Blindfold A Vérité VR Experience: ANÁLISIS

Una visión íntima sobre el encarcelamiento y el interrogatorio

La versión de PSVR de Blindfold es una versión de pago de la experiencia gratuita que fue publicada en 2017 para Rift y en 2018 para Gear VR. Digerati e iNK Stories han añadido logros y una serie de mejoras al título para llevarlo al visor de Sony.

Inspirado en hechos reales

La Revolución Iraní ocurrida en el año 1979 resultó en una serie de movilizaciones que desembocaron en el derrocamiento de la Dinastía Pahlaví y la instauración de la República Islámica vigente en el Irán actual. Estos hitos son los que marcan el contexto sobre el cual el juego se desarrolla.

Desafiando la autoridad

Iniciamos el juego sin ningún tipo de introducción o explicación, vendados en una sala de interrogación alrededor de la cual se encuentran, entre otras cosas, fotos pegadas en una pared, un televisor, una cámara y, frente a nosotros, una mesa que del otro lado muestra a una persona también vendada. Quizás las consecuencias del anterior juego fueron las que me trajeron a prisión, pues la experiencia es un complemento del título 1979 Revolution, pero de entrada Blindfold se siente muy atado a él, por lo que una pequeña recapitulación hubiera bastado para poner a tono al jugador.

Blindfold te pone en la piel de un reportero gráfico condenado por la justicia iraní de esa época por traición, razón por la cual terminó en prisión con otra persona. Ambos son presas de Asadollah Lajevardi, un interrogador que nos hará pasar un mal rato a base de preguntas. No voy a extenderme mucho más en este apartado porque decidí encarar este análisis sin entrar en el terreno de los spoilers; brindar más detalles afectaría a la experiencia del jugador.

La interacción con la experiencia se da solamente con los movimientos que realizamos con el visor (ni DualShock ni mandos Move son necesarios). Después de apretar cualquier botón del gamepad y comenzar Blindfold, solo podremos continuar el juego con gesticulaciones, siendo precisamente los movimientos de sí y no con la cabeza. A veces también no haciendo nada el interrogador lo toma como que el periodista se resiste a responder y, en consecuencia, Asadollah cambia el enfoque de sus preguntas.

Gráficos, sonido y duración

Técnicamente el juego no resulta puntero en ningún apartado, y la realidad virtual de Sony ha demostrado ya en sus tres años de vida que da para mucho más de lo que se ve o se escucha en Blindfold. Los modelados de los personajes y de todos los elementos que se encuentran en la habitación son mejorables. Detectamos algunos problemas de sincronización con el audio, nada que nos saque de la inmersión, pero sí es algo notorio.

La experiencia se juega sentado, con nulas opciones de personalización, aunque cabe aclarar que Blindfold no las necesita, por lo que es recomendado para aquellas personas muy sensibles al movimiento, ya que estamos todo el tiempo sentados en esa sala de interrogación.

A lo largo de la experiencia de 15 minutos de duración nunca abandonamos este cuarto en el que comenzamos, todo se desarrolla allí. No digo esto como punto negativo, ya que lo que iNK Stories quiere lograr en el jugador es un poco de conciencia al ponernos en esta desagradable situación de prisioneros. Debo admitir que me hubiera gustado que la duración de la experiencia fuese más larga, ya que al terminar de entender qué me trajo a prisión, rodaron los créditos.

Experiencia sí, pero no para todos

Dato crucial: el juego no está traducido ni tiene subtítulos en español, solo está en inglés y de muy buena calidad. Si no estás familiarizado con el idioma será difícil, por no decir imposible, conectar con la historia ni con nuestro reportero. Con esto se cae la propuesta de iNK Stories de hacernos sentir parte del contexto histórico y vivir la realidad de un prisionero interrogado en primera persona. Finalmente puedo agregar que el juego cuenta con diferentes finales según las respuestas que hayamos dado, pero solo prolonga la experiencia unos 15 minutos más, siendo generosos.

Dictando la sentencia

Concluyendo, solo me resta decir que la idea fue buena, pero se desaprovechó una original oportunidad para reflexionar al ponernos en la piel de un prisionero en la que nuestra vida depende de un sí o un no. Una brevísima duración y la falta de idiomas lastran de manera notable lo que debería haber sido una experiencia que nos deje una clara idea de lo que significa estar cautivo en el contexto que iNK Stories nos propone con Blindfold.