Vestiges: Fallen Tribes - PRIMERAS IMPRESIONES

Un híbrido que se juega mejor en VR

El equipo que nos trajo Ragnaröck, Propagation VR y Propagation: Paradise Hotel, los franceses de WanadevStudio, acaba de lanzar en Steam en acceso anticipado un desafío de cartas estratégico por turnos que puede jugarse con y sin visor de realidad virtual, en solitario o con amigos, o mejor dicho, contra tribus rivales.

Vestiges: Fallen Tribes ha mejorado mucho desde que probamos su demo en un Steam Fest, aunque se nota que todavía no está en su versión definitiva. En nuestro caso, empezamos probándolo en formato plano y visualmente lo vimos un poco pobre. Sin embargo, al pasarnos al modo VR, la experiencia mejoró notablemente, pareciéndonos que estamos ante un juego inmersivo al que se la ha dado soporte 2D, y no al contrario.

Jugabilidad

En vista modo dios, aparecemos en una sala frente a nuestro rival, y vemos como se despliega el tablero de juego en medio. El entorno simula una taberna con vistas a un exterior árido, algo falto de definición, aunque poco importa, porque no hemos venido a mirar por el ventanal.

El juego consiste en escoger las cartas de un mazo y desplegar las tropas en el área de juego, un tanto desértica, poco rica en detalles, aunque eso depende del nivel que juguemos, hay escenarios más industriales.

Dependiendo de la tribu escogida, tendremos una gran estructura que no se puede mover (una ballesta gigante, una torre que genera tornados), y una serie de unidades en cada carta con vida propia. Una vez colocadas sobre el escenario en los lugares y posiciones que consideremos más ventajosos, e iniciada la ronda, atacarán al ejército enemigo por sí solas.

Hay muchos tipos de combatientes: soldados rasos, caballería, unidades tipo tanque con un escudo que protege a las demás, médicos que curan a las que estén en su área de influencia, etc. Escoger las cartas adecuadas, acertar con la posición en la que colocamos las tropas y mejorar los mazos son las claves para la victoria.

Las partidas son rápidas, y como mientras se desarrolla la batalla no podemos hacer otra cosa que mirar, es el momento de aprovecharse de las ventajas de la VR, moviendo el tablero y haciendo zoom para ver a nuestros soldados de juguete de cerca y apreciar sus detalles. Hacerlo de manera inmersiva es infinitamente mejor que en plano, es meter la cabeza en ese mundo, estar en él como un Dios, no solo verlo.

Al haber jugado antes de su lanzamiento, no podemos hablar de la modalidad PvP/JcC, en la que se puede buscar partida o crear una sala privada para invitar a amigos. El modo en solitario se compone de 9 misiones, de diferente dificultad. Están todas disponibles desde el primer momento, no hay que vencer unas para desbloquear las siguientes.

La IA nos ha ganado en más de una ocasión, incluso en niveles fáciles, porque la victoria no depende de nuestra rapidez o reflejos como en un juego de disparos, sino en la estrategia pura y dura, es saber escoger qué cartas del mazo lanzar y en qué momento, algo que se aprende por intuición o por el método de prueba y error.

Gráficos y sonido

Visualmente en esta fase de acceso anticipado nos ha parecido que a esta propuesta le falta espectacularidad, porque artísticamente ese mundo tribal y de clanes, un poco como Dune, no está mal diseñado, pero nos ha dejado algo tibios. Veremos cómo evoluciona, de momento gráficamente Vestiges: Fallen Tribes se queda por detrás de títulos de estrategia VR en tablero de género similar, que no igual, como Demeo, Dragon Front Rising, Skyworld.

Los diferentes sonidos de las batallas son adecuados, y no podía faltar música con cierta épica para acentuar los enfrentamientos, a la que podríamos achacar ser un poco genérica, igual valdría para este mundo desértico como para uno medieval.

Aspectos técnicos

No me he encontrado errores pese a haber jugado a una versión previa a su lanzamiento en early access, aunque sí he notado que las tropas, al moverse por el tablero, tenían a veces movimientos bruscos o irregulares, no sé si por problemas de optimización/rendimiento o porque falta pulir este aspecto.

Como punto positivo, todo está en nuestro idioma, en español, además de en otras 10 lenguas, así que nadie va a tener problemas en seguir las instrucciones sobre cómo se juega o en seleccionar las opciones del menú que más nos gusten.

En resumen

Estamos ante un título del género de estrategia usando mazos de cartas que no inventa nada, muy accesible, moderadamente divertido en solitario, pero que sin duda puede engancharnos con su modo multijugador. El ser híbrido, plano y VR, seguramente haga que siempre encontremos alguien contra el que pelear. Su precio de 14,99 € (13,49 € hasta el 10 de octubre) facilita el que no cueste mucho darle una oportunidad.

Hemos jugado a su modo VR (OpenXR) con el visor Meta Quest 3 via Air Link.