemos el análisis completo enfocado en la versión de Quest, y luego, tras la Conclusión, tenemos un anexo para la versión de PlayStation VR2.

He leído bastante sobre que Not For Broadcast es una mezcla de Papers, please y FMV tipo Her Story o Night Trap. Pero aunque tiene destellos de alguno de ellos, NotGames y Babaroga diseñan uno de esos juegos de premisa loca que saben destacar por sí mismos.

Con esa locura en mente, nada más ponernos las gafas nos sumergimos en una línea de tiempo alternativa y distópica basada en la década de los 80, aunque mucho más cafre y extrema y con mucho humor e ironía política detrás.

Los políticos y los medios están totalmente desatados y no se cortan la lengua al hablar de los ciudadanos, de sus votantes o de los propios telespectadores. Con medidas y soluciones surrealistas que nos sacarán más de una sonrisa.

El país te necesita... o no

Tras una excusa argumental como cualquier otra, ocupamos el papel de un realizador dentro de un noticiero muy pasado de vueltas. Nuestro objetivo será editar los planos finales del programa manteniendo el interés de los telespectadores.

Para ello tendremos que tener en cuenta a los personajes que hablan, las situaciones más interesantes e incluso decidir entre diferentes formas de mostrar la misma información. Será nuestra decisión escoger entre los planos más comprometedores o los más amigables. Haciéndonos más responsables o menos de la manipulación.

Not For Broadcast siempre intentará hacerte reflexionar sobre política, los medios y su capacidad de controlar la opinión pública, aunque también en una forma resultante algo burda, con situaciones muy claras sin muchos claroscuros o grises.

La importancia de la audiencia

Con todo, según nuestras elecciones podremos perder espectadores, y por si no fuera suficiente, deberemos ocuparnos de tareas extra al tiempo que editamos. Minijuegos de interferencias, censurar palabras malsonantes, escoger entre locos cortes publicitarios y sufrir imprevistos son algunos de los ejemplos que nos complicarán el desempeño de nuestro trabajo.

Por suerte siempre podremos alternar entre diferentes niveles de dificultad, comprobar nuestras ediciones finales, repetir secciones para aumentar las puntuaciones o reproducir los videos publicitarios por separado, algo que recomiendo para no perder detalles de la historia que se pueden pasar por alto con el estrés del directo.

Una historia que, por su parte, nos puede rondar las 8 horas, pero no temas, en cuanto a contenido NotGames y Babaroga saben guardarse alguna sorpresa como programas extra, coleccionables para decorar el panel de control o ayudas para el desempeño de nuestro trabajo.

¡No cambies de canal!

Además, entre emisiones, nos encontraremos secciones de texto donde experimentamos en nuestra carne aquellos temas que estamos ayudando a difundir o manipular. Tus propias decisiones como realizador te obligan a tomar decisiones en tu vida personal y afectan a tu entorno.

Estas secciones muestran los momentos más oscuros del juego en contrapunto al humor base general, y añaden rejugabilidad extra si te interesa descubrir todas las cadenas de sucesos, aunque lamentablemente, se hacen muy largas.

La idea es buena y la historia que cuentan también, pero una pantalla con texto durante más de diez minutos no es la mejor idea para una experiencia VR. Más si tenemos en cuenta que no están demasiado endulzadas estética o mecánicamente.

Bonita emisión

Por otro lado, gráficamente mantiene el tipo. Buenos modelados de objetos, definición, iluminación y efectos gráficos. Aunque claro, todo se basa en entornos muy cerrados donde la cámara es "fija".

Dicho esto, es cierto que NotGames y Babaroga, ya que juegan con situaciones tan controladas, podrían haber intentado ir un poco más lejos dentro de las posibilidades de Quest y haberse acercado algo más a la versión de original de PC.

Frente a la versión plana, esta versión para visores sí ofrece una mayor inmersión y sensación de interactividad. Todos los controles del estudio funcionan como se esperaría en la vida real, y es un gustazo usar los VHS o controlar los mini-juegos de interferencias, por ejemplo.

Corta, edita y censura

Centrándonos ahora en los FMV, los videos a editar están grabados con actores reales con un aroma retro casposo que parece sacado del boom de los juegos ochenteros de FMV. Actores sobreactuando y entornos de serie B que crean una simbiosis perfecta con los demás elementos estéticos.

El soundtrack o efectos sonoros por su parte están muy bien seleccionados para cada momento o situación. La BSO sabe adaptarse a momentos más humorísticos o dramáticos a la perfección, y es una guinda perfecta al conjunto global.

Los efectos gráficos también juegan con situaciones muy controladas, pero no podemos negar que, aun sin explotar nuestras Quest, resultan efectivos y no te sacan de la acción en ningún momento. En general, los acabados gráfico y sonoro mantienen un buen nivel dentro de una ambientación bastante atractiva.

VR en lo importante...

Otro elemento muy positivo es la localización, sobre todo con la importancia que tienen las voces y el idioma dentro de Not For Broadcast. El juego dispone de muchos idiomas, entre los que está incluido el español (con subtítulos).

Los subtítulos están a una buena definición y son muy fáciles de leer, aunque el juego los mantiene fijos en zonas donde cree conveniente y no creo que haya sido la mejor de las decisiones para Not For Broadcast. Con un plano fijo más tradicional funcionaría, pero en VR, donde miras a los lados o te centras en un objeto para interactuar con él, se pierden muchas veces de vista. Por ello, si tienes problemas de audición o si no es tu idioma, se te puede complicar de más las mecánicas del juego.

Soy consciente de que el tema de los subtítulos es muy complicado de diseñar dentro de la VR, pero una vez más un juego VR en lo meramente jugable se presenta muy cuidado, al mismo tiempo que cojea en temas importantes de adaptación al medio.

Las citadas fases de texto, los subtítulos o incluso los menús, que no dejan de ser pantallas tradicionales en el aire, son elementos que podrían haber recibido algo más de mimo. Más si somos conscientes de lo cerradas que son las situaciones que plantea el juego.

Conclusión

Not for broadcast es una experiencia bastante novedosa y original, con unos planteamientos muy locos que intentan hacerte pensar sobre política y los medios de comunicación. Jugablemente bien resuelto y con una buena realización VR, te enganchará más o menos según entres en su tipo de humor y sus secciones de textos te resultarán más tediosas. Pero sus extras y rejugabilidad sabrán compensarte una vez entres dentro de su propuesta.

El juego ha sido analizado con Quest 2.

Versión PlayStation VR2 (Dark)

Desde luego que la realidad virtual da para un sinfín de propuestas diferentes. Quizá a nivel de mecánicas no resulta demasiado novedoso, pero Not For Broadcast, al contrario de lo que indica su nombre, está listo para continuar su emisión en PSVR2. No hay cambios respecto a la versión que vimos hace unos meses en Quest 2 y es una lástima sabiendo el margen de mejora que hay en ciertos aspectos aunque de entrada, si te motiva la idea y llevas bien los idiomas, tenemos sobre la mesa una idea, cuanto menos, diferente.

Esto lo decimos porque su gran enemigo son unos subtítulos, a no ser que el inglés sea tu fuerte, muy complicados de seguir. Están en nuestro idioma sí, pero la posición de los mismos, fija sobre el panel de control, además de los individuales de cada pantalla hacen que estar atentos a ellos más todos los botones a pulsar puede sobrepasar a más de uno. Porque además su desarrollo de juego gira precisamente en base a las charlas de los presentadores, entrevistados y las indicaciones del tipo que nos guía en todo este embrollo. Esto hace que jugablemente tampoco sea el más ágil de mundo y acaba perjudicando su rejugabilidad.

Los subtítulos están anclados a los diferentes elementos del escenario.

Por otro lado, con el modo de control por defecto requiere bastante espacio y movilidad (algo de más de 180º) siendo algo incómodo de primeras. Pero si queremos algo más "estático" tenemos la opción de interactuar a distancia, mediante puntero, con todos los objetos a cambio de restar esa sensación de tangibilidad. Por ejemplo con este sistema no nos convence como se controla el monitor de frecuencias, algo poco natural que puede llevar al error. Al final tenemos un producto que sabe aprovecharse de la tecnología para ofrecer una mecánica distinta pero... ¿y si pudiéramos seleccionar, en lugar de mediante puntero, todo con la mirada?

Lamentablemente Not For Broadcast no saca partido del visor de Sony en ningún aspecto (hápticos, visor...) aunque se beneficia de una resolución estupenda mostrando todos los elementos muy definidos, incluso los textos que tantos problemas suelen ofrecer. Quizá en este aspecto sí echamos en falta una mejor compresión de los videos que se muestran en los monitores, notándose artefactos en muchos casos que por suerte se camuflan, en parte, por el estilo de grabación que recuerdan a las emisiones de hace unas décadas.

Cada nivel se divide en secuencias que podemos afrontar más tarde con diferentes reglas.

Tenemos algo diferente en cuanto a planteamiento pero también muy especial y delicado para ciertos usuarios. Quiere que rejuguemos las emisiones para mejorar puntuaciones pero su lento ritmo de juego, los subtítulos y la duración de cada nivel no motivan a ello. Pero si entras en su onda aquí hay niveles de dificultad y retos, incluso personalizables, para rato. Todo con un sentido del humor muy particular para completar una interesante adición al catálogo y también, por qué no, a esta nuestra industria que desde algunas propuestas ya antiguas en compatibles no veíamos.

Impresiones tomadas en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.010.000

Vídeo análisis: