Jupiter & Mars: ANÁLISIS
2 MAY 2019 18:30
Nos adentramos en una aventura bajo el agua que trata de concienciarnos de la situación actual en la que la contaminación y el cambio climático está afectando gravemente a los océanos. Exclusivo de PSVR.
Si hay mañana, hay esperanza
El mundo del videojuego no deja de madurar continuamente, y aunque todavía seguimos escuchando opiniones y leyendo artículos en los que todo se resume a un entretenimiento simple y vacío donde matar marcianitos, convertirnos en peligros para la sociedad a través de violencia gratuita o simplemente juntar caramelos de un mismo color, lo cierto es que este mundo ya hace tiempo que va mucho más allá, y tenemos ejemplos de diversos tipos que, por ejemplo, aportan visibilidad a enfermedades mentales como el genial Hellblade, tratan graves problemas como la depresión, o no se cortan a la hora de abordar con seriedad temas muy delicados como la violencia de género o el maltrato infantil.
En Tigertron tienen la intención de crear juegos relacionados con desafíos ambientales reales con los que concienciar y divertir por igual, y como tal, este Jupiter & Mars se ha construido alrededor de un mensaje que comenzó a cocerse en la cabeza del director creativo tras ver el demoledor documental "The Cove" sobre la salvaje e indiscriminada caza de delfines, donde podemos ver durísimas y tristes imágenes del daño que puede llegar a hacer la mano del ser humano al mundo animal y, por tanto, al nuestro.
La historia y el desarrollo vienen apoyados por organizaciones dedicadas a preservar y repoblar los océanos, como son Sea Legacy y Oceans Foundation, de las que podemos ver pequeños vídeos dentro del juego en los que nos informan de la situación actual y su trabajo para tratar de mejorarla.
Puedes cambiar antes de que sea necesario, o esperar a que sea demasiado tarde.
Las consecuencias del cambio climático
En Jupiter & Mars nos metemos en el papel del delfín Júpiter, quien junto a su inseparable Mars se embarca en una aventura submarina por un planeta Tierra abandonado a su suerte por el ser humano, una vez consumidos todos sus recursos naturales y perdida toda esperanza de vida terrestre en un planeta que yace sumergido casi en su totalidad, como consecuencia del aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático. Todo esto nos presenta un planeta en grave peligro pero aún con posibilidad de recuperación -uno de los mensajes más evidentes que quieren hacernos llegar-, que pasa por desarticular una red de tecnología subterránea que se instaló antes del abandono por parte del ser humano y que aún afecta a la única vida que a duras penas habita la Tierra bajo un océano contaminado y repleto de recuerdos humanos en forma de basura y contaminación, en lo que viene a ser un futuro hipotético que bien podría parecerse más de lo que nos gustaría al que podría seguir a nuestra realidad actual.
Hay suficiente en el mundo para las necesidades del hombre, pero no para su avaricia.
Mahatma Gandhi.
El viaje de Jupiter y Mars
Estamos ante un juego de exploración en primera persona en el que recorremos vastas extensiones de agua a través de varios "niveles" con la intención de desactivar cada una de las centrales que están afectando a las criaturas que habitan el fondo marino. Por el camino podremos encontrar tesoros escondidos a modo de coleccionables, animales a los que debemos buscar para liberarlos de donde se encuentren atrapados, y máquinas que mantienen alejada toda forma de vida lanzando una especie de impulsos electromagnéticos que debemos evitar ocultándonos entre las rocas como si fuéramos una especie de Solid Snake acuático, hasta dar con la fuente de energía de cada una de ellas y destrozarla con ayuda de nuestro compañero Mars.
Estas máquinas están inspiradas en unas ya usadas actualmente por científicos con propósitos como mantener alejadas a las orcas de sus investigaciones.
Podríamos decir que durante todo el viaje nosotros somos el delfín que manda y Mars nuestra inseparable pareja que se encarga del trabajo sucio, que no es otro que estamparse contra todo obstáculo o fuente de energía que necesitemos destrozar, pidiéndoselo con la simple pulsación de un botón de nuestro Dual Shock mientras miramos a nuestro objetivo. Además de pedir fuerza bruta a Mars, nosotros como Júpiter podemos lanzar ondas que sirven para liberar a los animales atrapados o espantar medusas, así como el uso de un sónar que nos resalta las líneas de todo aquello que nos rodea de forma bastante vistosa, y que debido al predominio de la oscuridad, estaremos pulsando una y otra vez para saber por dónde ir.
Algunos niveles tienen una extensión bastante considerable y pueden ser propicios para perdernos sin saber muy bien por dónde tirar, algo que han tratado de ayudarnos a evitar con una especie de brújula que tenemos frente a nosotros en todo momento e indica con un punto brillante donde se encuentra nuestro próximo objetivo principal. Cabe decir que esta brújula en ocasiones puede confundirnos más que ayudarnos, ya que no indica hacia dónde ir para llegar al objetivo, sino -como buena brújula- hacia donde se encuentra el objetivo (si pudiéramos ir en línea recta), por lo que personalmente acabé olvidándome de ella y nadando siempre hacia los problemas; y es que si hay trampas, quiere decir que vas por el "buen" camino.
Por el camino iremos desbloqueando mejoras para nuestros delfines que nos otorgarán la posibilidad de acceder a zonas más profundas, superar fuertes corrientes, nadar a través de aguas a bajas temperaturas o destrozar obstáculos más duros. Pese a que se trata de una característica clásica en los juegos que llamamos "Metroidvania", en este título no lo hemos visto especialmente bien resuelto; principalmente porque las mecánicas no cambian en ningún momento con estas mejoras, sino que únicamente nos permitirán continuar a través de una zona que antes estaba bloqueada, o revisitar escenarios previos en los que buscar coleccionables.
A la hora de movernos, con nuestra mirada decidimos hacia dónde desplazarnos mientras pulsamos el gatillo del mando, y a la hora de girar nos dan la opción de elegir una de las 3 opciones que nos permite el juego; ya sea giro por grados, suave con el stick o suave a través de la inclinación de nuestra cabeza.
Un océano desaprovechado
El problema del título llega cuando hablamos de variedad, y es que exceptuando mínimos añadidos, lo que vemos en el primer nivel es demasiado parecido a todo lo que vamos a ver en el resto hasta el final. Además de la repetición continua de las mismas mecánicas, la variedad en el diseño de escenarios tampoco es mucho mejor, y es que pese a notarse cierta intención de cambio entre los distintos niveles, principalmente a través de variaciones en tono e iluminación, no lo hemos apreciado del todo suficiente, y seguiremos viendo en todo momento la misma vegetación y unos animales que tampoco abundan en número ni variedad, aunque ésto último bien podría achacarse a la situación límite que sufre el mundo del juego debido a la mano del ser humano. Solo la aparición de lugares conocidos por nosotros como la Torre del Reloj de Londres o la Estatua de la libertad de Nueva York hacen sumar puntos a este apartado y definitivamente ayudan a reforzar el mensaje que quieren hacernos llegar.
Pese a que no es realista que el aumento del nivel del mar que estamos sufriendo en nuestro tiempo pueda llegar a sumergir rascacielos en un futuro, lógicamente se pueden y quizás deben tomar este tipo de concesiones para reforzar el dramatismo, más aún en un juego como este en el que la historia trata de contarse casi en su totalidad a través de las imágenes, pese a gozar de textos en castellano en los puntuales momentos en los que la historia avanza a través de ellos.
Arte acuático
En el aspecto técnico, desde el primer momento se nota la mano del director creativo, quien trabajó en juegos como Child of Eden y Lumines, y no esconde su admiración por los trabajos de Mizuguchi como el genial Rez. Esto quiere decir que estamos ante un juego que descarta la potencia gráfica al servicio de un apartado artístico más personal y minimalista en el que las luces de neón son las protagonistas, con estelas que deja nuestro compañero Mars al desplazarse y que están repletas de pequeñas partículas de luz , vegetación dibujada igualmente con estas luces, o líneas de luz que facilitan la visibilidad de grandes ballenas, mantas y otro tipo de animales.
Esta elección de diseño se siente correcta, pero se ve ensombrecida en determinados momentos como cuando salimos a la superficie para ver 4 polígonos mal puestos y una imagen estática y a baja resolución haciendo de cielo, aunque por suerte no es necesario subir a la superficie en ningún caso, por lo que os podéis ahorrar el mal trago de asomaros.
Aparte de este punto negativo, no podemos decir nada muy bueno en cuanto a nitidez, y es que a poco que el escenario se aleja un poco de nuestro alrededor, la borrosidad se convierte en mucho más protagonista de lo que nos gustaría, algo que se puede evitar jugando en modo tradicional sin VR, pero esto es Real o Virtual y queremos vivir los juegos desde dentro. Nos cuesta creer que, al menos en PS4 Pro, no sea posible una mejora en este punto, y le vendría estupendamente para disfrutar de un mejor y más placentero viaje a través de las profundidades.
Con nombres como Lumines o Child of Eden a las espaldas, se podía esperar que el apartado artístico tendría que venir de alguna forma de la mano del sonoro (o al contrario), y como tal, Jupiter & Mars goza de una gran banda sonora con temas entre lo electrónico y chill-out, que pese a brindarnos una notable selección musical, no nos hará sentir especialmente esa fusión junto con el apartado artístico que sí consiguen brillantemente juegos como Rez infinite o Tetris Effect, y por tanto en este caso nos tenemos que conformar más como una banda sonora más clásica que "simplemente" nos acompaña -de forma sobresaliente- durante toda la aventura.
CONCLUSIÓN
Quería que me gustara (mucho) este juego, en parte por su poderoso mensaje y también por la posibilidad de relajarme durante unas horas disfrutando de un entorno acuático que en VR da mucho de sí, y aunque en ciertos momentos he recibido lo que esperaba, varios fallos o carencias quizás por falta de recursos o ambición, hacen que finalmente no haya vivido la épica historia de supervivencia bien cargada de concienciación que me habría gustado, y al final se me ha quedado en un título con un desarrollo demasiado básico sin apenas variaciones de mecánicas, en el que el fuerte mensaje y la historia del juego apenas se desarrolla; lo que hace que una vez jugados los primeros minutos, apenas encontremos nada especialmente nuevo que enriquezca todo aquello que nos quieren contar durante las aproximadamente 5 horas que dura la aventura.
Con todo esto, no queremos decir que sea un mal juego, y gracias a un mensaje que necesita ser contado -las veces que hagan falta- y una gran banda sonora, aquellos jugadores a los que les guste la exploración podrán disfrutar de unas tranquilas horas rebuscando todos los recovecos de un océano que, esperemos, finalmente se quede en un escenario futuro totalmente ficticio que nada tenga que ver con lo que esté por llegar en nuestro planeta.
Quizás aún esté en nuestra mano que así sea...
El juego ha sido analizado en una PS4 PRO.
cercata
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#1 2 MAY 2019 19:07
A mi me gusta explorar, pero ese estilo neon para un fondo submarino me corta todo el rollo ...
Baker
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#2 » Respuesta a cercata #1 2 MAY 2019 21:15
Cierto. Un lecho marino más realista tipo inmersión daría más gusto de explorar.
manuel_val
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#3 2 MAY 2019 23:00
Es normal que entre tanto titulo interesante de PSVR salga algun que otro juego flojo como este.
cercata
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#4 » Respuesta a Baker #2 2 MAY 2019 23:39
El world of diving es bastante castaña, y le meti bastantes horas explorando ...