Retropolis 2: ANÁLISIS

Cine negro con mecánicas point & click en VR

A continuación tenemos el análisis completo enfocado en la versión de Quest (publicado el 13 de febrero de 2024), y luego, tras la Conclusión, tenemos un anexo para la versión de PlayStation VR2.

Esta continuación directa de The Secret of Retropolis, que deberíais jugar antes para disfrutar de su segunda parte, aunque se haga un resumen al principio, nos ha vuelto a enamorar. Y lo mismo os ocurrirá a vosotros si os gustan las aventuras point & click, el cine negro, las películas de animación interactivas, el estilo artístico de dibujo que se consigue con Quill by Smoothstep y los chistes malos (y buenos).

Mecánicas y desarrollo

En cuanto a su jugabilidad, estamos ante un título absolutamente continuista, sin novedades revolucionarias. Una gramola jukebox sigue ejerciendo las funciones de menú principal, una maleta robótica nos acompañará a todas partes haciendo de inventario, y todas las escenas se resolverán señalando con un puntero láser a los objetos que tienen alguna utilidad o forman parte de la narrativa, o escogiendo frases en el caso de tener que dialogar con otros personajes.

Trasladar el género point & click, aparentemente tan poco compatible con la realidad virtual, es algo que el estudio Peanut Button supo resolver, y ni se siente ni parece tan arcaico como en Colossal Cave. A la mecánica de apuntar un objeto 3D y hacer click para activarlo o que se nos describa su función, se le añade, en algunos casos (engranajes, llaves), la posibilidad de girarlos u otras interacciones, básicas, pero efectivas. El puntero se maneja con la mano derecha o izquierda, indistintamente.

La exploración, conversaciones y resolución de rompecabezas se hacen en escenarios cerrados, a veces comunicados unos con otros, y sin movernos de una posición fija. No hay locomoción, ni se la echa de menos. Los entornos son sencillos (más variados que en su primera parte) y no están abarrotados de detalles, tienen los justos para crear la atmósfera necesaria.

No vamos a tener que buscar pequeños objetos casi totalmente ocultos, dejándonos las pestañas, como pasaba en algunas aventuras 2D clásicas. En Retropolis 2, aunque hay elementos de adorno o para despistar, es fácil tener claro qué cosas son necesarias para avanzar y qué hay qué hacer, aunque no siempre las soluciones son evidentes. Hay puzles fáciles y otros no tanto, todos satisfactorios y con un punto de lógica. 

Estilo visual y sonoro

El escoger una herramienta como Quill es un arma de doble filo. Proporciona agradables colores planos, formas potentes y una animación básica, sin complicaciones, pero con encanto. Sin embargo, ese acabado visual es lo que echará para atrás al gran público, ávido de gráficos retro-futuristas o ciberpunk para una historia de robots y androides.

El no utilizar motores tipo Unity o Unreal le restará atractivo para muchos. La ausencia de desplazamiento, colisiones o interacciones complejas será otro motivo para etiquetarlo como "chorrijuego". Y no soy quién para quitarles la razón a los adoradores de los presupuestos y gráficos triple A. Sin embargo, Retrópolis 2 me ha hecho disfrutar de ponerme las Quest como hacía semanas que no conseguía. A veces, menos es más, sobre todo cuando lo que nos ofrecen funciona en toda su aparente modestia.

Ahí están los vídeos e imágenes. Si esa estética no es de vuestro agrado, nada de lo que escriba os convencerá. Si, por el contrario, sois asiduos a Meta Quest TV porque os gustan propuestas como Tales from Soda Island o jugasteis a Unbinary, esta aventura detectivesca os debería parecer una auténtica joya, como la que da vida y energía a la mujer autómata de nuestros sueños eléctricos.

Esto último lo saco a colación porque, además de guiños en el guion a clásicos del cine negro, también encontraremos varias referencias a Blade Runner, incluso en su fantástica banda sonora. Y así, detalle a detalle, sumando pinceladas de todo lo que personalmente me gusta mucho, este juego me ha conquistado, forma y fondo, por el cómo y por lo que nos cuenta.

Historia y duración

La parte narrativa supera a la de su primera parte, superando el tópico del triángulo detective alcohólico, mujer fatal y poderoso político corrupto. El protagonista ha madurado, la actriz pasa a segundo plano, el villano es más misterioso y, sobre todo, el guion da paso a la aparición de un montón de personajes secundarios geniales, con especial mención para las secretarias Betty1, Betty 2 ... y Bot Fregona.

No voy a destripar nada del argumento, porque sin ser original sí que tiene una par de sorpresas. Es una historia clásica, dividida en 4 capítulos, con personajes malos, corruptos, cínicos o cansados de la vida, y otros honrados, diligentes o bonachones, pero con sus pecados, vicios y secretos. Por muy breve que sea su aparición, cada robot que aparece tiene una personalidad diferenciada. 

En cuanto al tono, hay un perfecto equilibrio entre humor, tragedia, romance y misterio detectivesco. No estamos ante una gran novela al estilo Raymond Chandler, pero en este juego de seguir las pistas y resolver rompecabezas, hay momentos para las risas, la emoción (con lagrimita si sois sensibles) y la sorpresa. No perderse la escena post-créditos para echarse una última y algo cruel carcajada.

Al ser un juego de resolver rompecabezas, su duración dependerá de si sois mejores o peores investigadores, de si vais al grano en las conversaciones con los personajes secundarios y de qué decisión toméis al final. Es mucho más largo que el anterior, y más variado. Me ha llevado unas 4 horas, acudiendo a la guía en algunas ocasiones, para salir de apuros.

Y de regalo, un juego en realidad mixta

Como extra, independiente del juego principal, podéis descargar gratis una experiencia en realidad mixta con varios puzles virtuales 3D que se mezclan con nuestro entorno real. Retropolis dot.Line se encuentra disponible solo para visores Quest y se descarga desde App Lab.

Conclusión

Estamos ante algo más que una película animada interactiva, un verdadero juego de rompecabezas basado en la mecánica point & click de los que nos reconcilian con el género. Si el primero fue una agradable y cortita experiencia, esta supone una graduación con honores. Lo peor que se puede decir de esta aventura detectivesca es que, aunque el misterio se resuelva y hasta con sorpresa, la historia queda abierta a una tercera parte. Bueno, pensándolo bien, eso no es un defecto, porque garantiza que tendremos un Retropolis 3, y eso hay que celebrarlo.

El juego ha sido analizado en Quest 2.

Versión PlayStation VR2 (Dark) 

Probablemente lo peor que podamos decir de Retrópolis 2: Never Say Goodbye en PSVR2 es no incluir, o poder jugar, a la primera entrega en el sistema. Porque todo lo que los chicos de Peanut Button Studio han hecho para adaptar las clásicas aventuras Point & Click a la realidad virtual es fantástico. Quizá en parte gracias a un trabajo artístico muy particular que capta nuestra atención sin remedio. Cierto es que no aprovecha ni por asomo la potencia del visor pero tampoco lo necesita.

Además esos colores planos lucen mejor que nunca por las pantallas OLED generando unos negros y contrastes muy interesantes que potencian más si cabe el tono cartoon de esta ciudad post-apocalíptica habitada por robots. Las animaciones stop motion, con una fluidez de fotogramas limitada, son la guinda perfecta (y que de vez en cuando se deja ver en algún juego) para acentuar ese tono visual y alejarse de convencionalismos gráficos obviando la carrera gráfica en pos de la creatividad.

Incluso los puzles mantienen la esencia artística del juego.

Pero como imagináis Retrópolis 2: Never Say Goodbye poco partido puede sacar de los gatillos adaptativos. Los utiliza para ofrecer resistencia al seleccionar objetos pero poco más. Y es una lástima. Sería de recibo que girar manivelas se sintiera a los mandos o bien que en ciertos momentos el visor en sí vibrase para realzar hechos o acciones concretas como esa lluvia nocturna en la azotea co la ciudad entera a nuestros pies. Pero no ha sido así del mismo modo que tampoco se utilizan las hápticas aunque en este caso sería meramente anecdótico que estuvieran presentes.

Lo peor que podemos decir de Retrópolis 2: Never Say Goodbye en PSVR2 es no incluir, o poder jugar, a la primera entrega en el sistema

Algunos rompecabezas siguen siendo poco intuitivos y en PSVR2 se conserva la opción de consultar una guía vía web, muy cómoda si no queremos rebanarnos los sesos en busca de la solución. Pausando el juego basta con acceder a la opción correspondiente para automáticamente abrirse el navegador de la consola y tener acceso, capítulo por capítulo, a la solución de cada puzle. Todo viene en inglés, sin mucho acompañamiento visual, pero aún así, si no te desenvuelves bien con el idioma, es fácil orientarse al estar segmentado por estancias de forma cronológica.

Cada imagen parece una ilustración perfectamente estudiada en composición.

Por pedir a esta adaptación nos gustaría disponer de giro suave o configurar los subtítulos. Cada personaje tiene asociado un color de texto y muchos de ellos no es que destaquen por su legibilidad. Al menos contamos con traducción a nuestro idioma acompañado de voces en inglés. Por lo demás nos encontramos ante una conversión correcta, sin alardes, que como colofón recibe una edición física de la mano de Meridiem y Perp Games ideal para completar nuestra estantería con uno esos juegos que ensalzan y dan caché a la tecnología.

Impresiones tomadas en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.000.001