Arcsmith: ANÁLISIS
29 JUL 2021 15:00
Cuando el maestro Korith Dinn montó un taller de herramientas en el rincón más alejado de la galaxia, sabía que no podría escapar de su pasado. Justo cuando nos ha contratado como aprendices, la guerra amenaza con volver a estallar, y la demanda de todo tipo de dispositivos electrónicos aumenta. ¿Seremos capaces de fabricarlos usando una serie de piezas modulares? Disponible para Quest.
Narrativa y rompecabezas
Los juegos basados en resolver rompecabezas pueden utilizar excusas argumentales sencillas (o directamente ninguna, como Cubism, y ser igual de buenos) o tratar de crear una trama que nos motive a resolver todos los puzles. Arcsmith, del estudio Bithell Games, pertenece al segundo grupo y se queda cerca de estar ante una gran propuesta para estudiantes de ingeniería, aficionados a la robótica doméstica o amantes de los retos lógicos basados en unir piezas. Y todo en un contexto de ciencia-ficción, con ecos de hechos que parecen estar ocurriendo en una galaxia muy muy lejana, algo que siempre tiene tirón, aunque para nada sea un producto oficial de la famosa saga.
Cuatro son los protagonistas de esta historia: el enorme maestro Korith Dinn, el gran robot con aspecto de fotocopiadora que pulula por el taller con su carita de emoji, las noticias que nos llegan del exterior y nosotros, aprendices recién llegados a esta "herrería" galáctica. La mala noticia es que las voces están en inglés, y no son pocas las conversaciones que escucharemos; la buena es que hay subtítulos en español, no demasiado molestos de leer, aunque tampoco ideales. Además, los textos con instrucciones para la fabricación de herramientas o los nombre de las piezas también están en nuestro idioma.
Esto es importante porque la narrativa es lo suficientemente interesante para que nos importe saber qué está pasando, por qué nuestro maestro es reacio a fabricar ciertos encargos y para quién o para qué se van a usar la treintena de dispositivos electrónicos que debemos fabricar, si somos capaces de averiguar cómo hacerlo. El proceso es lógico, pero también más complicado de lo que parece, y eso que no hay soluciones únicas.
Jugabilidad
Jugamos sentados frente a un banco de trabajo cuya altura no se puede regular, y hay veces que nuestra posición en el mundo real y en el juego no es la ideal. A nuestra izquierda tenemos una superficie donde se materializarán las piezas que necesitaremos para fabricar el objeto que nos pida el maestro. También veremos un brazo que sí podemos mover a nuestro antojo, en el que podemos colocar el dispositivo que estamos montando.
En el centro hay una superficie que se puede iluminar o no, y nos servirá para detectar si tenemos problemas de temperatura o potencia en aquello que estamos creando gracias a un selector de tres posiciones.
A nuestra derecha se encuentra un monitor que contiene la biblioteca con información sobre lo que debemos fabricar, desde donde ordenar los componentes que creemos que vamos a necesitar o sus características. También usaremos esta pantalla para verificar si vamos por buen camino, y nos señalará dónde puede estar el problema (exceso de potencia, falta de refrigeración, etc.). Por último, nos ayudará a saber qué hacer una tableta electrónica.
Nuestras manos son dos ganchos con un hilo de plasma que no sirve para cortar, sino para agarrar las piezas. Estas son como piezas de "Lego", no demasiado atractivas visualmente, quizá demasiado parecidas unas de otras, aunque podemos ver en cada uno qué tipo de componente son.
Las tres primeras herramientas que debemos construir funcionan como un tutorial, y enfrentándonos a él sabremos si estamos ante un título que nos va a obligar a pensar, proporcionando un montón de horas de diversión (sarna con gusto no pica) o si nos va a resultar demasiado frustrante.
Para fabricar una radio basta con unir 4 piezas, fácil fácil, y para lograr la herramienta antimateria que nos pide nuestro maestro no muchas más, pero con un grado más de complejidad. Para el escáner médico, la tercera prueba, el número de elementos necesarios llega a la media docena, y las posibilidades de combinarlos en distintas posiciones aumentan. Si lo conseguimos, el hilo musical que ameniza nuestro trabajo dará paso a inquietantes noticias que complicarán aún más nuestro aprendizaje y nos ayudarán a conocer la carga de su pasado que lleva nuestro maestro a cuestas.
Y en esto consiste el juego, en fabricar máquinas interestelares cada vez más complejas (drones, un generador de anti-materia) usando una biblioteca de piezas modulares que se enganchan unas a otras magnéticamente, un monitor de diagnóstico para verificar si la energía llega a donde tiene que llegar, y poco más, pero lo suficiente para que lo que parece sencillo se convierta en un desafío intelectual.
Gráficos y sonido
Visualmente el título es sencillo, no destaca, pero es cumplidor. No esperéis ver agujeros negros ni destructores imperiales. Estamos en una sala en el interior de una nave o estación espacial, sentados ante nuestro banco de trabajo, con un hilo musical de fondo que puede llegar a cansar y unos ventanales en los que, en alguna ocasión, veremos algo de "acción".
El gran protagonista, nuestro maestro Korith Dinn, tiene presencia, cierto carisma y unas animaciones correctas que le dan vida. Sin embargo, mejor no hacer comparaciones entre él y el tabernero de Tales from the Galaxy's Edge. Gráficamente el juego es correcto, con un escenario adecuado que proporciona un entorno inmersivo que no nos distrae de nuestro objetivo: fabricar piezas. En cuanto a éstas, tanto los módulos que las componen como el resultado final son quizá demasiado básicas. Sí, estamos en un taller uniendo componentes electrónicos, pero todo es un tanto monótono, no voy a decir casi monocromo, pero los colores apagados, aunque lógicos, no proporcionan al juego brillantez, no lo hacen llamativo. Se agradecen efectos de chispas o humo cuando algo sale mal.
Las voces del maestro o las que escuchamos en la radio, los sonidos y la música ambiental son notables, agradables, pero no estaría de más que se pudiera cambiar el dial, las melodías que escuchamos de fondo me han llegado a aburrir, son demasiado tranquilas, en exceso easy listening.
Mécanicas RV
La tridimensionalidad de poder manipular las piezas y el poder colocarlas en distintas posiciones son características que encajan a la perfección en un título de rompecabezas en realidad virtual. Lo malo es que manipularlas, unir unas con otras o soltarlas, no termina de funcionar al 100% bien. Me ha llegado a frustrar más algún fallo que otro al intentar coger una pieza (o la tablet) que resolver los puzles. Son momentos puntuales en los que los objetos parecen quedarse pegados donde no deben o donde no quieres que estén. Nada grave, pero le resta fluidez a las partidas y distrae.
Lo mismo ocurre con el tema de las colisiones: no queda bien que los módulos entre sí sean sólidos, que ahí sí funcionen las colisiones, pero que el dispositivo que estamos construyendo con ellos atraviese la mesa de trabajo. Lo mismo ocurre con nuestras manos, fantasmales, algo que no por habitual voy a dejar de criticar en cada análisis. Pero es que, siendo este un título cuya jugabilidad se basa en la manipulación de objetos, con más motivo hay que pedirle unas manos, unas herramientas de trabajo, que se comporten con unas físicas más realistas.
Conclusión
Estamos ante un juego de rompecabezas que acierta en aportar narrativa a la hora de invitarnos a construir 30 dispositivos, un conjunto de puzles que harán las delicias de aquellos con vocación de ingenieros electrónicos. A ArcSmith le falta pulir algunas mecánicas, adornar más el producto, añadir algunas opciones, pistas, escenarios. Es todo demasiado aséptico, correcto, echo de menos algo y no sé el qué, quizá que hubiera detalles como el de si fabricamos una herramienta antimateria, poder usarla. Hay algo de humor y drama, sí, pero quizá no lo suficiente. Recomendable para jugadores cerebrales, abstenerse fans de títulos rítmicos, de disparos o aventuras de acción.
El juego ha sido analizado con Quest 2.
Podemos verlo en acción en este gameplay sin comentarios que hemos incluido antes.
Vrecino
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#1 29 JUL 2021 16:25
Rompecabezas de toda la vida de unir piezas, historia de "Jedi" retirado, jugar sentado y textos en castellano....pues no será juegazo, pero me lo estáis vendiendo para darle poco a poco en estas noches de agosto que se acercan...hasta que he recordado que el precio es 24,99 €. Ahí se han pasado.
Espaniolporelmundo
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#2 29 JUL 2021 16:58
Siempre que veo un analisis de ray_manta me vengo como un tiro a disfrutar de su arte de redacción. Casi puedo leer entre líneas que este juego no es para todos los publicos, pero tiene buena pinta.
Lo mismo que dice Vrecino, es muy caro. Aunque con algun descuento de la oculus store seguro que caiga