Synapse: ANÁLISIS

29 JUN 2023  16:00

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Synapse: ANÁLISIS

El primer gran anuncio exclusivo de PSVR2 llega de la mano de los creadores de Fracked, un título con mucho buen hacer y que sirve como base para crear algo único.

Donde pongo el ojo pongo la fuerza

Ahora sí, en nDreams tienen total libertad creativa y eso es algo que, viendo su monocromática gama de colores, salta a la vista. Un atrevido movimiento frecuentado por tan solo unos pocos desarrolladores que sirve, de entrada, para diferenciarse de los innumerables shooters que pueblan el mundillo, pero sobre todo, como la mayor excusa para realzar su novedosa jugabilidad.

 

 

Los primeros compases de Synapse son algo dubitativos. Todo comienza en la costa de una isla con un chalet enorme antes de que el juego pierda su color. El mundo carece de personalidad hasta que cruzamos un portal multicolor que, curiosamente, nos lleva a ese mundo blanco y negro que marca su identidad visual. En ese momento cogemos una pistola y comenzamos a pegar tiros en un área donde los enemigos se construyen a partir de una especie de humareda.

 

Estamos en el subconsciente de un rico empresario, atrapados. La única forma de salir de allí es superar, zona tras zona, una mente repleta de malos pensamientos en forma de tipos armados y dar por finalizado un experimento del que poco a poco sabremos más y más. Synapse, a diferencia de Fracked, propone un rogue-lite de áreas diseñadas a mano donde la aparición de enemigos y otros elementos varía en cada run (partida que jugamos hasta morir).

 

Si acaban con nosotros, volveremos al inicio de todo perdiendo por el camino las armas, mejoras y oposición conseguidas durante dichas zonas. Pero antes de ver qué ocurre en ese punto, llega algo que lo cambia todo: la telequinesia. El eye tracking saca su mejor cara para convertir ese extraño comienzo en una bomba jugable y de posibilidades que no paran de abrirse, expandirse y crecer durante toda la aventura.

 

Synapse

A prueba de bombas

Nuestra mano izquierda se ve rodeada por un aura de tonos violáceos, igual que barriles, cajas y algunas plataformas. Efectivamente, esos elementos que comparten cromatismo podemos recogerlos y manipularlos a nuestro antojo mirando hacia ellos (sí, con nuestros ojos) mientras notamos la presión del gatillo adaptativo al ser pulsado. Como si fuéramos un auténtico Jedi, podemos hacer tambalearse las cajas por todo el escenario y, cómo no, aplastar o empujar a los rivales con ellas entre gritos de dolor.

 

Importa la profundidad en la que movemos el brazo para acercar, alejar e incluso lanzar aquello que manipulemos. Los barriles explosivos son algo más delicados, y si presionamos demasiado el gatillo estos explotarán. Por suerte, con una pequeña presión, hasta sentir un tope en el recorrido (similar a lo visto en Returnal) servirá para poder moverlo de aquí para allá, buscando el momento adecuado para, ahora sí, presionar con fuerza y hacerlo estallar. Un gustazo.

 

 

Esta misma práctica la podemos emplear para mover una suerte de plataformas elevadoras o crear puentes para cruzar en puntos concretos del nivel, todo mientras nos escondemos entre las rocas evitando las balas enemigas como en Fracked: apoyándonos con una mano sobre cualquier superficie para asomarnos con total precisión y contra-atacar. Todo vale para conseguir cuanta más oposición mejor en la partida y gastarla en mejoras temporales.

 

Synapse lo da todo en favor de una jugabilidad fantástica que no hace más que evolucionar mientras nos sentimos cada vez más poderosos. Para conseguirlo nos premia por realizar acciones (revelaciones) tales como eliminar enemigos bajo cobertura, acabar con cierto número de ellos con un arma específica o aplastarlos con cajas. Un árbol de revelaciones que al completarse nos otorgan puntos de experiencia (o percepción como lo llaman ellos).

 

Synapse

Las revelaciones nos "obligan" a jugar de cierta manera si queremos sumar puntos de experiencia.

En busca de la partida perfecta

La mentada percepción, que podemos gastar antes de comenzar una nueva run, desbloquean habilidades, mejoras de nuestro personaje e incluso de los propios niveles. Así es como conseguimos convertirnos en unos superhombres cogiendo las granadas que nos lanza el enemigo para devolvérselas o incluso a ellos mismos. En ese momento todo cambia y vemos como Synapse se torna inconcebible en otra tecnología.

 

Nos abrimos paso disparando, apartando a los enemigos con una simple mirada y un gesto para lanzarlos unos contra otros y poder buscar la salida. Todo presenta una fluidez ejemplar, con una jugabilidad adaptada para cualquier tipo de jugador pero igualmente satisfactoria y retadora. En cada área, y siempre que lo hayamos desbloqueado, pueden aparecer altares con nuevas armas, otros que regeneran salud y los últimos que mejoran o proporcionan stats temporales. Estos últimos se complementan con las mejoras por superar un área, además de recuperar algo de la vitalidad perdida.

 

 

Como no podía ser un camino de rosas, los escenarios, además de mucha verticalidad, contienen decenas de enemigos que aparecerán por oleadas. ¿Jugaste a Fracked? Entonces te encontrarás con el mismo tipo de villanos. Un total de cinco variantes que a todas luces se antojan escasas, pero que se las saben montar para complicarnos la existencia. Esto hace que todas las zonas sean muy similares y, a pesar de que a medida que avanzamos, la aparición de los más fuertes cada vez sucede antes, es una mancha que junto a la nula variedad de escenarios empaña la sensación final.

 

Así, muerte tras muerte recorreremos los mismos escenarios una y otra vez, con patrones de enemigos similares, aunque intenten buscar la variedad. Completar una primera vuelta en Synapse nos llevará varios intentos, pero lo conseguiremos en unas tres o cuatro horas. Su propuesta no acaba aquí, sino que para desvelar su historia deberemos completar sus niveles hasta tres veces, cada vez más complicados, prolongando algo más su duración.

 

Synapse

Al final de cada zona podemos elegir entre varios potenciadores para la run en curso.

 

Sin lugar a dudas, su desarrollo puede no gustar tanto como su anterior propuesta Cell-Shading, pero una vez metidos en faena, Synapse nos gana. Su mecánica está pulida hasta decir basta, la adicción por conseguir mejoras para el próximo intento está muy bien escalonada y la sensación de estar jugando a algo único no se desvanece en ningún momento. El control responde perfecto el 100% de las veces y la nitidez de imagen, a pesar de su predominante escala de grises, es ejemplar.

 

Incluso se permite jugar con el raytracing para generar reflejos y refracciones en suelos y otras superficies, lo que sin duda ayuda a potenciar su particular estilo gráfico. Donde sí que echamos de menos algo de contundencia es en el apartado sonoro, sobre todo en explosiones, sintiéndose demasiado lejanas. Algo que no le hace ningún favor a un espectacular uso del audio 3D que nos ayuda a ubicar en todo momento a los enemigos, más allá de poder consultar un mapa en la palma de nuestra mano. Esto se redondea con las voces, en inglés con subtítulos en español, de Jennifer Hale y David Hater (ambos conocidos por la saga Metal Gear).

 

 

Returnal se convirtió por méritos propios en uno de los mejores juegos de PS5, y en Synapse esperábamos algo similar. Lo tenemos, pero sin llegar a esos niveles de perfección jugable. Echamos de menos una estructura menos lineal (simplemente pasamos de área en área), con algo de exploración o salas ocultas con nuevas armas (tampoco hay mucha variedad). Un aliciente extra para seguir jugando sin sentir que "ya" lo hemos dominado. Aquí se nota especialmente los nulos tiempos de carga que favorecen a su desarrollo y que se quedan a un paso de cambiar entre zonas a lo Ratchet & Clank sin necesidad de fundidos.

 

nDreams ha hecho un trabajo fantástico, pero al igual que le ocurrió en nuestro amado Fracked, se queda a las puertas de tener algo grandioso que obligue a dar el salto a la realidad virtual. Se nota demasiado que parte del título anterior (coberturas, enemigos, armas…), algo totalmente positivo, y que lo expande, pero la falta de ir un paso más allá para explotar su propuesta nos vuelve a dejar con la miel en los labios.

 

Synapse

La versatilidad que se gana con el seguimiento ocular es fantástica.

Conclusión

Synapse es único. El eye tracking forma parte de la experiencia jugable para convertirse en un compañero de viaje que le eleva a una categoría superior. Jugablemente, se le pueden poner pocos peros a una jugabilidad excelsa, de una fluidez ejemplar que nos convierte en unos auténticos superhombres dentro de su monocromático mundo. Un apartado visual que sirve como excusa jugable para potenciar el uso del seguimiento ocular, pero que de nuevo se queda a unos pasos de ser un producto memorable. La escasa variedad de enemigos, armas y situaciones le pasan factura a una labor de diseño que merece, por méritos propios, ser probada por todo el mundo interesado, ya no en la realidad virtual, sino en los interminables avances que los videojuegos pueden seguir aportando.

 

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.001.000

+ El eye tracking es la base jugable y visual

+ Control dinámico, fluido y ejemplar

+ La evolución del personaje y sus habilidades

+ Saca partido de PSVR2 a todos los niveles

- Escasez de armas, enemigos y escenarios

- El diseño de niveles podría dar mucho más de sí

- De nuevo, demasiado breve

8,5 "Muy bueno"

Synapse (PlayStation 5)

8.5

Lanzamiento / Julio 4, 2023

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Nota de los usuarios

8