Mare: ANÁLISIS PSVR2

Guía alado

Como buen estudio japonés, Lonekite sabe muy bien cómo transmitir sensaciones sin necesidad de mediar palabra gracias a la importancia del silencio y los inputs visuales. Mare es un claro ejemplo de esto. Tomando el papel de un ave metálica que vuela de veleta en veleta, nos cruzamos con una niña perdida en un desolado valle de antiguas edificaciones, escaleras de piedra y senderos montañosos  rodeados por estructuras de hierro que soportan el paso de los años.

Mare es una aventura de puzles preciosa. Evoca soledad pero también esperanza y amistad. Y sencillez. Esa sencillez en el control donde tan solo decidimos hacia qué veleta volar para que la niña camine hasta nosotros se traslada también a la unión entre ambos. Una conexión tan simple como el toparse con vida en ese mundo inundado por la niebla y carente de otros humanos o criaturas mecánicas en busca de algo, de una salida quizá o simplemente de esperanza.

Al igual que las obras en las que se inspira, Mare no es para todos pero sí puede disfrutarse por cualquiera que se ponga a sus mandos. No hay indicaciones de ningún tipo y solo importa esa motivación por avanzar. La niña camina por el valle siguiendo nuestros vuelos pero al no ser un camino tan libre esta deberá ingeniárselas para alcanzarnos. Es ahí donde nosotros jugamos con nuestra posición para que la pequeña se dirija a uno u otro lado de forma automática.

Contamos con un rayo eléctrico para activar puntos, girar mecanismos y otros varios elementos que harán que nuestra fiel seguidora avance. Del mismo modo que su camino está bloqueado el miedo también hará lo propio con su valor. Abrirá puertas para que podamos cruzarlas siempre junto a nosotros y comenzará a estrecharse ese vínculo único de dos seres abandonados a su destino que tan sólo buscan alguien a su lado. Alguien en quién depositar su esperanza de obtener algo mejor.

Las estancias oscuras lucen estupendas con las pantallas OLED.

Ojo de halcón

Mare hace uso de los gatillos adaptativos para notar la corriente eléctrica en nuestras manos mientras apuntamos a los elementos interactivos. Estos se suelen identificar por un punto rojo o bien, como las veletas, destacarse con una iluminación particular. La cámara se posiciona siempre tras el ave protagonista y al no requerir nada más que dirigir nuestra mirada en busca de la solución al puzle (también mediante stick) Lonekite ha decidido probar suerte con el seguimiento ocular. 

Así, uno de los modos de control se basa únicamente en nuestra mirada manteniéndola sobre los eventos interactivos para hacer lo mismo que hacíamos con el mando. Funciona sin problemas pero también es cierto que se simplifican mecánicas (como en aquellos elementos giratorios) y se torna algo más lenta la jugabilidad. Un desarrollo ya de por sí pausado que nuestra mirada lo hace más todavía y no ganamos en inmersión. Simplemente una bonita curiosidad.

Mare ofrece una conexión tan simple como el toparse con vida en este mundo inundado por la niebla y carente de otros humanos o criaturas mecánicas en busca de algo, de una salida quizá o simplemente de esperanza.

Pero para lo que sí utilizamos la vista es para contemplar el estupendo trabajo visual que desprende. Mare juega con el low poly y lo camufla con una iluminación fantástica, niebla que nos transporta hasta su valle y un HDR digno de mención por los contrastes lumínicos entre los espacios abiertos y zonas oscuras. La distancia de dibujado no ofrece problema y sólo a veces esas triangulaciones poligonales nos "sacan" del juego por el contraste de su fantástica decoración ambiental.

Su desarrollo gira en torno a las tres o cuatro horas, se divide por capítulos y cada uno esconde un par de coleccionables  para demostrar que sabemos guiar a la niña hasta sus escondites. Cierto es que la aventura tiene un valle en su ecuador, más guiado que sus extremos, pero sabe jugar sus cartas para convencernos de que este viaje de amistad y confianza merece la pena... y lo seguirá haciendo sea cuando sea que lo juguemos. Y en cuanto al idioma, Mare tiene texto en español.

Un buen ejemplo del uso del foveated rendering para obtener una nitidez como debe ser.

Conclusión

Mare es una aventura muy personal. Un título único no apto para todos los paladares pero que si conectas con él, sentirás esa unión, como la del ave y niña protagonistas, que te hará sobrevolar sus tierras para llegar al final y obtener la satisfacción de haber podido disfrutar de este viaje tan especial. Solo cuando la niña se atasca en el escenario o nos topamos con los enemigos puntuales a los que no se les saca jugo hacen que este viaje no sea tan místico como sus evocadores paisajes pretenden.

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.002.000