Star Shaman: ANÁLISIS

Un juego que te hará bailar y sudar

¡Rápido! ¡Carga el arma! ¡Dispara! ¡Esquiva! ¡Vuelve a cargar o coge otra arma! ¡Ya! ¡Rápido! ¡Dispara! ¡Esquiv... Moriste... A volver a empezar...

¿Cuántas veces no hemos dicho o escuchado estas palabras cuando jugamos a un juego de acción? Pues este nuevo título traído de la mano de Ikimasho viene a cumplir estas palabras, presentándonos un juego cargado de combates frenéticos, escenarios variados, multitud de enemigos y muchos proyectiles enemigos (algunos muy rápidos por cierto), pero con un flow muy funky que anima a mover las caderas mientras vamos recuperando los mundos del caos.

Funky con sabor a "je ne sais quoi"

Ikimasho, que significa "¡Vamos!" en japonés, fue fundada en París en 2018 por dos amigos y veteranos del entretenimiento. El estudio está compuesto por un equipo de 15 personas que abarca la gama completa de experiencias de desarrollo de juegos necesarias para dar forma al futuro de los juegos de realidad virtual. Fácil de aprender y difícil de dominar, todos los juegos de Ikimasho se esfuerzan por capacitar a los jugadores para que se conviertan en fuerzas beneficiosas para la sociedad del mañana.

En este caso han querido crear una experiencia rogue-lite basada fundamentalmente en el movimiento y con apariencia al Space Invaders de la época, solo que con unos gráficos muy estilizados y bonitos. Para ello, Ikimasho contrató a la coreógrafa Barbara Chane-Kane para diseñar movimientos naturales que conectan a los jugadores no solo físicamente, sino también emocionalmente, con su misión dentro del juego.

Desde el punto de vista del juego, los movimientos son primordiales. Lanzar tu magia y esquivar y disparar a tus enemigos te hará moverte como nunca antes en realidad virtual"

Piasentin (Fundador Ikimasho)

Combates eléctricos con abundantes enemigos.

Un rogue-lite bastante lite para mi gusto

Star Shaman basa su historia en un universo ficticio donde los Arquitectos de la Entropía tratan de crear mundos uniformes, geométricamente perfectos, despojados de todos sus recursos naturales, donde nada destaca y no hay vida, creatividad, color... Ahí es donde nosotros debemos asumir el avatar de un Star Shaman. Jugaremos en primera persona, encarnando uno de los defensores espaciales. Flotaremos en un punto central desde el que nos podremos desplazar uno o dos pasos lateralmente (según tu escala de habitación), o bien nos podremos agachar para esquivar los proyectiles que nos dispararán los diversos enemigos y a los que tendremos que aniquilar usando diversas magias y hechizos. Nuestro deber es ir viajando de planeta en planeta a través de galaxias encantadoras y futuristas generadas de forma procedimental (como todos los rogue-lite), eliminar las oleadas de enemigos que flotarán frente a nosotros y así poder preservar y mantener la biodiversidad, regenerando planetas y sistemas solares completos y recolectando lunas de cada expedición exitosa en el camino.

Selector de niveles, con nivel de dificultad a la izquierda y recursos a la derecha.

La progresión del juego se establece mediante ensayo-error, como cualquier rogue-like/rogue-lite, donde el avance no es permanente. Viajaremos a los diversos mundos, restableciendo sus recursos y consiguiendo puntos, con los que iremos desbloqueando nuevos tipos de armas, más daño para las que tenemos ya desbloqueadas, mejoras de vida, o algo muy importante: recuperar las vidas.

Si el personaje muere, tenemos que volver a empezar de 0, manteniendo algunos puntos de avance según las fases que hayamos avanzado. No son muchos los puntos que te dan al fracasar, creando frustración al volver a empezar en la fase 0, ya que se hace muy lineal: mismos enemigos, conversaciones superfluas en algunos mundos y un enemigo final que cuando ya aprendes los movimientos necesarios para eliminarlo, se hace repetitivo.

Otro de los puntos negativos, es que solo contamos con 5 vidas, de las cuales no hay muchos medios para recuperarlas, y que nos hará una pesadilla avanzar la primera fase y sus mundos sin perder vidas, ya que según avanzamos fases, su nivel de dificultad aumenta drásticamente.

El primer Boss, nos cansaremos de verlo una y otra vez.

El uso de las armas es bastante singular. Tienes un orbe con el que activas unas piedras ancestrales, que te permiten invocar diferentes tipos de armas o hechizos, todos desbloqueables según avanzamos. Tenemos que sujetar la piedra con nuestra mano dominante, saldrán unos orbes flotantes que tendremos que recolectar, y luego invocaremos el arma, con la que atacaremos a nuestros enemigos. No tiene recarga, ésta es destruida al terminar su munición, y tendremos que realizar la misma operación para volver a invocarla, todo en el menor tiempo posible, ya que los enemigos cargarán sus ataques y nos atacarán, obligándonos a defendernos con el escudo invocable (con nuestra otra mano) o a esquivar físicamente los proyectiles enemigos.

Orbe selector de armas.

El juego tiene diversas opciones de idioma, pero no existe el español todavía, estando en completo inglés o francés, aunque comentan que van a traer más idiomas con el tiempo. No obstante, encontramos el léxico incluido algo amplio, y para un usuario con nivel medio de inglés se le puede hacer difícil debido a la inclusión de ciertas palabras y términos complicados.

Apartado técnico hermoso, algo simple, pero endulza la vista y los oídos

En el apartado técnico nos crea un conflicto, ya que el juego estéticamente tiene mucho colorido, cada mundo tiene su atmósfera, las armas tienen buen detalle en general, la banda sonora tiene un rollo característico y pegadizo... Tiene un compendio muy bonito, pero echamos de menos un poco más de variedad en los enemigos y más definición en las texturas, que entendemos que sea un juego que proviene de Oculus Quest, pero no por ello debe de arrastrar las limitaciones técnicas que ello acarrea.

Ejemplo de escenario.

Hay que destacar la fluidez que presenta el juego en PCVR. El juego ha sido testeado con las HTC VIVE en un Ryzen 2600x con gráfica 2060. Pese a haber sacado un parche que mejora la fluidez, desde su lanzamiento no hemos notado stuttering ni bajada de los fps en ningún momento. El juego tiene bien optimizados los efectos visuales, ya que aún habiendo un caos frenético de proyectiles en pantalla, conjuntado con un masivo numero de enemigos, no hemos tenido ningún tipo de molestia que nos genere motion sickness.

El apartado sonoro del juego tiene un estilo característico que, personalmente, me recuerda a ciertos minijuegos del mítico Eye Toy Play en la clásica PS2. Todo tiene un rollo Funky muy característico, creado por los propios integrantes de Ikimasho (dejo en este link la música completa del juego).

Los efectos sonoros son variados y están bien compuestos, así como las voces de los personajes, suenan naturales y que empastan a la perfección con la atmósfera sonora.

Conversaciones de los personajes que te acompañan en la historia.

CONCLUSIÓN

Star Shaman es un juego con una personalidad diferente, que recoge mecánicas de juegos que han funcionado muy bien y las unifica en una obra de arte que nos sacará muchas horas de entretenimiento. La esencia del juego, te obliga a reintentar, a repetir, a superarte y lograr avanzar paso a paso en la historia. Aunque para mi gusto, llega a ser tan difícil como juegos similares de éste género (Enter the Gungeon, o en VR, Until you Fall), que tienen una curva de dificultad bien regulada, pero unos muros de dificultad en los bosses finales que terminan por romper con la inmersión o por enganchar al usuario más todavía, eso lo tiene que determinar uno mismo.

En sí es un juego que recomiendo por la diferenciación que tiene con el resto de juegos convencionales. A pesar de que involucra disparos, como muchos otros, se diferencia del resto en la ambientación tan personal combinado con su estilo musical. Pero tiene que gustarte el género rogue-lite donde basamos el progreso de la historia en técnica ensayo-error continuo.

El juego ha sido analizado con HTC Vive.