Song in the Smoke: ANÁLISIS

La vida prehistórica

Una potente ilustración de Katsuya Terada hace que sintamos especial interés en el nuevo título de 17bits, creadores del matamarcianos de vieja escuela GALAK-Z. Bajo la piel de un humano prehistórico, con el sexo a nuestra elección, despertamos bajo la atenta mirada de una grotesca criatura que servirá como hilo conductor de su historia.

Totalmente desubicados, recorremos una jungla de texturas que simulan un trabajo manual, con unos shaders acompañando esa intención de acercase a una ilustración, sin olvidar transmitir un aspecto realista. Nos alimentamos de unas bayas para saciar nuestro apetito mientras aprendemos a movernos con los Move a modo de palanca, ofreciendo así un movimiento continuo alejados ya de los manidos teletransportes.

El salto nos permite escalar algunas rocas o cruzar pequeños barrancos, llegando así a nuevas zonas donde encontrar recursos tales como ramas de árboles o pequeñas piedras, pudiendo construir puntas de lanza con las que tallar la madera y continuar fabricando nuevas herramientas. Aunque antes de ello lo mejor será protegernos de la noche. Buscamos un círculo formado por piedras donde hacer un caliente fuego y guardar la partida. Descansamos junto a él hasta el amanecer. Mientras dormimos, podemos ver cómo cambia el ciclo del día y estamos alerta ante posibles peligros.

Alimentarnos, fabricar pieles o construir armas para cazar y defendernos es su base jugable

Despertamos, consultamos en nuestras pulseras el nivel de frío, apetito y, entre otros, la posición del sol, algo importante para organizarnos y planificar próximos pasos.

Aquel enigmático "cuervo" nos ha insinuado que debemos buscar unas misteriosas rocas púrpuras. Ya en una zona más abierta, exploramos hasta encontrarlas todas, ayudados por el humo que desprenden, abriendo así el portal a una nueva y desconocida área.

La caza es fundamental para una buena alimentación.

Ya en ella y repleta de peligros, ahora sí es momento de construir nuestras primeras armas para defendernos: un arco y un gran garrote de madera al que unimos una piedra en su extremo superior, suficiente para buscar alimentos sin temor y seguir el rastro del cuervo... antes de que caiga la noche.

La noche es oscura, tanto como las cuevas, por lo que irremediablemente fabricamos una antorcha gracias a unas piedras incandescentes. Sin ella resultará imposible explorar ciertas zonas que podrían estar plagadas de violentos enemigos.

Una experiencia personal

Si bien es cierto que Song in the Smoke ofrece libertad, los escenarios están lo suficientemente acotados como para no abrumar, y aunque es cierto que en las primeras horas encontramos recursos suficientes, cada vez tendremos que agudizar más la vista y mejorar nuestra exploración para encontrar lo que necesitamos.

Su verticalidad en los escenarios ofrece buenas dosis de exploración.

Además, el juego se torna cada vez más duro, teniendo que construir estructuras donde secar pieles de animales cazados para fabricar nuestros ropajes y afrontar zonas frías (incluso cruzar un río ya hace que nuestra temperatura corporal baje), secar alimentos que soporten mejor el paso del tiempo para llevarlos con nosotros y encontrar los ingredientes necesarios para preparar tónicos que curen nuestras heridas.

Para toda esta cantidad de objetos tenemos un inventario donde almacenar multitud de ellos, e incluso un pequeño "almacén" que está disponible desde cualquier hoguera del mapa, donde guardar provisiones u otros enseres. Estas sirven como puntos seguros, ya que junto a su fuego pasaremos sin peligro las noches más oscuras.

La gestión del tiempo y el inventario es fundamental para pasar una noche tranquila alejados de la oscuridad más profunda

Para conocer el terreno, con un gesto desde nuestro pecho consultamos un mapa del escenario que se desvela a nuestro paso, lo que servirá, en zonas avanzadas, para saber cómo de lejos estamos de nuestro siguiente objetivo y si la noche caerá sobre nosotros antes de llegar a él.

Es necesario almacenar materiales, gestionar muy bien aquellos recursos obtenidos y también el tiempo que nos ocupa realizar ciertas acciones o recorrer algunas distancias.

Oscuro, salvaje y complejo

El mundo que se nos propone está dividido por diferentes zonas muy marcadas, planteadas como una sucesión de niveles a superar, siempre con una historia de incertidumbre en la que poco a poco vamos descubriendo pequeños detalles. Fantasmas que aparecen en la noche y señalan una dirección… resultando ser el lugar donde perdió la vida u otros que nos animan a seguirlos a través de las montañas. El misticismo que rodea al título es una constante durante toda la aventura.

La oscuridad es profunda y se antoja necesario el uso de antorchas... si otros nos lo permiten...

Todo esto se adereza con zonas hostiles en las que debemos sobrevivir cazando, defendiéndonos de enemigos o alimentándonos mientras buscamos el camino que nos marca aquel mencionado cuervo oscuro.

La maleza será nuestra gran aliada para cazar, ya que nos servirá como zona de ocultación y acercarnos así de forma sigilosa a nuestras presas. Eso no evita que podamos ser asaltados de improviso, lo que provocará defendernos en una especie de quicktime event para golpear en el momento correcto y no ser dañados, dando comienzo al verdadero combate utilizando nuestras armas (si las tenemos) o improvisando con elementos del escenario cercano como piedras o palos. Sin duda, la gestión del inventario es un factor clave en Song in the Smoke.

Visualmente tiene carácter, ofreciendo un estilo artístico muy particular a la vez que un sólido aspecto técnico

Gráficamente el juego sabe lo que hace, presentando una definición envidiable, con un estilo visual particular aunque demasiado conformista, ya que nos hubiera gustado ver más de Terada en el feeling que transmite el juego.

Cada una de las zonas está perfectamente ambientada y el control funciona estupendamente bien, con múltiples opciones de accesibilidad para todos los gustos. La gestión del inventario es sencilla aunque demasiado confusa al principio con tantos tipos de ramas y rocas que no sabemos bien diferenciar ni para qué aplican (por tamaño y forma). Contamos con múltiples tutoriales, en perfecto castellano, la primera vez que tenemos que fabricar algo junto a los materiales necesarios, pero la similitud entre muchos de ellos no hace más que acentuar esa confusión inicial.

Cuando todo pasa a ser familiar la experiencia mejora, pero persisten muchos conceptos de crafteo poco claros y en ocasiones difíciles de comprender. Todo esto lleva a una duración del título completamente variable dependiendo de cómo se gestione la partida pudiéndole dedicar más de 20 horas para ser completado, aunque muchos jugadores avispados puedan completarlo en menos tiempo.

Es fundamental estar preparados para los ataques sorpresa.

Conclusión

El juego que presenta 17bits requiere mucho por parte de un jugador que debe tener paciencia. Por un lado para que el juego coja ritmo, y por otro para afrontar una aventura de supervivencia donde se deben asimilar muchos conceptos.

El fondo es consistente y si te atrapa, Song in the Smoke es una aventura con personalidad, tan diferente que no es apta para todo tipo de jugadores, pero que sin duda sabe aprovechar la realidad virtual para transmitir sensaciones de soledad y peligro como pocos durante horas. El control, su diseño del mundo y el trasfondo místico que respira son suficientes alicientes como para querer perderse en un título sorprendentemente bien construido.

Análisis realizado sobre la versión PSVR en PlayStation 4 Pro.