Underdogs: ANÁLISIS PSVR2
24 MAR 2025 16:00

Los gigantes mechas de hojalata de One Hamsa dan el salto a PSVR2 con un sinfín de nuevo contenido desde su lanzamiento en otros visores. Es hora de demostrar quién es el más fuerte.
Gorila mecánico
Fue hace justo un año cuando os hablamos en profundidad de Underdogs tras unas horas de juego de lo más satisfactorias. Un título que venía dispuesto a romper los esquemas de los roguelike en realidad virtual con una experiencia inmersiva y salvaje. Desde entonces sus desarrolladores no han hecho más que darle cariño para camuflar sus puntos negativos y de paso abrir nuevas posibilidades de juego que esta versión para PSVR2 tiene el gusto de disfrutar desde el inicio a falta de otras promesas futuras, como el deseado modo multijugador en línea.
Por un lado lo ya conocido también ha recibido ajustes jugables, nuevas piezas de equipo e incluso tipos de enemigos. Para los despistados, Underdogs nos presenta violentos combates en una arena cerrada donde debemos despedazar a las oleadas de enemigos que aparecen por las puertas que la rodean. Nosotros, manejando a todo un señor mecha con un movimiento gorilesco, aporrearemos, lanzaremos y machacaremos las ordas de perros, insectos y otros gorilas robots además de, al final, enfrentarnos a otros luchadores como nosotros, con sus propios mechas, que no hacen otra cosa que defender su trono.
El control es puramente gestual. El desplazamiento se realiza con el impulso de nuestros brazos, cual gorila apoyándolos sobre el suelo, y los golpes o agarres de la forma más natural que podáis imaginar. Hacerse con los controles es muy sencillo y a su vez algo limitado lo que acaba lastrando los combates a medio plazo. Es entonces cuando entran en juego todo ese surtido de elementos que dan salseo a su experiencia como nuevos tipos de puños (piezas, cuchillos, sierras...) que alteran nuestra forma de combatir y que se apoyan en las múltiples trampas que llenan las arenas aleatoriamente (apisonadoras, pinchos, barriles explosivos...)
¿Funciona? Desde luego que sí. Underdogs tiene un sistema de combate muy divertido, rápido y sobre todo efectivo. Mucho mejor resuelto que otros juegos de combate cuerpo a cuerpo, pero también, como decíamos, condicionado por su propia estructura de juego. Es algo que pesará a más de uno, cansados tras tantos títulos de oleadas, de ofrecer lo mismo sobre la arena. Enemigos y enemigos, unos tras otros, a veces con demasiada abundancia de ellos, acusando también su escasa variedad. Morimos y a comenzar de nuevo en los mismos escenarios cerrados circulares (el tercero intenta ser diferente y se agradece) haciendo que la excelencia de su combate quede penalizada por la repetición.
No es ningún portento técnico, pero en movimiento luce muy bien.
Ahora con mucho más
Si Underdogs convence no es por un sistema de combate ejemplar, que también, sino por un núcleo de juego que sabe salir del clásico y estereotipado roguelike. La previa al siguiente duelo se compone de una serie de decisiones donde debemos elegir a qué dedicar el tiempo. Reparar el mecha, ir a la tienda o buscar problemas (literalmente se traduce tal que así) donde conocemos NPCs con los que interactuamos para conseguir mejoras, armas u objetos de recuperación. Incluso podemos acabar enemistados con ellos por ciertas decisiones donde en ocasiones interfiere el azar y en otras nuestra avaricia. Un meta juego que es mucho más que una excusa narrativa al que debemos estar atentos para fortalecernos lo mejor posible.
Pero gracias al apoyo constante de sus desarrolladores tenemos un modo Sandboxxer que añade más que un simple entretenimiento a su breve, y algo tramposa en su recta final, campaña. Este se divide a su vez en tres apartados. El primero de ellos se dedica a los desafíos, unas pocas mini misiones que desbloqueamos a medida que progresamos en la campaña y que pondrán a prueba nuestros reflejos para obtener la mejor puntuación posible y escalar a lo alto de la clasificación online. Lo bueno es que intentan ofrecer una variedad adicional pasando por objetivos tan dispares como golpear a ciertos enemigos antes de que toquen el suelo o los objetivos más clásicos donde peleamos con rivales concretos o con restricciones.
El modo Sandboxxer añade desafíos, un editor para crearlos y el contenido de una comunidad volcada con el juego
Estos desafíos están creados con un editor que, aquí está la gracia, también está disponible para nosotros. El modo "Perder el Tiempo" ofrece la posibilidad de crear nuestros desafíos con reglas propias y compartirlos con la comunidad de Underdogs. Unos completos tutoriales en video (algo perezosos de ver) nos muestran todos los pasos a seguir para que nuestra creación esté disponible para todos. A partir de aquí en nuestra creatividad está el límite jugando con la retícula mientras enemigos, comportamientos y activadores de acciones para que no todo sean peleas sin ton ni son. Así, la tercera de las opciones, Comunidad, ofrece la posibilidad de jugar a los niveles creados por otros usuarios.
Se pueden filtrar de diferentes formas, votarlos o ver las veces que se han jugado. Desde un concurso de triples a circuitos de velocidad o pequeñas mazmorras que, por un lado, nos hacen ver otras formas de disfrutar deUnderdogs que también dejan claro que sus arenas de combate se han quedado obsoletas y podrían haber dado mucho más de sí. Obviamente, no todas las creaciones mantienen el nivel y no dejan de ser una mera distracción pasajera, pero sin duda dejan la puerta abierta a querer probarlas y pasar más tiempo con el juego de One Hamsa a sabiendas de que sus posibilidades recaen en la paciencia y buen hacer de su comunidad.
El editor permite crear mucha más variedad jugable de lo que ofrece la campaña.
Conversión correcta
Underdogs no es un título que destaque por su apartado técnico y la llegada a PSVR2 no ha servido para que eso cambie. Por suerte, su estética sabe suplir tal carencia. La ambientación callejera junto a su turbia y oscura atmósfera camuflan de forma muy inteligente sus limitaciones. No hay un solo elemento que sea legible por completo por una iluminación que sabe jugar con las luces y las sombras para que su apartado visual resulte muy vistoso. Echamos en falta más detalles, sin duda, como una cabina del mecha que no deja de ser una silueta en sombra, destellos por las luces del ring u otros tratos para algunas superficies que nos sumergirían todavía más en esta especie de desguace metálico.
Además, para no variar, el uso de las funciones exclusivas del sistema quedan totalmente olvidadas. Por un lado, los gatillos adaptativos no se utilizan, algo que podría ser un plus a la hora de agarrar enemigos, usar la sierra giratoria y otros tantos artilugios. La vibración por lo general es muy sutil y apenas luce entre tantos golpes y movimientos. Tampoco utiliza la del propio visor y vendría de fábula para mejorar el feedback del daño recibido. Decimos esto porque nuestro mecha recibe impactos en tres zonas (brazos y pecho) por lo que tener una respuesta adicional más allá de ver grietas o chispas en pantalla sería mucho más notorio para que no os pase como a nosotros, que alguna vez hemos perdido un brazo y no nos hemos dado cuenta entre tanto barullo.
Para no variar, el uso de las funciones exclusivas del sistema quedan totalmente olvidadas.
Por su parte, la tecnología OLED tampoco es una de las beneficiadas por el juego. Underdogs no utiliza nunca colores oscuros, el ambiente siempre es muy lavado y aunque para su estética funciona, es cierto que desluce ciertos momentos de lumínicos en combates aplanando mucho la imagen. Por suerte eso no hace que el demoníaco efecto mura haga acto de presencia, dejando una imagen muy limpia, aunque poco contrastada, y muy luminosa a pesar de su oscuridad a la que no estamos muy acostumbrados a ver en el visor de Sony. Una decisión artística totalmente lícita para un juego muy cuidado en su apartado visual.
Como veis, Underdogs es una conversión sin grandes cambios ni adaptaciones que sí ofrece algo muy positivo. Su resolución y claridad de imagen (sin usar foveated rendering) y una suavidad de movimiento ejemplar sin rastro de reproyección, lo que es una clara ventaja para su dinámica jugabilidad. Además, llega con todos los textos en español (falta algún subtítulo en combate), algo ya presente en todas las versiones, y con buena definición, algo que suele ser motivo de debate. ¿Queréis más? El juego de One Hamsa llega en formato físico de la mano de Meridiem, una excusa más para ampliar nuestra colección de los pocos juegos VR que tienen la suerte de llegar a la estantería.
La parte estelar es todo lo que ocurre entre combates, una maravilla.
Conclusión
Underdogs sabe lo que es la realidad virtual. Ofrece una jugabilidad solo posible en la tecnología, la adereza con un buen puñado de novedades y un estilo artístico estupendo. Por desgracia no aprovecha las características únicas de PSVR2 para sentir cada golpe o daño y, aunque luzca bien, queda algo limitado en lo técnico. Su núcleo jugable sigue siendo limitado y repetitivo por unas arenas de combate demasiado vistas, pero eso no impide que otros roguelikes deban fijarse en él para ofrecer un algo más allá que oleadas de enemigos sin gracia.
Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.002.000
SATAN-CHUS
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#1 Ayer 1:24
Ya tengo reservada la edición física, a ver si hay suerte y le meten los hapticos a posteriori
gopozgon
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#2 Ayer 8:48
Supongo que aquí no hay disparos, no? Y en cuanto es así, les cuesta más lo de meter los gatillos... y es algo que para agarrar cosas también queda muy bien.
En mi caso, los de tiros ahora sí no tienen los gatillos me falta algo.. me cuesta. Me compré el Medal of Honor en las rebajas de Steam y se me hace "duro" no tenerlo, acostumbrado a que ya prácticamente todo lo que juego con disparos lo tiene.
Dark
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#3 » Respuesta a gopozgon #2 Ayer 9:07
Ni rastro de disparos. Es un juego de "boxeo". Hay puños, pinzas, sierras... pero todos los tipos de brazos son para el combate cuerpo a cuerpo.
ray_manta
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#4 Ayer 15:33
Ya está a la venta en la PS Store: 29,99 €.